Abraham y Gerardo se casan: Cumplen su sueño y hacen historia en SLP

 

Por: Antonio González Vázquez.

 

Cuentan que la sonrisa es el rostro de la felicidad. Cuando Abraham y Gerardo se conocieron, nació una sonrisa y desde entonces, son felices en un entorno social que no termina de entender que todos tienen derecho a amarse y ser felices. No ha sido fácil, ha habido obstáculos, pero en el fondo su felicidad es porque el suyo fue un amor a primera vista.

No es un cuento de hadas, ni tampoco una linda historia de romance, sino la historia de una lucha tenaz y consciente por hacer valer sus derechos por encima de prejuicios sociales y costumbres tan anacrónicas como atávicas.

Abraham y Gerardo se enamoraron y ahora se van a casar. Es la primera pareja de homosexuales que oficialmente contrae matrimonio civil en San Luis Potosí, eso también los hace más felices.

Se conocieron a través de las redes sociales, conversaban y vieron que se comprendían, que compartían anhelos y decidieron hacer una cita y entonces, se conocieron como se conocen todas las parejas: se observaron, se escucharon, se admiraron y al poco tiempo ya estaban enamorados.

Fue un día de mayo de 2006 cuando empezó una relación que nueve años después ha alcanzado la cúspide. Venían de relaciones frustradas que solo habían dejado desilusión y hasta frustración, pero decidieron darle una oportunidad a sus ansias de vivir.

“La gente cree que porque somos personas del mismo sexo no nos enamoramos o no sentimos igual que los heterosexuales, pero es exactamente lo mismo; uno se enamora, uno siente, a uno le duele el engaño, la mentira, la ruptura, porque uno se apasiona igual que las parejas normales”, dicen al recordar los tiempos duros de la incomprensión.

 

Darlo todo es muy importante, entregarse y alejarse de los temores que surgen de los señalamientos de una sociedad torcida. Nos escondíamos, pero ya no. No estamos solos, tenemos amigos, tenemos familia y tenemos apoyo. Eso nos impulsó a ir por la vía legal para contraer nupcias: queríamos casarnos porque ese era el siguiente paso, el paso necesario para nuestra relación y lo hemos logrado.

Ganamos un juicio de amparo, lo concedieron apenas en agosto pasado, pero lo promovimos desde julio de 2014 en San Luis. Ya lo habíamos intentado desde 2013 en el Distrito Federal pero no se pudo.

 Para casarse “lo que importa es el amor, lo que uno siente”. Somos una pareja que se enamoró y sabemos al mismo tiempo que como en cualquier pareja y en cualquier relación hay o puede haber problemas, eso lo sabemos, pero por encima de todo “está lo que uno siente y lo que uno entrega”.

 

¿Cómo es tu amor por Gerardo?

“Lo amo mucho porque complementa mi vida, en los momentos en que estoy mal siempre está apoyándome, aunque no me hable, no me diga nada, sé que alguien siempre va a estar allí. El amor es algo único, algo que siempre espere durante mucho tiempo; el amor se siente, se ve y me siento a gusto con él”.

 

De Gerardo para Abraham: “Cuando estoy con él me siento diferente, muy bien. Mis sentimientos por él son algo grande, muy grande, cuando llega a casa y lo veo, me alegro, lo que siento por él es indescriptible”.

Estamos haciendo historia y después de nosotros habrá más parejas que se querrán casar y las autoridades tendrán que aceptarlo. Los diputados “van a tener qué legislar a favor de los matrimonios del mismo sexo, para que ya no se nos vea como algo extraordinario, para que se nos vea como algo ordinario como lo es: una pareja normal, común y corriente, de dos personas que son seres humanos que se aman y quieren estar juntos”, dicen con entusiasmo porque avistan el derrumbe de barreras legales y sociales estigmatizadoras.

 

Todos tenemos derecho a la felicidad, pongamos por ejemplo, un momento inolvidable que perdurará siempre: Llegó a casa con un ramo de flores en la mano y le digo: eres lo más importante, te quieres casar conmigo. Entonces uno se da cuenta de que se puede llorar de felicidad.

 

Pero todas las parejas, todos los matrimonios tienen problemas que forman parte de su cotidianidad. Eso lo sabemos, pero también sabemos de nuestras fortalezas. Los problemas más que entre nosotros probablemente vendrán del exterior, pero los vamos a superar. Por eso, lo primero que haremos como pareja es regular el servicio de asistencia social en el ISSSTE y lo vamos a lograr.

 

Con todo y la felicidad que tenemos, no es todo, queremos adoptar, queremos formar una familia en todo el sentido de la palabra y también vamos a luchar por ello. Queremos una niña y la llamaremos Gabriela Abigail. Una familia también se construye a base de ilusiones y esas ilusiones tarde que temprano se cumplen.

“Sabemos que es un proceso largo, no es la primera vez que pensamos en eso. También sabemos en qué estado se puede de manera fácil, en qué estado puede adoptar una persona soltera. Sabemos que cuando tengamos un hijo es porque le vamos a dar todo, no como cualquier pareja que por error tienen un hijo; Nosotros no, al contrario, por el gusto y porque tendríamos todo lo necesario para brindarle lo mejor”.

 

Aunque vivimos un entorno de violencia y muerte, de antivalores y de prejuicios, Abraham y Gerardo tienen claro que el suyo sí puede ser un cuento de hadas: casarnos después de nueve años y luego tener un hijo, “ahora somos buenos tíos, pero queremos ser buenos padres”.

Ellos saben que luego de su matrimonio puede iniciarse una revolución en San Luis Potosí con parejas que sigan sus pasos y para empezar, desean que en su boda, “las personas que nos acompañen salgan mucho más enamorados que nosotros”.

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