Rio de Janeiro, Brasil (22 de agosto de 2016).- Brasil despidió con lluvia, música y colorido los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica, una aventura de 11 mil millones dólares (de acuerdo a la cifra oficial) que ayer entregó la estafeta a Tokio 2020.
Durante 17 días, Río de Janeiro presentó al mundo una burbuja llamada Barra de Tijuca en la que compitieron los mejores deportistas del mundo, esos que tardaron más de una hora en ingresar al estadio para vivir una combinación de luces, música y momentos divididos en 14 tiempos.
Por México, la abanderada fue María del Rosario Espinoza, quien con la plata del sábado llegó a tres preseas olímpicas en Juegos consecutivos y había sido ya abanderada en la ceremonia de inauguración de Londres 2012.
Entre una consistente lluvia, algunos deportistas optaron por hacer al recorrido en el estadio Maracaná y tomar la puerta de salida hacia los camiones que los llevaron desde la villa de atletas, otros si ocuparon su asiento en la grama del recinto para observar un vídeo con los mejores momentos y apreciar la premiación de la maratón varonil, donde ganó el keniata Eliud Kipchoge.
Enseguida los discursos de agradecimiento de Carlos Nuzman (presidente del Comité Organizador de Río 2016) y de Thomas Bach (presidente del Comité Olímpico Internacional), quienes destacaron el esfuerzo carioca que mostró al olimpismo las ganas de un rostro diferente al primer mundo económico como Londres, Beijing y próximamente Tokyo.
A Río le sobraron tribunas y le faltó su gente en los escenarios, incluso en la ceremonia de clausura había quienes vendían sus pases a cambio de 600 reales. Deportivamente ganaron 19 preseas y saldaron el compromiso de organización, les sobró fiesta y color; les ha hecho falta llenar los escenarios.
Nos vemos en Tokio.
Los Juegos Olímpicos de Río 2016 vieron nacer a nuevas estrellas que se convertirán en los referentes del olimpismo. El retiro de Michael Phelps y potencial adiós del jamaicano Usain Bolt abren un nuevo panorama en busca de astros que emulen sus hazañas.
Luce complicado que la natación tenga a corto plazo a otro atleta tan dominante como Phelps, quien ganó 28 medallas, incluyendo 23 oros. Katie Ledecky parece su más cercana heredera. En Río 2016, con 19 años, se llevó cuatro oros (200m, 400m, 800m estilo libre y 4×200 libre) y una plata (4×100 libre).
En el caso de la rama varonil la pelea por el trono que deja Phelps como el mejor nadador tiene a varios aspirantes como el estadounidense Ryan Murphy, quien con 21 años ganó oro en 100 metros y 200 metros dorso y el 4×100 combinado. El británico Adam Peaty domina las pruebas de pecho, mientras que el originario de Singapur Joseph Schooling, quien le quitó el cetro a Phelps en los 100 mariposa, aparece como la nueva figura de este estilo.
Los clavados apuntan a seguir en poder de los chinos para los próximos Olímpicos. Chen Aisen, con 20 años, ganó el oro en individual y sincronizado en la rama varonil, mientras que Ren Qian fue la campeona olímpica más joven de Río 2016 con 15 años y 180 días.
Las pruebas de atletismo también tuvieron nuevos fulgores. El canadiense Andre de Grasse se hizo notar con el bronce en los 100 metros y fue el más cercano rival de Bolt en los 200 metros. De Grasse fue nota al intercambiar comentarios y sonrisas con el jamaicano durante la semifinal. “Te tengo que empujar”, aseguró Bolt, de 30 años, sobre el canadiense de 22.
El sudáfricano Wayde Van Niekerk es a los 24 años el amo de los 400 metros. En la final superó un récord mundial que tenía una vigencia de 17 años. Con un tiempo de 43.05 batió por 15 décimas la marca de Michael Johnson en el Mundial de Sevilla 1999.
En las pruebas de gimnasia artística la estadunidense Simone Biles aparece como el máximo referente con miras a Tokio 2020. Con 19 años dominó con cuatro oros (all around por equipos, all around individual, salto con caballo y ejercicios de piso) y un bronce (viga de equilibrio), superando los tres títulos de la rumana Nadia Comaneci de Montreal 1976.
Estos serán los deportistas que ya acaparan miradas porque en Tokio 2020 están señalados a ser las grandes figuras.
Fuente: Excélsior.