Eliminar, abatir, matar…asesinar

Por Antonio González Vázquez

La muerte trabaja a destajo en San Luis Potosí. Colgados, desmembrados, destazados, ahorcados; algunos golpeados hasta fenecer, otros, abatidos a metralla limpia y otros más apuñalados con saña. La muerte no descansa, se terminan las administraciones municipales que prometieron paz y tranquilidad y el sexenio está por cumplirse en su mitad y la seguridad va de mal en peor, así lo demuestra ésta crónica mensual de ejecutados que Astrolabio ofrece a sus lectores.

Daban las seis de la tarde del día 28 de julio y en la colonia La Lomita del violento municipio de Soledad de Graciano Sánchez se desató un riña campal entre jóvenes de grupos antagónicos. En la avenida Santa Teresa, de los golpes pasaron a los disparos y la gresca terminó con un muerto y dos heridos.

Avanzaban los primeros momentos de la madrugada del día 29 de julio en la colonia 21 de Marzo de la capital potosina cuando mataron al “Cata”. Iba por la acera de la calle 16 de septiembre y entonces lo alcanzaron dos hombres a bordo de un automóvil de color azul; al tenerlo a tiro, lo acribillaron.

Estaban por dar las doce de la noche del día 29 de julio y todo hacía indicar que las cosas estaban en orden, pero no fue así. En la esquina de las calles Granada y 24 de la colonia Misión del Palmar en la zona metropolitana, un abarrotero se aprestaba a cerrar su tienda; en eso, dos sujetos armados se plantaron frente a él a las puertas del negocio y le exigieron la entrega de la venta del día, pero el tendero se negó y les hizo frente con tan mala fortuna que tras amenazarlo y golpearlo, lo asesinaron a tiros de pistola.

Un hombre se dirigía a su casa cuando, a unos metros de ésta, en la Delegación de La Pila, fue alcanzado por varios disparos de arma de fuego. El estruendo motivó que sus familiares salieran a la calle a ver que pasaba y al ver tirado el cuerpo, lo levantaron y lo llevaron con urgencia a una clínica de esa misma Delegación, pero lamentablemente murió al llegar a recibir asistencia médica. Los hechos, por la tarde del día 29 de julio.

A mitad de la calle Arenisca de la colonia Las Piedras quedó el cuerpo de Fernando, abatido a balazos; metros más adelante, cayó José Luis, también víctima de disparo de arma de fuego. Eran las siete de la tarde menos diez minutos del 29 de julio, cuando sujetos armados a bordo de varios vehículos en movimiento les dispararon con pistolas y fúsiles.

Durante el atardecer del día 30 de julio en la calle Ricardo Castro de colonia Jardines del Estadio en la capital potosina (donde aplicarían acciones para combatir la Violencia de Género), un sujeto ingresó al domicilio de la mujer, de súbito, se escucharon gritos de auxilio que al ser escuchados por los vecinos llamaron a la policía. En el lugar de los hechos elementos de la Policía Estatal encontraron el cuerpo sangrante de Dominga que presentaba heridas por arma blanca que por su severidad, resultaron fatales. El presunto agresor intentó quitarse la vida, pero solo alcanzó a herirse con disparo de arma de fuego.

Un joven de apenas 20 años de edad fue asesinado en la casa donde vivía en la colonia Jardines del Sur. Amigos de la víctima ingresaron al domicilio en la calle Magnolias y descubrieron el cuerpo que presentaba disparos de arma de fuego en la cabeza y en una mano. El hallazgo ocurrió aproximadamente a las siete de la tarde del día 30 de julio, pero no se supo cuanto tiempo había pasado después del crimen.

Corrían los últimos minutos del día primero de agosto cuando hombres armados se plantaron frente a un antro-salón de baile de nombre “La Cumbia VIP” en la colonia San Juan en la capital del estado. Sacaron sus armas y dispararon contra algunos jóvenes que estaban en el rellano del salón; luego de dar muerte de tres jóvenes, huyeron hacia ninguna parte. Ya en la madrugada del día 2 de agosto, la policía emprendió un operativo de búsqueda de los agresores pero no encontraron nada. Los tres caídos y tres heridos, son parte de una banda del barrio de Tlaxcala bautizada como “Clan 16”.

Por la madrugada del día 5 de agosto, en un camino oscuro y desolado de la comunidad de Milpillas fue hallado el cuerpo sin vida de un hombre. Lo habían torturado para posteriormente ejecutarlo; encima del cuerpo vencido sus asesinos dejaron un mensaje en el que se atribuían la muerte.

En una acera de la calle San Agustín de la colonia Ampliación de Guadalupe del municipio de Matehuala, los vecinos descubrieron el cadáver de un hombre. Eran las once de la noche del 5 de agosto y los vecinos de la calle se sorprendieron al observar una gran mancha de sangre de un hombre que recibió al menos tres disparos de arma de fuego y que estaba a boca abajo cerca de un coche.

Guillermina de 50 años de edad fue víctima de su marido, Tomás de 53 años de edad, quien parecía tener constancia en el maltrato a su esposa. La última golpiza se la propinó el pasado día 25 de julio. Vecinos y familiares de Guillermina la asistieron y la llevaron a una clínica del Seguro Social donde fue internada durante unos días debido a la severidad de los golpes que presentaba en la cara y el cuerpo, pero el sábado 4 de agosto, horas después de que abandonó el hospital murió en su hogar, donde su cuerpo fue descubierto por algunos de sus familiares cercanos que luego dieron aviso a la policía.

Damián tenía 18 años y junto con uno de sus primos fue a divertirse al antro El Greko ubicado en la avenida Carranza en la capital potosina. Era la madrugada del día 4 de agosto y abandonaban las instalaciones donde la policía supuso habían tenido un altercado, pero al llegar al automóvil para tomar el regreso a casa, el joven se desvaneció y al poco rato murió. La policía no aclaró nada respecto de si en el antro lo habían herido o si había sido golpeado. Los agresores, según versión en redes sociales, habían sido un grupo de taxistas.

A Jorge lo mataron a las cinco menos diez de la tarde del día 6 de agosto. Caminaba por la calle Niños Héroes y a punto de alcanzar la esquina con Porfirio Díaz fue acribillado con fusiles AR15. El cuerpo de Jorge, de 23 años de edad, se desplomó mientras sus agresores que le dispararon desde un vehículo Versa color gris huían. Los hechos, en el violentísimo municipio de Soledad de Graciano Sánchez.

Su cuerpo quedó boca abajo y sangrante. Se trató de un hombre no identificado de unos 25 años de edad que fue ultimado a balazos en la calle Valle del Juez de la colonia Silos en la capital del estado. Vecinos escucharon detonaciones de arma de fuego en la madrugada del día 7 de agosto y alertaron a la policía, que al llegar al lugar de los hechos, recabaron datos que decían que desde una camioneta en movimiento se cometió el crimen.

Entre los escombros de un basural a cielo abierto en la comunidad de Rancho Nuevo, municipio de Soledad de Graciano Sánchez, el día 7 de agosto, fue descubierto el cuerpo de un joven de acaso 20 años de edad. La policía llegó al sitio poco después de las tres de la tarde y no logró identificar a la víctima que había sido abandonada en ese lugar. Fue asesinado con arma blanca, la herida mayor por su profundidad la tenía en el cuello.

A Moisés de 19 años de edad lo mataron en el patio de su casa en la madrugada del día 9 de agosto. Su madre lo encontró sangrante y de costado en el suelo en una vivienda de la colonia Campo Colonial en el municipio de Ciudad Valles. Se enteró de que algo había pasado porque le llamó un vecino que escuchó disparos, salió a ver y encontró a su hijo ya sin vida.

En la colonia Nueva Progreso, hombres armados vieron a un grupo de adolescentes que conversaban en la esquina del andador Hook y sin más les dispararon. Eran apenas los primeros minutos del día 9 de agosto y Gustavo Alejandro de apenas 17 años de edad caía sin vida, víctima de los agresores desconocidos; otros dos adolescentes resultaron heridos.

Se extinguía la noche del 9 de agosto y para Ángel se acabó la vida, una vida muy corta de solo 17 años. Lo ejecutaron cuando caminaba por el andador Ignacio Aguilar de la colonia Jaime Torres Bodet, en la capital potosina. Su cuerpo abatido presentaba disparos de arma de fuego en distintas partes del cuerpo. Hasta el cadáver llegaron sus padres que piadosamente lo cubrieron con una cobija. Sus asesinos dejaron una cartulina que fue recogida por la policía.

Fue un viernes por la noche, casi daban las once cuando hombres fuertemente armados dirigieron sus fusiles a las instalaciones de un bar entre las calles Juan del Jarro y Pedro Moreno. El ataque fue fatal por necesidad, cuatro hombres, a lo que sumaron tres heridos, entre ellos una mujer. Los hechos, el día 10 de agosto en el barrio de Santiago en la capital potosina. Como ha venido ocurriendo en los últimos atentados, el ataque se dio desde un vehículo en movimiento.

Lo mataron hacia la medianoche del día 9 de agosto y su cuerpo lo encontraron al día siguiente. Fue en la colonia Las Mercedes en la capital del estado donde descubrieron el cuerpo de un hombre ejecutado con disparos de arma de fuego. El cadáver estaba tendido en el interior del domicilio de la víctima de aproximadamente 35 años de edad. Sus asesinos irrumpieron violentamente en el domicilio y al ubicarlo, le dispararon en reiteradas ocasiones.

En la calle Palomas, una arteria de tierra de la colonia Rivas Guillén del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, quedó tendido el cuerpo de un hombre de 35 años de edad que fue masacrado con certeros lances de arma blanca; la saña fue tal que los tajos de más profundidad los recibió en el cuello. El cadáver estaba boca abajo, murió a eso de las seis de la tarde del día 11 de agosto.

Casi era la medianoche del día 11 de agosto y la policía recibió reporte de que en una vivienda abandonada de la Tercera Chica había un cuerpo sangrante y ya sin vida. La policía fue al lugar y, en efecto, en el interior de la casa ubicada en Prolongación Moctezuma fue descubierto el cuerpo de un hombre de unos 35 años. Estaba de costado y presentaba dos disparos de arma de fuego en el cuerpo.

El baile que se celebraba en la comunidad de Coatzontitla en el municipio de Axtla de Terrazas fue el último al que asistiría José Ramón. Daba la una de la mañana del día 12 de agosto cuando, para terminar la fiesta, Edgar de 25 años de edad se hizo de palabras con José Ramón; intentaron separarlos, pero al final Edgar sacó una pistola y le disparó a su adversario.

Manuel Alejandro de 17 años de edad murió cuando lo ingresaban al hospital para ser atendido de heridas diversas de arma blanca en el cuello y el rostro. Apenas lo atendían en la sección de urgencias del hospital cuando dejó de existir. Vivía en la colonia Dalias del Llano en la capital. Unos amigos encontraron su cuerpo herido, levantaron y se lo llevaron a la clínica 50 del IMSS donde ya no se pudo hacer nada para salvarle la vida.

Entre los matorrales de un yermo entre los municipios de Villa de Arista y Moctezuma había dos cuerpos. Francisco y Alonso fueron ejecutados y sus cuerpos localizados por la tarde del día 13 de agosto. Sus familiares avecindados en Villa de Arista habían denunciado la desaparición de ambos desde al menos tres días antes, sus asesinos abandonaron los cadáveres en la comunidad de La Luz.

Entre la una y las dos de la madrugada del día 17 de agosto presuntos sicarios asesinaron a dos hombres, los desnudaron, les ataron unas sogas y en seguida los colgaron. Quienes conducían por el bulevar del río Santiago a la altura de la colonia Guanos presenciaron el dantesco espectáculo; los cadáveres pendían de un puente peatonal mientras que en el pavimento se formaba un enorme charco de sangre. Uno de los ejecutados tenía 25 años y el otro, unos 40; presentaban heridas en la cabeza, tórax y vientre.

Al borde de la carretera San Luis Potosí-Matehuala-Saltillo, fue abandonado el cuerpo de un hombre que había sido ejecutado. Cerca de la comunidad de Cerrito Blanco, el cadáver fue ubicado luego de que habitantes del lugar se alarmaron al ver el cuerpo abatido. Eran como las cinco de la tarde del día 17 de agosto cuando desde un vehículo en movimiento arrojaron el cuerpo que fue a parar a la orilla de la carretera.

Enrique tenía 36 años de edad y era repartidor de la empresa Bimbo. Lo mataron cuando junto a su compañero de trabajo, se alejaban de una tienda donde reñían unos sujetos. Apenas estaban por abordado la camioneta del pan cuando se acercó uno de los que se peleaban y le disparó en la cara. Los hechos, a las 10 de la mañana del día 18 de agosto en la calle Ocampo de la cabecera municipal de Villa Hidalgo.

Dos sujetos conducían con rapidez una motocicleta, les importaba poco el tráfico ni los transeúntes, de pronto, hicieron alto en la calle de Azufre en la colonia Infovavit-Morales, pues identificaron al hombre que andaban buscando, así que dieron vuelta a Prolongación Azufre, se le aproximaron al sujeto y lo abatieron a tiros. Eran algo así como las 12:30 horas del día 19 de agosto cuando mataron al “Rata”.

Daban las once de la noche del día 20 de agosto. En una camioneta, tres personas se dirigían a la comunidad de San Bartolo del municipio de Tampamolón. Estaban por abandonar la carretera que va para Axtla cuando fueron alcanzados por ráfagas de fúsil; dos sujetos en motocicleta los agredieron a mansalva. El saldo, un muerto y dos heridos.

A las cuatro de la mañana del día 23 de agosto a unos metros del cuartel de la Secretaría de Seguridad Pública y Fiscalía General del Estado, se descubrió al interior de un vehículo abandonado, el cuerpo de un hombre ejecutado. Estacionado sobre la banqueta de la calle Otahegui, un vehículo Quest de Nissan ocultaba en su asiento trasero el cadáver que estaba boca abajo y presentaba dos heridas por disparo de arma de fuego en la cabeza.

Una mujer de 24 años de edad fue asesinada a golpes en el municipio de Tamasopo en la región Media de la entidad. La policía reportó que un hombre llevó a la mujer a una clínica del IMSS y luego huyó. La Fiscalía General del Estado informó que inició con protocolo de feminicidio, las investigaciones por la muerte de una mujer que fue abandonada en una clínica; la víctima presentaba diversos golpes y lesiones.

Aproximadamente a la una 30 de la mañana del 24 de agosto, personal de una unidad médica del Instituto Mexicano del Seguro Social se comunicó con la autoridad para indicarles el ingreso de una mujer que no presentaba signos vitales, pero contaba con golpes contusos en diversas partes del cuerpo. Un hombre desconocido que proporcionó únicamente su nombre, llevó a la afectada en brazos, la dejó en el área de urgencias y se retiró.

Ya anciano, Antonio asesinó a puñaladas a su ex esposa. El asesino llegó a la casa de la colonia San Francisco en el municipio de Cerritos. Era ya de mañana; entró y se dirigió a la habitación de que quien fuera su mujer y la atacó. No es posible saber si hubo algún altercado previamente, solo se sabe que le propinó múltiples heridas con un cuchillo, mismo que dejó abandonado en el lugar del crimen. La policía fue avisada del caso a eso de las ocho de la mañana de este sábado 25 de agosto. Don Antonio no huyó, se quedó cerca de la escena mortal y fue detenido por elementos de la Policía Ministerial; se desconoce lo qué lo motivó a matar a su ex pareja que ya tenía 78 años de edad, eso lo tendrá que declarar a la autoridad ministerial y luego al juez.

Luz Clarisa de 20 años de edad fue asesinada en su casa hasta donde irrumpieron hombres armados que abrieron fuego. Junto con su hermano, Juan de 15 años de edad, recibió la metralla, estaban en el zaguán de la casa en el ejido Plan de Zaragoza en el municipio de Ébano; al escuchar el tronido de las armas, llegaron sus familiares y los agresores ya habían huido. Avisaron de inmediato a la policía y a los servicios médicos; heridos, los levantaron y los trasladaron al hospital de Tamuín donde Luz Clarisa murió, mientras que Juan fue llevado al Hospital General de Ciudad Valles. Los hechos, por la noche del día 25 de agosto.

Al filo de la medianoche del día 25 de agosto, un taxista fue asesinado al resistirse a un asalto en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez. En la esquinas de Libertad y San Pedro, unos pandilleros se lanzaron a la unidad que había hecho alto y procedieron a asaltarlo, en seguida, el operador solicitó apoyo a taxistas que en cuestión de minutos llegaron al lugar donde se inició una riña, aunque Gabriel ya había sido severamente golpeado. Sus compañeros avisaron a los servicios de auxilio que lo trasladaron al Hospital Central donde murió a consecuencia de los golpes. Paradójicamente, los hechos ocurrieron a solo unos metros del Cementerio de El Morro.

A los vecinos de la calle Circuito San Eduardo de la Colonia San José en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez les dio mala espina el nauseabundo olor que salía de una casa, así que llamaron a la policía. Eran las cinco de la tarde del día 26 de agosto y la policía ingresó al domicilio; revisaron y al entrar a una habitación se encontraron el cadáver de un hombre sin vida. Llevaba ya varios días postrado y como vivía solo, no se supo quien era. El cadáver fue trasladado al legista para su identificación y para conocer las causas de su muerte.

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