María Ruiz
El asalto y la agresión sexual contra una joven en la colonia Jacarandas refleja que las mujeres enfrentan un estado de violencia inconmensurable en los espacios públicos y se vive una ausencia permanente de las autoridades para brindar seguridad en San Luis Potosí, de acuerdo con la abogada y defensora de los derechos humanos de las mujeres, Arely Torres Miranda.
También consideró que este hecho solo refleja una parte de las violencias que enfrentan las mujeres en su día a día.
“Este hecho refleja lo que realmente vivimos y no lo que dicen los informes del gobierno estatal, municipal y federal, que salen a presumir que ha bajado la inseguridad. Sin embargo, lo principal que venimos exigiendo desde hace muchos años es que las mujeres podamos sentirnos libres y seguras en las calles, y esto aún no es una realidad”, recalcó.
Torres Miranda consideró que este hecho demuestra que las violencias sexuales que viven las mujeres en el ámbito público o comunitario aún se reproducen con mayor fuerza en San Luis Potosí, y ocasionan en su vida diaria un estado de indefensión permanente.
“Vivimos una inseguridad desbordada en San Luis Potosí, donde todos todos los días vemos robos de auto con violencia, vemos asaltos a comercios, robos a transeúntes y a diario tenemos reportes de estos asaltos en redes sociales, y nosotros como ciudadanos solo tenemos resignación porque hemos perdido todo derecho a caminar, a transitar seguras por la calle”.
Torres Miranda apuntó que lo sucedido en Jacarandas, como otros muchos hechos en los que mujeres han sido agredidas y violentadas en la vía pública, son parte de una estructura de violencia sistemática en las que se corre el riesgo de desaparecer y morir.
Situación que ha ocasionado que la ciudadanía se organice y que realice el trabajo de la autoridades, como es la instalación de cámaras de vigilancia y grupos vecinales que buscan que estos ejercicios de violencia no se reproduzcan en las zonas que habitan.
“Nunca será suficiente y es imposible que presuman acciones cuando somos testigos del terror que vivimos las mujeres. Creo que lo mínimo de responsabilidad que tiene, tanto la Policía Municipal como la estatal, es detener a los autores de este crimen”.
Por último, Torres Miranda reconoció que el valor de la víctima al hablar de esta situación de violencia es una oportunidad de darle visibilidad a una problemática que necesita ser atendida.
“Toda la solidaridad con la chica y que desafortunadamente le toca a ella ser portavoz de muchos casos que también suceden de la misma manera, pero que las mujeres también tienen miedo de hablar. Desde aquí la exigencia es para que dejen de presumir cultos al ego como son sus informes, y de verdad garanticen que las mujeres podamos sentirnos seguras en nuestro desarrollo diario. Tenemos derecho a vivir una vida digna y libre de violencia”.