Por Antonio González Vázquez
El fracaso de las instituciones públicas y quienes las encabezan, en materia de seguridad pública, es estrepitoso. Todos le están fallando a los potosinos.
Quienes hace tres años en campañas ofrecieron devolver a la sociedad la paz y tranquilidad pérdidas, ahora deberían tragarse sus palabras. San Luis Potosí es más violento, inseguro y mortal que hace tres años.
Desde el candidato a gobernador, pasando por los candidatos a presidentes municipales y diputados locales y federales, todos lucraron políticamente con el tema de la seguridad en busca de ganarse la simpatía de la gente y su voto.
Prometían y prometían lo que sabían que no podían cumplir.
Esto está a punto de suceder de nueva cuenta, los candidatos prometerán una y mil veces que les interesa la seguridad de los ciudadanos y que desde sus trincheras, van a trabajar para mejorar la situación.
Es una historia que ya debería tenernos hartos.
Juan Manuel Carreras López, Ricardo Gallardo Juárez y Gilberto Hernández Villafuerte hace tres años iban para candidatos a gobernador y alcaldes de San Luis y Soledad. En sus discursos, la seguridad era tema fundamental para presentarse como los salvadores del pueblo.
Los tres han fracasado rotundamente y fracasan todos los días en que se cometen cientos de delitos ante la ausencia de estrategia policíaca y además, ante el vacío de autoridad que parece haber, la delincuencia no tiene nada ni nadie que le detenga.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer el reporte de delitos del fuero común correspondientes a diciembre y con ello, es posible saber de qué tamaño es la actividad delictiva en todo el 2017.
Causa alarma y miedo, saber que el 2017 terminó con 730 homicidios, 230 más que en el 2016 cuando se cometieron 500.
Causa terror saber que en vez de disminuir el crimen, aumenta. Es el incontestable fracaso de las instituciones públicas: gobierno, ayuntamientos y corporaciones del gobierno federal.
Da pavor saber que el año pasado se denunciaron 35 mil 179 delitos y que en el 2016 fueron 28 mil 613.
El fracaso es de todos. No de uno, sino de muchos en las alcaldías y sus comandancias de policía. El fracaso es de manera especial de los incompetentes y arrogantes funcionarios de la Procuraduría General de Justicia y de la Secretaría General de Gobierno y de la Secretaría de Seguridad Pública.
El fracaso es de todos, pero especialmente del populista gallardismo en cuyos territorios se comete el 75 por ciento de todos los delitos.