Por Victoriano Martínez
La noticia sobre el restablecimiento del suministro de agua potable proveniente del acueducto de la presa El Realito, tras más de 70 ocasiones en que se ha tenido que dar, ya no tiene ningún sentido positivo como para que pueda representar la posibilidad de que el desabasto que se padece en la ciudad va a terminar.
Todo lo contrario. Ha sido tan recurrente que se informe sobre la reparación del acueducto (tres fallas en los últimos tres meses a pesar de un largo periodo de presunta reparación) que el día que se da a conocer su restablecimiento inicia el conteo para saber en cuántos días se dará la siguiente falla. A las 18:00 horas de este día habrá cumplido cuatro días sin fallar.
Fallas tan recurrentes que no dejan lugar a dudas al señalamiento que los estudiosos sobre la materia de abastecimiento de agua han señalado en los últimos tiempos que el problema no es la falta de agua sino una ineficacia en la gestión.
Jonathan Quintero García, recién reelecto como presidente del Consejo Hídrico Estatal, presentó un esquema que describe a detalle la compleja problemática del agua, enfocado a sus causas y efectos.
Un diagnóstico que resulta urgente que sea estudiado y valorado por quienes tienen la posibilidad real de tomar las decisiones más apropiadas para resolver el desabasto de agua potable en la ciudad, pero también por aquellos que promueven acciones que lo agravan.
La afirmación de Salvador González Martínez, secretario de Desarrollo Económico, en el sentido de que el sistema hídrico del estado está completamente resuelto y garantiza que no existan inconvenientes para las empresas que busquen instalarse es una agresión a quienes padecen escasez de agua. La empresas no tendrán problema, aumentarán los de la población.
Lo primero que tienen que reconocer el gobernador Ricardo Gallardo Cardona y su Comisión Estatal del Agua, y el alcalde Enrique Galindo Ceballos y su papel como presidente de la Junta de Gobierno del Interapas, es que hasta ahora el papel que han jugado es el de ser parte del problema, especialmente por pretender proyectarse como quienes lo han solucionado.
Una proyección para la que aprovechan la falta de información sobre los recursos hídricos que genera una irresponsabilidad en su uso por parte de algunos sectores de la población que ellos mismos generan y los efectos del cambio climático para hacer campañas para aparentar que trabajan en la solución, mientras que se ocultan algunos de los factores raíz de la situación, expuso Quintero García.
Una ineficacia en la gestión que tiene como base el interés político-partidista en las administraciones, tanto estatal como municipales, que tienen una de las manifestaciones anuales que reflejan esa desviación en el enfoque para la solución del problema en la forma en que se discuten las tarifas cada diciembre.
¿Desde cuándo señalar la antigüedad de la red de agua potable de la ciudad en gran parte de la ciudad se ha utilizado como argumento para justificar escasez por fugas y no como diagnóstico para invertir en su restauración para hacer más efectiva la distribución?
Una perversión en el interés que debe guiar sus acciones en torno al problema que, de acuerdo con el esquema presentado por Quintero García, tiene como efectos una ausencia de planes de acción climática local y de gestión hídrica, y se guía por una inconveniencia política para el desarrollo de proyectos hídricos.
Entre los efectos negativos se encuentra el hecho de que provoca un reparto diferenciado del agua potable que propicia una falta de acceso al recurso y termina por provocar una desigualdad hídrica que genera especulación con el recurso.
Se abre así un espacio para el mercado, legal e ilegal, del agua en perjuicio de los sectores más vulnerables que tienen que enfrentar un mayor gasto económico, impactos en su salud, aumento de conflictos relacionados con inseguridad y un detrimento en su calidad de vida.
Se trata de los efectos más sensibles de una cadena de problemáticas de tipo ambiental, administrativos y de gestión, sociales, urbano-espaciales y económicos descritos en el esquema desarrollado por Quintero García que, en tanto no se tomen como el punto de partida para encontrar soluciones, la situación general seguirá igual.
Se evadirá la búsqueda de soluciones de fondo, en tanto que se acumularán noticias sobre reparaciones en el acueducto de El Realito, se anunciarán nuevas presas o la perforación de nuevos pozos, pero sólo como puntos de partida para un conteo de días antes de que se presente la nueva crisis.