Homicidios en el mes Treinta de gobierno

Antonio González Vázquez

Treinta meses en el gobierno de Juan Manuel Carreras. Treinta meses de gobiernos municipales. Treinta meses de violencia, homicidios y ejecuciones. Treinta meses de gobierno, nadie se salva, el fracaso es de todos, del jefe de la policía estatal y de los 58 jefes de policías municipales y de todos aquellos que pudiendo hacer algo, no hacen nada, lo hacen mal o de plano, no saben qué ni cómo hacerlo. Treinta meses de atrocidades sin cuento. Astrolabio le sigue la huella a tal desmesura criminal, este es el relato del mes Treinta.

En las primeras horas de la madrugada del día 1 de marzo, elementos de la Policía Ministerial localizaron restos humanos en un baldío de la colonia Piquito de Oro ubicada en los límites de los municipios de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez. Según el Ministerio Público se trata un cráneo y restos óseos en avanzado estado de descomposición. No se logró identificar si se trató de un hombre o mujer.  En la zona del hallazgo había resto de una hoguera en una vivienda en ruinas. Se espera que en el Servicio Médico Legal luego de los análisis correspondientes se logre definir sexo e identidad de la víctima.

En  una cama de la sala de terapia intensiva del Hospital Regional de Ciudad Valles murió Geovanni. Tenía 26 años de edad y había sido herido gravemente el día 22 de febrero en la colonia Lindavista del municipio de Ciudad Valles. Entonces habían muerto dos de sus compañeros.

Adrián fue a la barbería. Tenía 18 años de edad y quería un corte elegante. Se sentó ante el espejo y el peluquero le daba los primeros tijeretazos cuando entraron dos sujetos encapuchados. Eran algo así como las diez menos cinco de la tarde del día 3 de marzo, fue el día que mataron a tiros a Adrián. Los hechos, en la calle 70 de Ciudad 2000 en la capital del estado.

A medio arroyo de la calle Líbano de la colonia Maya Mil en la capital del estado quedó tendido el cuerpo de un hombre ejecutado a tiros de revólver. Cerca de las once de la noche del 4 de marzo, un hombre no identificado cruzaba la calle y lo alcanzaron por su lado derecho unos sujetos que desde un automóvil lo ultimaron. El cuerpo yacía de espaldas al piso; unos vecinos salieron y le tendieron una manta para cubrirle el rostro ensangrentado.

Junto a una nopalera fue a descansar el cuerpo de un hombre a quien ejecutaron por la espalda. Estaba por llegar la medianoche del 4 de marzo cuando en el silencio de un baldío de la colonia San Juanico se alcanzaron a escuchar varias detonaciones. Más allá de la Himno Nacional segunda sección y ya cerca del Periférico Norte, el cuerpo de la víctima mortal permanecía inmóvil entre los yerbajos secos. Ante la tardanza de la policía, alguien se acercó y lo cubrió y le colocó una veladora encendida junto a la cabeza.

Un adolescente de 16 años de edad fue masacrado. Lo acribillaron a eso de las once de la noche en la calle de Centauro del Norte en el Saucito. El 4 de marzo los habitantes de esa colonia estaban de fiesta patronal, pero a unas cuadras de la iglesia estalló una riña entre miembros de dos bandas y a uno le dieron dos disparos; la víctima vivía cerca del lugar, en la colonia División del Norte desde donde llegaron sus familiares a punto del llanto.

En una solitaria calle del fraccionamiento Jardines del Rosario en  la delegación municipal de Villa de Pozos la policía encontró un automóvil con impactos de arma de fuego por el parabrisas. El auto presentaba cinco orificios de proyectil, cuyo conductor fue ultimado a quemarropa. Estaban por dar las once de la noche del día 4 de marzo cuando el automovilista fue agredido por un par de sujetos que se le plantaron de frente a bordo de motocicletas.

En el ejido La Marina del municipio de Ciudad Valles, en el amanecer del día cinco de marzo, se descubrieron los cuerpos de tres hombres ya en avanzado estado de putrefacción. Estaban en un cañaveral. La Procuraduría General de Justicia informó que se investiga si corresponden a personas que fueron denunciadas como desaparecidas en ese mismo municipio de la Huasteca.  La Policía recibió el reporte de que cerca de la afluente del río Tampaón había unos promontorios de tierra y yerbas y que junto había probables cuerpos humanos. Personal de la Policía Ministerial y el agente del Ministerio Público acudieron al sitio donde confirmaron que los cuerpos presentaban heridas por arma de fuego.

El día cinco de marzo, en la capital potosina fue ubicado un cadáver en la colonia Industrial Mexicana. En la esquina de las calles de El Sabino y Oyamel fue levantado el cuerpo de un hombre de unos 30 años de edad que fue acribillado con disparos de fusil AR-15, de la cual se levantaron casquillos en el lugar.

En un predio de la colonia El Carmen en el municipio de Ciudad Valles, cubierto por escombros y basura, estaba el cuerpo de una persona, ya devorado en parte por las ratas. Por la mañana del día siete de marzo, unos vecinos de esa colonia avisaron a la policía que en un baldío había restos humanos. La policía lo confirmó, aunque no se logró establecer la identidad de la víctima.

Por la madrugada del día ocho de marzo, en un camino de la comunidad de San José Alburquerque del municipio de Santa María del Río, unos campesinos se encontraron un promontorio de tierra en el que estaba sepultado un hombre. Bajo el promontorio, el cuerpo fue cubierto con concreto.

En la madrugada del día 9 de marzo, en un solitario camino entre los municipios de Santa María del Río y Tierra Nueva unos campesinos se encontraron las ruinas, aún humeantes de un vehículo. Le avisaron a la policía que en efecto, confirmó que era un auto tipo Neón el que había sido incendiado y en cuyo interior estaban los restos consumidos de dos personas a las que alguien había ejecutado.

A las cinco de la mañana del día 11 de marzo, quienes madrugaban y pasaban por la estación de transferencia del transporte urbano, se aterrorizaron al ver el cuerpo de una adolescente colgando de los barrotes de la cerca de protección del Museo del Ferrocarril. La Procuraduría inició las investigaciones bajo protocolo de feminicidio por tratarse de una muerte violenta, no natural.

A las nueve de la mañana del día 12 de octubre la muerte encontró a Zeferino y Manuel; vivían en el estado de Veracruz, pero llegaron a trabajar al municipio de Rioverde donde fueron arteramente asesinados a puñaladas. Los cuerpos fueron abandonados en las obras de construcción de unos departamentos de la colonia Santa Fe. La policía no reportó pista alguna de los asesinos ni tampoco tenía indicios del crimen.

Como a las once de la mañana del día 13 de octubre, empleados de la empresa que administra el Libramiento Orienta se dedicaban a limpiar algunos tramos de esa carretera de cuota. Se aproximaron a un tambo repleto que estaba a un lado del kilómetro 25 de la cinta asfáltica y a un lado vieron un enorme paquete de cartón y, al intentar levantarlo se percataron, horrorizados, de que se trataba del cuerpo de un hombre que presentaba disparos de arma de fuego en la cabeza. Más tarde, la policía reportó que el cuerpo estaba envuelto en hule y luego en cartón, es decir, estaba “empaquetado”. Se trató de un hombre de unos 25 años de edad que no fue identificado. Los hechos, en el tramo correspondiente a Soledad de Graciano Sánchez.

Minutos antes de la medianoche del día 14 de marzo, unos sujetos armados tomaron como campo de batalla las calles de Plan de Ayala y Monte de las Cruces de la colonia Santa Fe. Se enfrentaron con ráfagas a discreción. La policía al llegar al lugar encontró el cuerpo sin vida de un hombre de unos 27 años y otro herido tirado en el pavimento. El Ministerio Público recogió 59 casquillos de proyectiles de arma de fuego. De los presuntos adversarios no se supo nada.

Valentín tenía 32 años y una familia que proteger cuando lo mataron. Serían las once de la mañana menos diez del día 15 de marzo, Valentín bajó de su camioneta y entró al banco en el anillo periférico. En la Ford de color café se quedaron su esposa e hijos; cuando salió del banco fue alcanzado por unos sujetos armados que le robaron el dinero que había retirado y le dispararon. Valentín intentó pedir ayuda y tambaleante logró entrar a una farmacia donde unos minutos después perdió la vida.

Fidel Arturo Acosta Peralta, un agente de la Dirección de Seguridad Pública del Estado, agredido por presuntos delincuentes el pasado día seis de marzo, falleció ayer por la noche en el hospital. Al llegar el día 15 de marzo, no sobrevivió a un disparo que recibió en la cabeza. Por la tarde del día seis de marzo, el agente Acosta Peralta realizaba labores de vigilancia en la colonia División del Norte. En la avenida Adolfo López Mateos hizo el alto a una camioneta pick up de color azul en la que viajaban tres sujetos que le resultaron sospechosos. Al acercarse a la unidad fue recibido con disparos, uno le dio en la cara. Los sujetos huyeron y el agente fue trasladado minutos después a un hospital donde falleció. Habían pasado nueve días desde que resultó herido.

Corrían los primeros minutos del 18 de marzo en la colonia las Piedras en la capital del estado. Una pareja platicaba en  la esquina de Obsidiana y Jade. Sin darse cuenta, se plantó frente a ellos un sujeto armado quien les disparó de manera artera. Ella murió minutos después, casi a la una de la mañana; su cuerpo se desplomó sobre la acera. Su compañero quedó tendido a su lado y gravemente herido luego se lo llevaron al hospital. La policía no dio a conocer el nombre de la víctima que vestía blusa azul, unos jeans y zapatos de corte industrial en color café.

A las cinco menos veinte de la tarde del 18 de marzo, fue localizado el cuerpo de un hombre en una enorme laguna que se surte de la prensa Damián Carmona en el municipio de Mexquitic. Hacia el mediodía, la policía recibió el reporte de que en cerca de la presa flotaba el cuerpo de una persona. Tras un par de horas que se llevó el rescate, se reportó que el desconocido no portaba identificación alguna.

Un hombre fue masacrado mediante tortura, luego le apedrearon para finalmente degollarlo. El atroz suceso ocurrió  durante la madrugada del 18 de marzo en la cabecera municipal de Rioverde. El cuerpo fue ubicado por la policía a las ocho de la mañana luego de una denuncia anónima. En la esquina de Quezada y Arista la autoridad ministerial dio fe del cadáver que no fue identificado.

Jaime y Modesto fueron asesinados en la madrugada del 19 de marzo en Villa de Zaragoza. Da el caso que en la colonia La Barranca, Jaime conducía una camioneta por la calle Vallejo donde velaban a un difunto. A Jaime eso no pareció importarle mucho y condujo de manera tan irresponsable que atropelló a varias personas que acompañaban al muerto en la calle. Unos parroquianos que estaban ahí, montaron en cólera y se fueron tras la camioneta y cuando Jaime estaba ya en casa lo alcanzaron. Hubo un reclamo airado y hasta una riña que terminó en balacera y la muerte de Jaime de 31 años y de Modesto de 19.

El día 24 de marzo en una casa de la calle Ley Federal del Trabajo en la colonia Azaleas se descubrió el cuerpo de una mujer que había sido asesinada por su pareja. Fue un crimen bestial: luego de asesinarla, la introdujo en un refrigerador y él, el asesino, se dirigió a la regadera del baño y ahí se suicidó. A las 18:00 horas ingresó la policía metropolitana al lugar. Les habían avisado de que de la casa con número 420 emanaba un olor fétido y les dijeron que hacía días que no se veía a la pareja que habitaba en ese domicilio.

Apenas con 18 de años de edad, a Ella la mataron. Le dispararon. El proyectil de un revólver le hirió en el cuello. Ella iba caminando a su casa en la calle Carranza de la colonia San Antonio en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Eran las 10:30 de la noche del 25 de marzo. Iba en camino a su casa, pero nadie pareció darse cuenta cuando alguien la agredió. Al llegar a las puertas de su casa gritaba por ayuda con las pocas fuerzas que le quedaban y de pronto se desplomó. Murió desangrada en la acera de su hogar. La policía llegó en tumulto y Ella yacía cubierta con una manta. En ese momento nadie supo quién la agredió. Otro feminicidio.

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