Aguas del Poniente, ¿a qué costo?

Carlos Rubio

El pasado 23 de diciembre, la concesión para brindar el servicio de agua potable, alcantarillado y saneamiento de la que gozaba Aguas del Poniente Potosino finalmente venció, sin que se haya renovado.

Sorpresivamente, esta historia que parecía tendría un desenlace dramático terminó antes de tiempo y con el aparente acuerdo de todas las partes, cuando se hizo el anuncio un jueves 7 de diciembre, de que la concesión no se renovaría y los pozos que durante 15 años explotó la empresa, pasarían a ser manejados por el Ayuntamiento de la capital.  

Más que el final, parece el principio de una historia empedrada que levanta más dudas que sonrisas, principalmente porque es el sector empresarial el que se despide de la concesión y es bien sabido que la cortina sólo se baja cuando el negocio deja de ser negocio, o sea, cuando deja de entrar el billete.

Por mucho que el alcalde Enrique Galindo haya intentado pintar la escena como si se tratase de un súper héroe que llega a salvar a la ciudad, la realidad es que hasta no ver las cuentas claras y las condiciones en las que prácticamente se entregará la empresa, no se deberá cantar victoria.

“Hay una entrega muy transparente, en donde estamos recibiendo la infraestructura, las cuentas y el expertiz que ha generado Aguas del Poniente Potosino, y nosotros les estamos dando un plazo de hasta ocho meses para hacer esa transición”, dijo el alcalde aquel día.

Ojalá que por cuentas, Galindo sólo se refiera a los usuarios a los que Aguas del Poniente les presta el servicio y no las deudas que la empresa pudiera tener, ¿o será que más bien el súper héroe es el erario?

Por lo pronto ya se dio a conocer que uno de los dos pozos que todavía maneja la empresa no funciona, ya que tiene fallas “estructurales”. Eso o es que después de 15 años de explotar el acuífero por fin cedió y ya no hay agua, ¿cuáles son las condiciones “estructurales” del otro pozo?

Un sin fin de dudas que surgen ante una escueta presentación que hace 20 días hizo el Ayuntamiento de la capital.

Otra situación que causa sospechas es la contrastante actitud del grupo empresarial detrás de Aguas del Poniente Potosino, que también figura entre los grupos detrás del Proyecto Cañadas que tenían la ambición de fraccionar mil 805 hectáreas en la Sierra de San Miguelito, cuya Área Natural Protegida aún buscan tirar mediante amparos, que no han logrado más que exhibir sus prioridades económicas.

Si siguen combatiendo por derrumbar el decreto, es porque aún ven posibilidades de lograrlo y sobre todo porque ven un gran negocio detrás de ello, tan grande que vale la pena pelear por él.

Pero no sucedió así con la concesión de Aguas del Poniente, que si bien combatieron en los juzgados la evasión del Congreso del Estado para obtenerla con la simple aprobación del Cabildo, hoy, en apariencia, se despiden de ella con el simple deseo de apoyar a la ciudad.

Este año, el 4 de julio, cambió el Consejo de Administración de Aguas del Poniente Potosino, según consta en un acta de asamblea disponible en el Registro Público de Comercio. Ese mismo día se propuso ampliar la duración de los miembros del Consejo a tres años y aumentar de cuatro a nueve el número de vocales que lo constituían; mismos que deberán ser exclusivamente usuarios del servicio: cinco habitantes del fraccionamiento Lomas del Tecnológico y los cuatro restantes designados por la administración de condóminos del residencial La Loma Club de Golf.

¿Qué sucederá con el consejo ciudadano una vez que el servicio pase totalmente a manos del Ayuntamiento? ¿Seguirá siendo escuchado?

Está previsto que el nuevo consejo de administración esté en funciones de 2023 a 2026, un cambio que se llevó a cabo cinco meses antes de aquella rueda de prensa en la que se entregó la concesión con la firma de un convenio y que poco abona a pensar que se tenía la intención de soltar la concesión así como así, ¿con qué moneda tendrá que pagar la ciudad el haber recuperado los dos pozos que abastecían al poniente?

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.

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