Por Victoriano Martínez
¿Qué representa el hecho de que Ricardo Gallardo Juárez, dos días antes de dejar la alcaldía, haya ajustado los egresos presupuestados para este año con un saldo general a la baja?
Se trata de ajustes en distintos conceptos, con montos hacia arriba y hacia abajo, con tal distribución que pareciera una confección a modo para justificar lo sobre ejercido en algunos rubros.
Las “Ayudas sociales a personas”, que fueron la característica principal de un gobierno municipal asistencialista con fines clientelares, pasaron de un presupuesto original de 18 millones 878 mil pesos a 85 millones de pesos.
Un aumento del 350.25 por ciento en un presupuesto a todas luces con fines de clientelismo electoral, justo en año de elecciones, da mucho qué pensar.
Otro de los rubros convenientemente ajustado a la alza también tiene que ver con la promoción de imagen cuyo efecto se espera tenga efectos en cuestiones electorales.
Se trata del rubro “Servicios de Comunicación Social y Publicidad” que subió de 30 millones 794 mil 178 pesos a 95 millones 550 mil pesos.
Destaca que la “difusión por radio y televisión de mensajes sobre programas y actividades gubernamentales” se incrementó en 49 millones 289 mil 822 pesos para quedar en 80 millones de pesos.
Llama la atención que los “servicios de creación y difusión de contenido exclusivamente a través de internet” haya pasado de no contar con un solo peso de presupuesto a tener 14 millones 500 mil pesos.
Si estos incrementos confirman la promoción personalizada del ex alcalde, hay reducciones y hasta eliminaciones de presupuesto en rubros, que de igual forma apuntan a dar verosimilitud a señalamientos de irregularidades en la gestión gallardista.
Tal es el caso del presupuesto para el servicio de agua, que de haberse previsto de 327 mil 600 pesos a eliminarlo –a pesar de ser una cifra muy lejana al costo del servicio.
Hay que recordar que en 2016, en los informes financieros trimestrales Gallardo Juárez manipuló las cifras para aparentar un gasto menor en ayudas sociales a personas.
En el informe del primer trimestre de ese año Gallardo Juárez reportó que el presupuesto anual de 4 millones 427 mil pesos se modificó para fijarlo en 99 millones 869 mil pesos, a pesar de lo cual de enero a marzo reportó pagos por 108 millones 898 mil pesos.
Tras notas periodísticas sobre el gasto excesivo, en el informe financiero del segundo trimestre el gasto reportado se redujo a 11 millones 958 mil pesos, como si en tres meses los proveedores hubiesen regresado lo que se les pagó en el primer trimestre.
El caso es que dos días antes de terminar su administración, Gallardo Juárez redujo el presupuesto de egresos municipal en 239 millones 683 mil pesos, sin mayor explicación y sin debate entre los regidores.
Una reducción sobre la que tampoco la nueva administración ha señalado algún efecto o repercusión.
¿Qué hay, pues, detrás de una adecuación presupuestal de último momento como esa?