Por Victoriano Martínez
El gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha logrado lo que ninguno de sus tres antecesores pudo presumir pero no lo hicieron porque no fueron capaces de percatarse de lo que tenían en sus manos: con el acueducto que trae el agua de la presa de El Realito a San Luis Potosí la ciudad tiene garantizado el suministro de agua… ¡hasta el año 2147!
Sí, lo aseguró Gallardo Cardona al anunciar, en video a través de Facebook, que la empresa Aqualia, responsable del acueducto, se comprometió a una inversión de 150 millones de pesos para una reparación definitiva de las constantes fugas, y lo dijo dos veces.
“Sí es importantísimo que sepan que vamos a garantizar el suministro del agua en San Luis Potosí, para los próximos 125 años, que esa es la garantía que vamos a tener”, lo dijo en un primer momento.
Más adelante lo repitió con una expresión que tuvo la clara intención de compartir mérito con la que ya parece ser la corcholata por la que apuesta para el 2024: Adán Augusto López Hernández.
“Este nuevo gobierno, junto con la secretaría de Gobernación, se va a garantizar que tengamos agua en San Luis Potosí durante los próximos 125 años”, insistió.
Un anuncio que deja exhibida la poca visión que tuvieron los tres exgobernadores.
Cuando el 13 de mayo de 2008 se realizó la licitación de la construcción de la presa El Realito, Marcelo de los Santos Fraga perdió su oportunidad de promoverse como el gobernador que se encargó de que se pudiera iniciar la construcción de la presa que resolvería el abasto de agua para la ciudad por los siguientes 139 años en ese momento.
Cuando el 5 de febrero de 2009 se licitó la construcción de los 132 kilómetros de acueducto para traer el agua desde El Realito a la ciudad, otra vez de los Santos Fraga no supo presumir que se iniciaba una obra que resolvería el abasto de agua a la ciudad por 138 años.
Cuando el 9 de octubre de 2012, el entonces gobernador Fernando Toranzo Fernández participó en la inauguración de la presa El Realito, tampoco aprovechó para haber dicho que en ese momento aquella obra comenzaría a captar agua para resolver el abasto a la ciudad por los siguientes 135 años.
Cuando el 22 de enero de 2015 también le tocó a Toranzo Fernández estar en la inauguración del acueducto de El Realito a San Luis Potosí, una vez más desaprovechó la oportunidad de decir que se completaba la obra para que, a partir de ese momento, se contara como fuente de abasto a la ciudad un complejo ingenieril que aseguraba agua para los próximos 132 años.
Aunque al exgobernador Juan Manuel Carreras López no le tocó acto alguno como a sus dos antecesores, bien pudo presumir cada año hasta el 2018 que San Luis Potosí participó en el Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018 con el proyecto de la presa El Realito y el acueducto para garantizar el abasto de agua hasta el año 2147.
De los Santos Fraga, Toranzo Fernández y Carreras López fueron muy poco visionarios para dimensionar los alcances que le pudieron dar a esas dos obras, la presa y el acueducto, que tuvieron un costo de 3 mil 527 millones de pesos.
Quizá no se atrevieron a dar un alcance plus centenario a la obra porque fueron mal asesorados por sus promotores de imagen, además de que los técnicos que desarrollaron los proyectos con las estimaciones aplicables al caso fueron excesivamente prudentes sobre los alcances de una inversión tan alta.
“Esta obra ejecutada por el Gobierno Federal a través de la Comisión Nacional del Agua, la Comisión Estatal del Agua y el organismo operador Interapas –de gran relevancia para el presente y futuro de San Luis Potosí– permitirá asegurar el abasto de agua a sus habitantes a un horizonte de 30 años”, señalaron en el documento Agua para el presente y futuro de San Luis Potosí: presa y acueducto El Realito.
“Todo mundo sabe que la maldita herencia pues nos dejó el desabasto de agua en una presa en un ducto mal hecho donde siempre estuvo fallando y por eso tenemos pérdida de agua, más de 40 por ciento, pero bueno ya se arregló”, expresó Gallardo Cardona.
Un arreglo con un efecto totalmente inesperado. Quedó tan bien, que lo maldito que tenían la presa y el acueducto como herencia quedó conjurado de tal manera que ya no aseguraran el abasto por 30 años, sino por 125 años más.
Seguramente Gallardo Cardona le ordenará al alcalde Enrique Galindo Ceballos que suspenda la licitación MSLP-25-2022 para contratar el “servicio de abastecimiento de agua potable mensual, mediante camiones cisterna con capacidad de 20 m3, con operador” 16 de julio de 2022 y concluirá el 31 de diciembre de 2023 porque ya no será necesario.