Por Victoriano Martínez
Diputadas reconocidas por una organización interinstitucional como víctimas de violencia política.
Un diputado acusado de acoso sexual y laboral que, al ser abordado por la prensa, se niega a dar su versión.
Un fiscal que se lava las manos sobre los avances de denuncias ciudadanas con la afirmación de que están en manos de la Fiscalía Anticorrupción, como si ésta no fuera parte de la estructura de la propia Fiscalía General. Peor aún, si sabe que son denuncias a cargo de la Visitaduría, miente abiertamente.
Más aún, el mismo fiscal que anuncia órdenes de aprehensión en contra de los asesinos del empresario Rubén Rangel Fernández, en un claro afán de auto proclamarse muy efectivo, cuando realmente lo sería si no alertara a los homicidas y en lugar de eso ya los tuviera tras las rejas.
Estudiantes de danza y cultura de tres secundarias del Estado que se manifiestan ante la falta de respuesta de autoridades estatales y municipales a solicitudes de apoyo para acudir a un festival cultural.
Una Auditoría Superior del Estado (ASE) acusada de sólo dar atención a los asuntos que se le denuncian cuando no están involucrados sus propios intereses.
Un Sistema Estatal Anticorrupción olvidado en la Ley del Presupuesto de Egresos del Estado.
Son siete notas que describen el panorama informativo de este jueves 24 de enero, precedidas por la revelación el día anterior de la negligencia del gobernador Juan Manuel Carreras López que provocó que se perdieran mil 200 hectáreas de un Área Natural Protegida en la Sierra de San Miguelito.
Un panorama que retrata la decadente calidad de quienes encabezan hoy las instituciones públicas:
Diputados insensibles ante la equidad de género.
Un diputado que, con su evasiva, lejos de afrontar con responsabilidad una acusación (que no es ninguna sentencia condenatoria aún) se hace de culpa rodeado de un innecesario cerco de seguridad para evitar a la prensa, con algunos tintes de agresividad.
Un fiscal que miente abiertamente para evadir un tema sensible para la sociedad.
Declaraciones del mismo fiscal que, sin resultados firmes, trata de presumir efectividad en una ofensiva actitud que antepone la pretensión de aparentar ser lo que no se es.
Autoridades educativas, estatales y municipales, insensibles para apoyar actividades culturales de adolecentes de secundaria.
Una ASE sobre la que recaen más sospechas apenas unos días después de haber revelado un injustificado rezago en sus actuaciones.
La inoperancia del Sistema Estatal Anticorrupción simplemente por la vía del menosprecio, no sólo al no asignarles presupuesto, sino al dejar al garete su conformación.
Todo coronado con un gobernador que ni de chiste asume su compromiso de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes.
Epílogo: “Y si no lo hiciere, que el pueblo se lo demande”.
Si este es el panorama en un solo día, con Carreras López, aunque ya haya algunas voces, el pueblo sí que se ha tardado.
