Por Victoriano Martínez
Este martes entró en vigor la Ley Orgánica de la Fiscalía General del Estado.
La plana mayor de la ya formalmente desaparecida Procuraduría General de Justicia del Estado presentó en rueda de prensa la que será su nueva estructura como Fiscalía.
La investigación de los delitos y la procuración de justicia ya son plenamente autónomos… aunque sólo sea por un decreto más de esos del obedézcase, pero no se cumpla.
La metamorfosis se completa en un año en el que la delincuencia campea como nunca en el Estado.
El Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) lleva registrados en los primeros siete meses del año 20 mil 995 delitos, a razón de 99.5 actos delictivos diarios. Cada 14.5 minutos se comete un delito. Sin contar la cifra negra.
De todo el panorama de delitos, la cifra que más impacta es la relacionada con homicidios: 553 en siete meses que convierten ya al 2018 en el año más violento de la historia.
No sólo eso. En 22 meses, el número de homicidios en un sexenio alcanza una cifra tal que ya se cuentan en miles: 2 mil 60 homicidios en lo que lleva Juan Manuel Carreras López como gobernador.
El de Carreras López se perfila como el sexenio más violento, a menos que en la segunda mitad de su gobierno asuma que en serio es el gobernador del Estado.
Si los homicidios son los que más impactan, los delitos contra el patrimonio de los potosinos son los de mayor incidencia, ya que representan el 51.02 por ciento de la totalidad de los delitos reportados al SNSP.
De poco sirve que Carreras López afirme que están trabajando para frenar la alzada en los actos criminales, si en los hechos dejó de ejercer 338 millones 694 mil 546 pesos del Fondo para la Seguridad Pública (FASP) entre 2016 y 2017.
El asalto ocurrido este martes en la Plaza de la Mujer, a escasos 75 metros de la oficina del gobernador Carreras López, apenas un par de horas de la presentación de la autónoma Fiscalía General del Estado, tiene un tinte de mensaje por parte de la delincuencia:
¡Ah sí, pues con sus Fiscalías y cuántas cosas más pongan en marcha aquí estamos en sus narices!
El disparo entre los clientes, los martillazos sobre las vitrinas, el llenado de mochilas con joyas ante las cámaras, la huida entre el tráfico del centro… todo eso sin la reacción adecuada de los policías que vigilan no sólo los acceso al Palacio de Gobierno, sino a la zona peatonal de la Plaza de Armas, son una muestra más de la razón por la que la delincuencia puede campear en el Estado.
Afrentas que no se resuelven por decreto, así sea el que aterrice la autonomía de la institución procuradora de justicia.