Ciudad de México (22 de abril de 2016).- Las personas que pasan gran parte de su día sentadas quizá sean más propensas a sentirse ansiosas, sugiere una revisión reciente.
Los investigadores señalaron que los hallazgos no prueban que estar sentado frente a la tele o a la computadora provoque ansiedad. Por un lado, es posible que las personas que tienden a la ansiedad elijan ser sedentarias.
Por otro lado, también es posible que pasar demasiado tiempo sentado pueda afectar al bienestar mental, planteó la investigadora principal, Megan Teychenne, del Centro para la Investigación sobre la Actividad Física y la Nutrición de la Universidad de Deakin en Victoria, Australia.
Quizá sea una vía indirecta. Por ejemplo, si las personas duermen poco porque pasan horas en internet o viendo tele, eso podría contribuir a la ansiedad, explicó Teychenne. También podría ser más directo: por ejemplo, si una actividad sedentaria, como los videojuegos, estimula de forma constante al sistema nervioso.
Pero, por ahora, es especulación.
Lo importante, según Teychenne, es que hay una relación entre estar sentado de forma prolongada y la ansiedad, y se debe estudiar más.
“Sabemos que la ansiedad es una enfermedad grave”, dijo, y anotó que en Australia alrededor de una sexta parte de los adultos y los adolescentes sufren un trastorno de ansiedad.
“Con la creciente cantidad de personas que pasan mucho tiempo de su día frente a computadoras, a la televisión o con sus smartphones, es importante que determinemos si el tiempo que pasamos sentados de hecho conduce a un mayor riesgo de ansiedad”, planteó Teychenne.
La revisión, que aparece en la edición en línea del 19 de junio de la revista BMC Public Health, observó nueve estudios internacionales. Algunos se enfocaron en los adultos y otros en los niños. Algunos evaluaron la ansiedad clínica en toda regla, mientras que otros preguntaban a las personas con qué frecuencia se sentían “preocupadas, tensas o ansiosas”.
El equipo de Teychenne encontró que, en general, la mayoría de los estudios encontraron una correlación entre el tiempo que las personas pasaban sentadas a diario y su riesgo de ansiedad.
Pero hay salvedades importantes. La mayoría de los estudios compararon un grupo de personas con otro, en un punto del tiempo, en lugar de seguir a las mismas personas en el tiempo.
Teychenne apuntó que, por ende, no está claro qué sucedió primero: la ansiedad o el estilo de vida sedentario.
Además, los estudios que se enfocaron en el “tiempo delante de la pantalla” (estar sentado frente a la televisión o a la computadora) llegaron a conclusiones mezcladas. Algunos sugirieron un vínculo con la ansiedad, y otros no.
“Lo que podemos decir es que sabemos que el tiempo que uno pasa sentado en general, que con frecuencia tiene que ver con el uso de computadoras, de la televisión, de los smartphones y de otros dispositivos electrónicos, se vinculó con unos niveles más altos de síntomas de ansiedad”, dijo Teychenne. “Es importante que lo tengamos en cuenta en nuestras ocupadas vidas diarias”.
Investigaciones anteriores ya habían encontrado una asociación entre la conducta sedentaria y las enfermedades físicas. Una revisión canadiense de 47 estudios que se publicó en enero encontró que estar sentado mucho tiempo se vinculaba con unas probabilidades significativamente más altas de enfermedad cardiaca, diabetes, cáncer y muerte precoz.
Teychenne recomendó que las personas incluyan tiempo para caminar, e incluso simplemente para estar de pie y estirarse, durante el día.
“Hacer estas cosas es sencillo, pero son importantes tanto para la salud física como para, potencialmente, la salud mental”, planteó.
El Dr. Alan Manevitz, psiquiatra clínico del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, se mostró de acuerdo.
“Es sentido común”, dijo Manevitz, que no participó en la investigación.
Al igual que Teychenne, enfatizó que el estudio no prueba causalidad. Pero añadió que hay muchas evidencias que conectan a la actividad física con el bienestar mental.
No se trata de una relación simple, apuntó Manevitz. Las personas ansiosas o deprimidas podrían quedarse en casa y pasar gran parte de su día sentadas, lo que a su vez podría empeorar sus síntomas de salud mental.
Pero también es factible que un exceso de inactividad pueda fomentar la ansiedad en primer lugar, según Manevitz. Apuntó a investigaciones con animales que sugieren que el ejercicio puede calmar la respuesta del cerebro al estrés.
La salud física también tiene que ver, dijo Manevitz. Quizá las personas sedentarias tienen más problemas médicos crónicos, lo que puede afectar a la salud mental.
“Todas esas cosas (la inactividad, la depresión, la ansiedad, la salud física) se afectan entre sí. Hay una interacción”, afirmó Manevitz.
Se mostró de acuerdo en que es una buena idea tomar descansos del trabajo (o de la tele) para caminar, estirarse o moverse de alguna forma.
“No es necesario ir a clases de spinning ni al gimnasio para incorporar la actividad en su vida”, afirmó Manevitz.
Fuente: Hoy Verde.