Vía Reporte Índigo
Más del 50 por ciento de los jóvenes mexicanos llega a la quincena sin dinero y no hace nada para cambiarlo (o para ahorrar). Y los millennials son los representantes de esta inclinación a ‘gastar lo que no se tiene’.
YOLO, que es la abreviatura en inglés de “You Only Live Once” (“Solo se vive una vez”), es la mejor manera para describir al comportamiento y la actitud de la Generación Millennial, sobre todo en México.
Y es que en el país, los jóvenes que tienen entre 15 y 29 años viven casi “al día” y llegan a las quincenas sin un peso en la bolsa. No tienen planes de ahorro y tampoco buscan tener un patrimonio (incluya o no formar una familia).
El 56 por ciento de los millennials mexicanos tiene las tarjetas “hasta el tope” y pide prestado a familiares y amigos cuando llega la quincena y no tiene ni para su “chela”.
De acuerdo a la encuesta “Cultura Financiera de los jóvenes en México”, elaborada por Citibanamex, solo el 35 por ciento de la juventud en el país completa cuando llegan las quincenas y el 9 por ciento acumula una deuda más cuando tiene que pedir prestado para cubrir sus gastos.
Y no solo es falta de ahorro, también de conciencia y responsabilidad, ya que la encuesta mencionada reveló que el 16 por ciento de los mexicanos millennials compra productos y contrata servicios con el dinero que no tiene.
El 54 por ciento de los jóvenes que tienen menos de 30 años –en México– llega a fin de mes con gastos que no tenía previstos y que no puede cubrir. Cuando se les “atraviesa” un nuevo disco, un juego nuevo para Play Station o bien, uno de los tantos productos –similares– que lanza Apple, año con año.
‘Menos en lo que deben’
El millennial está “en todo, menos en lo que debe”, literalmente lo que debe.
Está “pegado” a los gadgets que compra con tarjetas que tiene endeudadas y podrá traer el iPhone más nuevo, pero no tiene saldo y el sueldo no le alcanza.
También influye el incremento de usuarios de Internet que registró el país entre 2012 y el 2016, periodo en el que aumentó un 70 por ciento el número de internautas, de acuerdo a Estrategia Digital Nacional de la Presidencia. Para finales del próximo año, se estima que sean 90 millones de usuarios mexicanos.
Los miembros del milenio parecen estar bajo la influencia de una sustancia adictiva, ya que “disfrutan” el no tener dinero, debido a la adrenalina y al rush que les genera vivir “en el límite”.
El 90 por ciento de ellos ni siquiera tiene idea de cómo administrarse y, de acuerdo a los datos de la encuesta de Citibanamex, nueve de cada 10 considera que el dinero es algo “desechable”.
¿Por qué no ahorran?
Su actitud frente a la falta de compromiso, patrimonio y responsabilidad incluso va más allá de que son jóvenes que no saben administrarse o que tienen un sueldo que no alcanza.
Su mentalidad es de “valemadrismo” y desinterés. De hecho, la firma de análisis de mercado, IPSOS México, y la Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro (Consar) dieron a conocer a través de un estudio que el 80 por ciento de los millennials conoce algunos términos de ahorro como afore, pero su percepción de qué es ahorrar solamente se refiere a cuando se necesita por una emergencia.
El 52 por ciento de los jóvenes mexicanos del milenio cree que el ahorro es exclusivo para una emergencia, el 25 por ciento considera que para comprar una propiedad y el 22 por ciento para emprender con un negocio. Y sí, la jubilación es lo que tienen en último lugar (20 por ciento).
“Esta generación no ve cercano el retiro, se preocupa por generar un patrimonio, no por cuidarlo ni cuidarse”, dijo Javier López Pérez, CEO de IPSOS México.
Y es que no significa que sus padres tuvieran mejores oportunidades y no necesariamente es que las generaciones anteriores fueran más conscientes a menor edad. Un factor que sí influye es que en generaciones anteriores se formalizaban compromisos y relaciones a una edad temprana (antes de los 25 años), y se formaban familias, lo que provocaba que el joven “se pusiera las pilas” y buscara un patrimonio.
En cambio, la generación del milenio se satisface con placeres efímeros y se preocupa hoy, mañana quién sabe.
Mientras tenga su frappé en mano y el iPhone del momento, las tarjetas se pagarán después (con préstamos de familiares y amigos).
Es una generación de personas que no quieren batallar y que quieren la recompensa antes del esfuerzo.