Por Eduardo Delgado
El Coordinador de Recursos Humanos en la Oficialía Mayor del Ayuntamiento capitalino, Gildardo Castañeda Moreno, señalado por ex trabajadores como el encargado de despedirlos, reducirles el sueldo y de falsificar sus firmas, se mostró evasivo para responder preguntas acerca de ello.
Localizado esta mañana en el Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje (TECA), sentado en una banca de madera en un pasillo, se excusó con el argumento de no tener la autorización del Oficial Mayor del Ayuntamiento, Noé Lara Enríquez, para declarar.
El funcionario, quien acumula al menos unos cinco trienios en el Ayuntamiento, no respondió a la pregunta de si no teme que el alcalde capitalino, Ricardo Gallardo Juárez, lo despida de la misma manera que él ha cesado a centenas de trabajadores, algunos con más 20 años de antigüedad, con firmas falsas luego de reducirles su ingreso.
A continuación la transcripción de la fallida entrevista, durante la que únicamente aseguró que él no tiene nada que ocultar.
- Refieren muchos que los despide, algunos traen audios… ¿Es cierto o le están levantando mentiras?
- No, ahorita de hecho no puedo… (inaudible)…-, respondió en voz baja.
- ¿No puede qué?
- No puede entrevistarme-, prosiguió en el mismo tono.
- ¿Por qué?
- Porque ahorita voy a entrar a una audiencia.
- ¿Oculta algo?
- No, no oculto nada. Voy a entrar a una audiencia.
- ¿A qué hora es?
- Ahorita a las nueve, nueve y media.
- ¿Es cierto que los despide, les reduce el sueldo…?
- No, no, tendrías que verlo directamente en Recursos Humanos. Yo ahorita voy a entrar a una audiencia.
- ¿Usted se lleva bien con Gallardo?, ¿No teme que (él a usted) lo despida como usted a los trabajadores?
- …
- Es usted es servidor público, por eso le pregunto.
Alzó la mano e hizo la seña al periodista para que desactivara la grabadora para poder hablar.
- ¿Por qué sin grabar?
- ¿Sin grabar qué?
- Me hace la seña de que apague la grabadora.
- No, no, es que ahorita voy a entrar a una audiencia. Nada más si me permites tantito ahorita saliendo.
- Lo espero.
Gildardo Castañeda permaneció unos minutos sentado junto a Yeime Mota Moreno, quien acudió como testigo a una de las audiencias.
Poco después se paró, bajó al baño, enseguida salió del edificio y caminó al estacionamiento contiguo al TECA, con los hombros encogidos y las manos metidas en las bolsas de su pantalón de mezclilla.
En el trayecto se le insistió, pero se rehusó con el ardid de que no tenía autorización de su superior jerárquico, Noé Lara.
