Jaime Nava
Representantes del Comisariado Ejidal de Palma de la Cruz en Soledad de Graciano Sánchez demandaron al ex alcalde de la capital, Ricardo Gallardo Juárez por deforestar y apropiarse indebidamente de tierras de uso común que son propiedad del ejido para construir un acueducto para llevar agua del río Santiago hacia sus cultivos y a uno de los ranchos que tiene en esa zona llamado: “El Dorado”.
La demanda forma parte del expediente 772/2018 en el Tribunal Unitario Agrario donde este jueves se iba a llevar a cabo la audiencia inicial; sin embargo, Ricardo Gallardo Juárez no se presentó y en su lugar envió a Zacarías Guillermo Martínez Salazar, uno de sus empleados, como “apoderado legal” para que compareciera.
La audiencia fue diferida debido a que Zacarías Guillermo Martínez Salazar presentó un poder en copia simple y no contaba con abogado defensor por lo que, para garantizar la equidad procesal entre las partes, el Tribunal tuvo que asignarle a una empleada como su asesora legal quien, al no conocer el asunto, solicitó tiempo y se fijó nueva fecha para la audiencia.
Por conducto de Zacarías Guillermo Martínez Salazar, el Magistrado apercibió a Ricardo Gallardo Juárez para que la próxima audiencia acuda debidamente acompañado por su abogado.
DESDE QUE ERA ALCALDE DE SOLEDAD GALLARDO QUERÍA LOS TERRENOS
Bernardo Alvarado Alonso, ejidatario y abogado de los demandantes, explicó que desde el 2011, cuando era alcalde de Soledad de Graciano Sánchez, Ricardo Gallardo Juárez buscó a los ejidatarios de Palma de la Cruz para pedirles que donaran al ayuntamiento 100 hectáreas colindantes con el cauce del río Santiago y la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí con el argumento de que se construiría un “campus universitario”.
“Obviamente no le creímos, acudimos con el entonces rector, Mario García Valdés, quien nos desmintió la construcción de ese campus”, señaló el Alvarado Alonso.
Una vez descubierto el engaño, Gallardo Juárez envió a la entonces directora de Ecología de la administración soledense, Lidia Velázquez Neri, para pedir que le vendieran las 100 hectáreas a un precio de 50 mil pesos por hectárea. Como los ejidatarios se negaron, Gallardo Juárez los comenzó a buscar de manera individual para comprar parcelas de dos o tres hectáreas, sin éxito, “para apoderarse del agua residual del río Santiago y de un canal que es donde regamos todos”.
En el escrito de demanda presentada en contra de Gallardo Juárez indican que casi la totalidad de las familias de los ejidos Palma de la Cruz y Cándido Navarro –donde Gallardo también tiene propiedades- dependen del agua del río Santiago para regar sus cultivos; pero se han visto afectados debido a que Gallardo construyó “canales de riego, depósitos y/o aljibes de almacenamiento a un costado del canal del río Santiago”; además, aseguran que utiliza bombas de succión de 8 pulgadas.
Ante los reclamos de los ejidatarios, Gallardo Juárez y sus empleados argumentaron contar con autorización de la Comisión Estatal del Agua (CEA) para absorber el agua necesaria para sus cultivos. Los ejidatarios presentaron un amparo en contra de dicha autorización; no obstante, en el informe que rindió la CEA consta que nunca se extendió ningún permiso a Ricardo Gallardo para construir obras de infraestructura y suministro de agua residual que transita por el canal del río Santiago.
Asimismo, acusan a Gallardo Juárez de introducirse a tierras de uso común propiedad del ejido, a través de su capataz –y apoderado legal- Zacarías Guillermo Martínez Salazar con ayuda de trabajadores y máquinas retroexcavadoras para deforestar el lugar y sembrar alfalfa y maíz, por lo que le exigen el pago de la cantidad que resulte por el usufructo que está obteniendo de forma mensual al explotar terrenos del ejido.
Los ejidatarios también le reclamaron por haberse introducido sin derecho a sus tierras y por haberlas deforestado sin la autorización debida. Nuevamente, Ricardo Gallardo Juárez y su capataz arguyeron con permisos, ésta vez, por parte de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). “Y siguen deforestando, haciendo caso omiso a nuestras indicaciones, auxiliados por maquinaria pesada y sus trabajadores. […] tenemos informes de la Semarnat donde nos establece claramente que no hay autorización”, comentaron.
“GALLARDO JAMÁS VA A ACREDITAR QUE HUBO VENTA”
El abogado del ejido se mostró convencido de que Ricardo Gallardo Juárez jamás podrá acreditar que alguno de los ejidatarios le vendió los terrenos que le reclaman. “Tenemos todo el historial del ejido y no hay nadie, ni autoridad que se haya prestado, para venderle a este señor”, manifestó.
En una parte de dichos terrenos viven algunas personas y cerca de la Facultad de Agronomía un grupo de ejidatarios pretendían construir sus viviendas; empero, al poco tiempo de iniciar las obras llegó la policía municipal a detener a quienes estaban construyendo. Astrolabio Diario Digital pudo corroborar que las casas quedaron sin terminar y que el dicho del abogado y de los ejidatarios coincide con otros testimonios recabados entre los habitantes de Palma de la Cruz.
“Hubo policías que dijeron que las órdenes venían directamente de Ricardo Gallardo Cardona, para detener y no permitir la construcción porque ellos (los Gallardo) tienen interés en toda la franja sur y poniente de todo el ejido Palma de la Cruz”, afirmó el abogado.
LA INTENCIÓN, EXPANDIR EL RANCHO “EL DORADO”
El conflicto por el agua y los terrenos comenzó poco después de que Ricardo Gallardo Juárez adquiriera el rancho “El Dorado” cuando era alcalde de Soledad de Graciano Sánchez. Desde entonces, la intención es la de expandir su propiedad siguiendo el canal del río Santiago en dirección a la Facultad de Agronomía de la UASLP que se encuentra muy cerca del rancho.
“En todo lo que da hasta la carretera, lo que da con el río Santiago y lo que está en el camino que delimita con la Facultad de Agronomía tiene intención de desalojar a las personas”, sostuvo Alvarado Alonso.
Fácilmente puede distinguirse el rancho “El Dorado” del resto de propiedades en Palma de la Cruz. Las dimensiones del terreno y de las construcciones en su interior aunadas al lujo que se percibe a simple vista contrasta con el resto de parcelas colindantes donde prácticamente sólo hay cultivos.
En ese lugar Gallardo cuenta alberca, capilla privada y animales de todo tipo, incluidos caballos y pavorreales. La propiedad se encuentra vigilada las 24 horas y cualquier persona que se acerca es rápidamente detectada y observada a la distancia por los empleados del rancho.