Por Antonio González Vázquez
En pleno escándalo de los moches entre diputados y personal de la Auditoría Superior del Estado, el auditor Jesús Martínez Loredo, presentó su renuncia al cargo por problemas de salud, mismos que extraoficialmente, están relacionados con problemas de pérdida de memoria y senilidad.
Martínez Loredo que llegó a la ASE en febrero de 2014 con el impulso del entonces gobernador Fernando Toranzo, entre sus últimas omisiones graves, fue no auditar la cuenta pública 2016 del ayuntamiento de San Luis Potosí, con la excusa de que la Auditoría Superior de la Federación lo haría.
De hecho, el ayuntamiento de la capital fue el único de los 58 municipios potosinos que no fue auditado por la ASE según decisión de Martínez Loredo.
Una semana después de que el diputado Enrique Flores dio detalle de cómo se limpian las cuentas públicas municipales, proceso en el que, a dicho de ese legislador, intervienen algunos diputados y personal de la Coordinación de Auditoría de la ASE, Martínez Loredo ha dejado el cargo por razones de salud.
Cuando fue designado auditor por mayoría en el Congreso del Estado, se le preguntó sobre el apoyo que para ello habría recibido del entonces poderoso secretario general de gobierno, Cándido Ochoa Rojas a lo que Martínez Loredo simplemente contestó que no sabía nada de eso.
Como se recordará, Martínez Loredo se convirtió en auditor pese a que su despacho trabajaba en ese momento para gobierno del estado que lo tenía contratado para auditar los invernaderos de Santa Rita.
En su período como auditor, dio por cerrado el caso del crédito de mil 500 millones de pesos de Marcelo de los Santos en el que también estaba involucrado Fernando Toranzo, quien habría utilizado 561 millones de ese crédito. Pese a todas las dudas, Martínez Loredo finiquitó el tema.
La renuncia al cargo fue presentada a la Mesa Directiva del Congreso así como a la Comisión de Vigilancia; el legislativo deberá designar al sustituto de Martínez Loredo.