Accidente en Pinabete, Coahuila, gran incertidumbre y pocos avances

Fernanda Durán

Tras 13 días en la incertidumbre, la esperanza de las familias de los 10 mineros atrapados en una mina de carbón en Sabinas, Coahuila, ha ido en picada, pues consideran que el trabajo de las autoridades ha sido lento y ha mostrado pocos avances.

No bastan los reportes diarios que presenta Laura Velázquez, coordinadora Nacional de Protección Civil, durante la conferencia de prensa mañanera; el esfuerzo de los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional y diversas dependencias estatales y locales, no es suficiente para quien busca a un hijo entre los escombros.

Desde el 3 de agosto los mineros se encuentran atrapados luego de que tres pozos comunicados en una mina de arrastre quedaran inundados, lo que provocó el reblandecimiento de las paredes al interior de la mina que se encuentra a 60 metros de profundidad. Tan solo cinco hombres lograron escapar.

Los obreros que trabajaban en condiciones de riesgo y que ahora están atrapados son: José Luis Mireles, 46 años; Mario Alberto Cabriales, 45 años; Jaime Montelongo, 61 años; Sergio Gabriel Cruz Gaytán, 41 años; Jorge Luis Martínez Valdez, 34 años; José Rogelio Moreno Leija, 42 años; José Rogelio Moreno Morales, 21 años; Margarito Rodríguez Palomares, 39 años; Ramiro Torres Rodríguez, 29 años, y Hugo Tijerina Amaya, 29 años.

El 4 de agosto, el subsecretario de la Defensa Nacional, Agustín Radilla Suástegui, informó sobre la activación del plan DNIII-E en la zona del desastre, donde comenzaron a trabajar en el rescate 230 elementos del Ejército, Guardia Nacional y las autoridades de seguridad pública, así como seis buzos.

Radilla Suástegui dio a conocer que los obreros estaban atrapados entre dos pozos de carbón a 60 metros de profundidad e inundados con 34 metros de agua.

Casi 48 horas después, la esperanza de encontrarlos con vida iba se convirtió en una montaña rusa.

El primer plan de ingreso a los tres pozos por un equipo de buzos no tuvo éxito. Sin embargo, encontraron una zona en el laberinto subterráneo donde hay aire y se cree que podrían estar los mineros, según informaron testigos.

Los días continuaron con la llegada de más elementos de apoyo gubernamental y particular con numeroso equipo: bombas, mangueras, plantas de luz y más herramientas que ayudarían con la extracción de agua en los tres pozos.

Blindaron la zona con una cerca de madera alrededor del área donde se lleva a cabo la extracción de agua de los pozos, para impedir que los medios de comunicación pudieran registrar imágenes del recate, que aún no sucede.

La presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador en el lugar de los hechos no fue del agrado de las familias que esperan ver regresar con vida a sus mineros, ya que lo catalogaron como una visita para completar su agenda política sin interés de rescatar a las 10 personas atrapadas.

Ejemplo de ello fue Lucía Rodríguez, madre del minero Ramiro Torres, quien mandó un mensaje al Gobierno a través de un vídeo que circuló en redes sociales, donde agradeció irónicamente la rápida visita del mandatario.

“Le agradezco su visita que vino a hacer a esta área donde está ahorita el dolor. Le agradezco que haya venido a tomarse la foto con mi dolor, de mi familia y el dolor de cada uno de los que estamos aquí. Espero que sus fotos le sirvan para su política”, reprochó Lucía.

Durante ese tiempo, cada que el presidente era cuestionado sobre quién era el responsable de la mina, evadía la pregunta diciendo que “lo importante ahora es el rescate de los mineros”.

No obstante, el 8 de agosto dio a conocer que la concesión de la mina de Sabinas, Coahuila, fue otorgada en 2003 durante el gobierno del expresidente Vicente Fox y vence en 2053; por si fuera poco, informó que esta mina empezó a operar “sin aviso” a partir de 2021.

Tras el descubrimiento, la Fiscalía General de la Republica (FGR) informó que Cristian N. fue identificado como presunto responsable de la mina. Aunque se trata de un prestanombres del verdadero dueño, aseguró la organización Familia Pasta de Conchos, que tiene su origen en el año 2006, a partir del siniestro en la mina 8 ubicada en Pasta de Conchos, zona carbonífera de Coahuila.

El 8 de agosto ingresó un dron submarino a uno de los pozos con la intención de proporcionar datos e imágenes que dieran noción del estado en el que se encontraba la mina tras la incursión de elementos de la Marina, quienes se encargaron de sacar escombro para despejar el área.

Para el miércoles 10 de agosto, la coordinadora Nacional de Protección Civil informó durante la conferencia matutina que gracias a las 13 bombas instaladas, cuya capacidad de bombeo es de 437 litros por segundo, los niveles de agua en los pozos eran menores a 30 metros, lo cual era crucial para que los buzos y rescatistas pudieran ingresar al lugar.

Primero fue enviado un elemento del Ejército y un minero voluntario para verificar las condiciones del agujero y retirar polines y mangueras que obstruían el paso; luego ingresaron dos elementos más, pero la operación no pudo continuar ya que había polines y escombros que detenían el paso.

No obstante, la impotencia de quienes esperan una señal o la localización de sus padres, hermanos o esposos está latente, por este motivo el sábado 13 de agosto las familias de los diez mineros pidieron el apoyo de servicios de rescate extranjeros a través de una conferencia de prensa.

“La autoridad nos dice que nos esperemos, que falta mucho, que falta poco, nosotros lo que queremos es ayuda, que nos ayuden ya sea por el extranjero o donde se pueda, pero tratar de sacar a los familiares”, comentó el hermano del minero Margarito Rodríguez Palomares.

Los familiares han intentado orientar, como conocedores del terreno, a los ingenieros que se encuentran en la zona, “según los ingenieros dicen que el agua viene de la mina Las Conchas, nosotros sugerimos que metan bombas allá por las Conchas”, pues aseguran que en esa área existe una entrada para el rescate.

La incertidumbre se convierte en indignación, por lo que las familias exigen el cese de la funcionaria Laura Velázquez, a quien consideran incapaz de lograr el rescate además de que la han acusado de malos tratos a las familias que se ubican en el interior del campamento instalado en El Pinabete.

Por si fuera poco, para el domingo 14 parecía que era suficiente el agua extraída para intentar un rescate, sin embargo, durante la madrugada una nueva inundación causó que los niveles de agua aumentaran de forma abrupta y el trabajo realizado durante 11 días se disolviera.

El Gobierno de Coahuila registró un nivel de agua en el Pozo 2 de 38.78 metros; el Pozo 3, con 41.47 metros, y el Pozo 4, con 38.63 metros, es decir, mayor al que se registró inicialmente de 34 metros.

Debido a ello buscan otra estrategia de extracción de agua que consiste en la perforación de 20 barrenos que permitirán inyectar concreto y sellar las galerías de la mina conchas norte, para disminuir el flujo de agua hacia El Pinabete.

Tras el anuncio, Protección Civil reconoció que “todavía falta mucho; faltan muchos días de trabajo”.

Estos hechos elevaron la tensión entre las autoridades y las familias, mientras que el martes 16 de agosto la funcionaria Laura Velázquez señalaba que cumplían 303 horas de trabajo ininterrumpido.

Durante su informe diario, Velázquez sostuvo:

“Somos todos un gran equipo, pero los efectivos militares, señores, son muy importantes, son 248 elementos con el plan DNIII quienes están siendo un respaldo muy importante para esta misión; la Guardia Nacional, los mineros voluntarios que muchos de ellos son familiares de los mineros que vamos a rescatar; las diversas dependencias”.

Tras el discurso, informó que a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Gobierno Federal recibirá asesoría de dos empresas, una alemana y otra estadounidense, para poder avanzar con las labores de rescate y saber quién les puede aportar la mejor opinión al tomar en cuenta las condiciones de la mina para detallar las acciones con mayor precisión.

Esto como resultado de las peticiones realizadas por varios días por parte de las familias, que reflejan la preocupación que viven por cada día que pasan estos trabajadores bajo la mina de carbón en pésimas condiciones.

Este miércoles 17, tras 327 horas de trabajo ininterrumpido, la titular de Protección Civil dio a conocer que tuvo contacto con el embajador de Alemania en México, quien recomendó a los mejores ingenieros mexicanos, los cuales ya formaban parte del caso.

En cuanto al apoyo de Estados Unidos, detalló que se espera la llegada del grupo de especialistas para incorporarse a la reunión de trabajo del Mando Unificado del Equipo Interinstitucional de Rescate.

Asimismo, dio a conocer la reducción de casi dos metros en el nivel de agua en cada uno de los pozos, por lo que ahora el Pozo 2 cuenta 36.8 metros; el Pozo 3, con 39.3 metros, y el Pozo 4, con 36.3 metros. Cifras registradas a las 6:00 de la mañana de este día.

La historia continua y la espera deja al rojo vivo la incertidumbre para las personas que tienen a sus familiares en esta mina. Las actividades de rescate siguen de forma ininterrumpida, pero los resultados no son suficientes para las familias inconformes.

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