Antonio González Vázquez
A la mitad de su sexenio, el gobernador Juan Manuel Carreras López reconoce que en San Luis Potosí se mantiene la desigualdad social y económica, lo cual redunda en el crecimiento sostenido en la Zona Centro, mientras que las regiones Altiplano, Media y Huasteca se rezagan: el 84.1 por ciento del Producto Interno Bruto al cierre de 2018 se concentra en la capital.
En la iniciativa de Presupuesto de Egresos 2019, el ejecutivo ofrece un amplio panorama del comportamiento económico del estado, sin embargo, no garantiza que este año vaya a cerrar con crecimiento económico.
Precisa que “según estimaciones de la Secretaría de Desarrollo Económico a julio de 2018, con base en el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal, la economía potosina cerrará el ejercicio actual con un crecimiento entre 3.6 y 4.6 por ciento; en los últimos tres años el promedio de crecimiento es de 4.4 por ciento”.
El mandatario admite en el documento dirigido al Congreso del Estado, que San Luis Potosí “desde la perspectiva regional se siguen observando brechas por la desigual distribución del crecimiento económico; al Producto Interno Bruto Estatal contribuye la Región Centro con 84.1 por ciento, el Altiplano aporta el 6.4 por ciento; la Huasteca lo hace con 6.6 por ciento ya la Zona Media contribuye con 2.9 por ciento”.
Lo anterior supone una enorme distancia en las condiciones de vida y acceso a empleos y mejores servicios entre los habitantes de la ciudad y su zona metropolitana con los potosinos del resto de la entidad.
La Zona Centro es la más fuerte porque concentra casi la totalidad de la industria, el comercio y los servicios: el sector secundario genera el 39.1 del Producto Interno Bruto y el Sector Terciario, el 56.6 por ciento.
El sector primario relativo a las actividades agrícolas que se desarrollan en las regiones Altiplano, Media y Huasteca contribuye al PIB estatal apenas con 4.3 por ciento, según el escenario económico que plantea el gobierno estatal para este año que concluye.
La situación de desigualdad económica que reconoce el gobierno de Carreras López, se agudiza si se considera que la tasa de Economía Informal al cierre del segundo trimestre del año llegó a 55.6 por ciento, lo cual es indicativo de que pese a la generación de empleos, más de la mitad de la población económicamente activa sobrevive en actividades de la economía informal.
Los datos explican el alentador paisaje de desarrollo y riqueza en la capital del estado y parte de su zona metropolitana mientras que el resto de la entidad se estanca o se empobrece más.
