Activistas y la Iglesia polarizan debate sobre homosexuales

 

Ciudad de México (14 de junio de 2016).- La masacre en un bar gay en Estados Unidos, la creación de una iniciativa para reconocer en la Constitución el matrimonio entre personas del mismo sexo y el lanzamiento de un frente eclesiástico en contra de la misma, ponen a debate palabras como:homofobia, derechos humanos y polarización.

Mientras activistas defensores de los derechos LGBTTTI (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales) consideran que se trata de una cuestión de derechos humanos y libertad de expresión, académicos religiosos afirman que se debe generar propuestas alternativas para proteger una institución como es el matrimonio.

Sin embargo, a pesar de las posiciones diametralmente distintas, ambas coinciden en la existencia de una sociedad polarizada en México y en el mundo que, finalmente, deriva en la violencia.

Frente Nacional por la Familia.

Un millar de asociaciones religiosas manifestaron su posición ante la iniciativa que, según religiosos, busca polarizar a la sociedad al intentar modificar el Artículo 4 de la Constitución y el Código Civil para adaptarlos al llamado matrimonio igualitario.

A través de un comunicado, el  denominado Frente Nacional por la Familia, agrupación encabezada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), reclamó que lo que el Presidente hizo fue “un intento de golpe letal a las familias mexicanas”.

Así, la Iglesia apeló a la responsabilidad para tomar en cuenta a los católicos y cristianos en el diseño de las políticas públicas en temas trascendentes como el matrimonio y familia.

La tercera vía.

Jorge Traslosheros, académico e investigador católico, descarta que se trate de una oposición de la Iglesia “a quienes tienen una preferencia sexual, ni que sean desprotegidos por la ley”.

Pues se trata de “una propuesta alternativa” denominada “la tercera vía”.

Así, frente a los dicen “no a todo”, a los que quieren imponer una sola visión de las relaciones humanas (la propuesta de Enrique Peña Nieto), se generen nuevas instituciones, “tantas como sea necesarias” y se proteja una institución milenaria como es el matrimonio entre un hombre u una mujer.

Para el académico, un católico de a pie, también profesor investigador en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “la institución matrimonial, desde hace milenios, siempre ha significado una relación entre un hombre y una mujer en donde está presente la procreación”.

“Por lo que se pide que se resguarde la institución matrimonial para dignificar su significado, que es entre un hombre y una mujer, y generar instituciones nuevas, tantas como sea necesarias, y que proteja todas estas nuevas relaciones”.

Sin embargo, para el investigador, con propuestas como la de Enrique Peña Nieto, los políticos sólo quieren amarrar navajas.

“Quieren sacar raja política, si tenemos una propuesta muy razonable, donde todos podamos quedar protegidos, ¿Por qué no seguir ese camino en lugar de presentarlo como si fuera una guerra entre la iglesia y los homosexuales?”.

De esta manera, el especialista en temas religiosos, pide hacer un llamado a la razón, pues “estamos en una sociedad plural, que queremos que sea democrática”.

“No es un asunto de buenos contra malos, es de sentido común, de actuar con justicia, me parece elemental, yo creo que es el único camino que podemos seguir”.

México, un país enfermo de división.

Traslosheros lamenta que México se ha convertido en “un país enfermo de división con una polarización cada vez más notoria”.

Por estar mal planteadas (la iniciativa de Enrique Peña Nieto), advierte el académico,  fomenta la polarización, ya que “es un iniciativa que en aras de no discriminar excluye”, pues no es una solución de justicia.

Sin embargo, “la polarización es un fenómeno global” y quien finalmente sale perdiendo es la sociedad civil, que se ve más enconada, pierde la comunidad no heterosexual y pierden todos los grupos que sin discriminar a los homosexuales quieren esta tercera vía, que son la mayoría de los cristianos, principalmente católicos”.

“¿Y quiénes ganan?, los que han utilizado las banderas, los temas para un tema electoral, gana el estado islámico, sean o no los autores, pierden los árabes, los musulmanes, los únicos perdedores están en la sociedad civil”.

Personas con y sin derechos.

Lol Kim Castañeda, defensora de los derechos LGBTTTI (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales), nunca estaría a favor de una propuesta como la que plantea la Iglesia católica, sin embargo, coincide, de cierta manera, con Traslosheros, pues advierte de la polarización que se vive como fenómeno nacional y como fenómeno global.

“A mí me parece que la sociedad está polarizada, claramente. Es muy simple, personas con derechos y personas sin derechos”, sin embargo para Castañeda, “el análisis cabe en quién otorga estos derechos y combate a quien se le restringen esos derechos”.

Ya que “si mi pareja y yo no le afectamos a nadie en nuestras decisiones de garantizarnos derechos por medio del Estado, ¿por qué una tercera persona tiene que venir a determinar si es correcto o no?”, cuestiona la activista.

“¿Qué pretenden hacer, boletinar a las lesbianas y a los homosexuales, y comenzar a asignarnos arbitrariamente esposas y esposos del sexo contrario? Me parece que es una burla que está rebasando la ironía, no tiene una conducción real”, cuestiona Castañeda, ante el planteamiento de las organizaciones religiosas.

En este sentido, advirtió que “los prejuicios que prevalecen en la sociedad, solamente alientan las grandes desigualdades”, y hoy en día, “podemos ver cómo los prejuicios son los que están generando esta oleada de violencia y que persigue a la homosexualidad”.

“No creo que sea un hecho exclusivo de México, pero sí me parece que es un tema que nos tiene que convocar a la reflexión inmediata, porque los cambios sociales, la homofobia la desigualdad no se va a terminar por un decreto”.

Al respecto, advierte que la propuesta de Enrique Peña Nieto, la cual califica como una “decisión acertada” retoma los criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para proteger los derechos humanos de todas las personas, particularmente de las lesbianas y homosexuales.

“La Iglesia se tomó la atribución”.

Finalmente, considera que “la iglesia se tomó la atribución, violentando la constitución política mexicana, la de asociaciones religiosas para hacer un llamado a la violencia social, un llamado de quienes permitan seguir ignorando los derechos humanos y retratar el avance y tener este ambiente en el país entre la confrontación social al borde se llegue incluso a la violencia”.

Fuente: La Silla Rota.
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