Oswaldo Ríos
El PAN en San Luis Potosí realizó ayer un debate entre los cinco candidatos que aspiran a ser su presidente estatal. La elección se llevará a cabo el próximo domingo 9 de diciembre, por lo que esta última semana de campaña resulta clave para perfilar quién tendrá la responsabilidad de liderar al único partido que a nivel nacional y estatal puede ser el contrapeso real de Morena, partido que hoy, en la persona de Andrés Manuel López Obrador, asume la Presidencia de México.
¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de cada uno de los aspirantes? ¿Qué representan sus candidaturas? ¿Cuál debería ser el mayor propósito de Acción Nacional en la entidad, frente a la renovación del Gobierno del Estado hacia 2021? Le comparto estas reflexiones.
Salvador Hernández Martínez, el más joven de los aspirantes, es abogado y su mayor carta de presentación política es haber sido alcalde de San Ciro de Acosta. La fortaleza de Salvador es estar respaldado por el panista con mayor jerarquía del estado el senador Marco Gama Basarte, quien en el último proceso electoral hizo una campaña estatal intensa y por tanto posee el mapa más actualizado de la situación política en tierra. Sin embargo, su debilidad consiste en que su liderazgo sigue siendo regional y como es muy joven, adolece del reconocimiento en las bases del panismo de algunos municipios importantes, como por ejemplo la capital del estado. Su candidatura es osada pero no para él, porque si no obtiene el triunfo nada perdería al correr en auto prestado, el costo sería para el senador Gama, serio aspirante a la candidatura panista a gobernador. Si Salvador negocia y se suma a quien resulte ganador, se volverá el fiel de la balanza en la competida contienda panista.
Juan Pablo Escobar Martínez, es el candidato con más experiencia política y partidista de los cinco pues ha sido diputado local, federal y dirigente del partido en los años dorados de la “ola azul”. La mayor fortaleza de Juan Pablo es que se trata probablemente del mejor estratega que el PAN haya visto en los últimos años, lo cual consolida la imagen de que es formidable tenerlo de coequipero porque construye proyectos muy sólidos. En cambio, su mayor debilidad estriba en que cuando da un paso al frente y él se convierte al mismo tiempo en estratega y candidato, eso le genera una doble merma, acumula el desgaste de los cargos que ha ocupado y no puede ocuparse íntegramente de la estrategia. En esta elección su grupo político no se encuentra en el mejor momento y solo a través de una negociación (su especialidad) puede volverse un candidato realmente competitivo.
Jorge Lozano Soto, heredero político del apellido Lozano, le beneficia por su abuelo Don Mario, líder moral del panismo quien con una carta o un desplegado podía influir en las decisiones políticas del estado; le perjudica por su padre Jorge, quien decidió inmortalizar su renuncia al PAN destruyendo su credencial con unas tijeras. No obstante, Jorge ha escrito su propia historia y tiene como fortaleza la cualidad de ser un político pragmático capaz de construir alianzas importantes, la prueba es que su candidatura está respaldada por panistas de prosapia como Marcelo de los Santos, Mario Leal y Alejandro Zapata, así como empresarios. Su mayor debilidad es el apoyo que abiertamente le da Xavier Nava, a quien los panistas reconocen como el candidato de Juan Manuel Carreras. Una cosa es que aceptaran apoyar a Nava para echar a los Gallardo del ayuntamiento y otra que estén dispuestos a que utilice al PAN para que el PRI siga en el poder. Lozano solo puede ser competitivo si logra concretar en su favor la adhesión de Salvador Hernández y Juan Pablo Escobar, como anticipó en el debate. Su derrota, en cambio, sería interpretada como una derrota de Xavier Nava, quien de nada se preocuparía, porque si el PAN no lo postula, ya tiene amarrada la candidatura por Morena para el 2021.
Juan Francisco Aguilar Hernández es un joven abogado postulante y tiene posgrados en Derecho. La mayor fortaleza de Juan Francisco es que tiene una fama de profesionista honesto, pero sobre todo que es un rostro totalmente nuevo en la política potosina y panista, pues no ha ocupado cargo político alguno. Consolida esa imagen de ciudadano que no ha vivido de la política con su propuesta firmada ante notario de no usar la dirigencia estatal como trampolín para ocupar un cargo de elección popular. Su debilidad es que ha sido sistemáticamente señalado como el candidato de Xavier Azuara y pretenden transferirle el enorme desgaste del actual dirigente. Es considerado el favorito y por lo mismo ha desatado la necesidad en los otros aspirantes de presentarle un frente común, lo que torna competitivo el escenario. Si consolida una alianza de facto con algún otro candidato su triunfo será casi seguro.
Manuel Aguilar Acuña a.k.a “El Kippy” ha sido alcalde de Tancanhuitz y diputado local, sin embargo, los episodios más difundidos en los medios de su trayectoria, no están vinculados a su actividad política, sino a diversos escándalos más bien relacionados con el derecho penal. Su mayor fortaleza es sin duda el desparpajo y simpatía que Manuel es capaz de despertar en cualquier persona. Alejado de los conceptos complejos o las definiciones doctrinarias, lo suyo es el contacto directo con la gente con la que fácilmente genera empatía, si a eso se le suma que no tiene problema en invertir en las campañas, se vuelve un candidato cuyas expectativas crecen rápidamente. Su mayor debilidad en esta ocasión, es que está respaldado abiertamente por Héctor Mendizábal (y como consecuencia por Cándido Ochoa, Ricardo Gallardo, Manuel Barrera, etc.), padre intelectual de Los Broncos y aliado de los protagonistas de la Ecuación Corrupta, lo que le genera pasivos en los panistas que no quieren repetir la historia de un panismo manipulado a control remoto desde una oficina tenebrosa. Con todo, Manuel es un serio aspirante porque es quien puede catalizar mejor la oposición al actual comité.
Como puede verse, todos tienen algo que aportar y algo que debería preocuparle seriamente a la militancia panista. Recuperando las valiosas lecciones que nos ha dado la historia, puedo adelantar esto: si después de la elección pesan más las debilidades y se vuelven vicios, no habrá unidad y el PAN será derrotado. Si gane quien gane, todos deciden sumar sus potencialidades, el PAN será invencible.
Los panistas tienen la palabra.
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