Por Victoriano Martínez
No hay nadie en la ciudad que no tenga clara la gravedad de la crisis en el abastecimiento de agua potable a las viviendas: unos –muchos–, porque la padecen; otros –prácticamente todos–, porque conocen a alguien que la padece; unos cuantos, porque la ofertan como privilegio en una zona exclusiva, y las autoridades, porque buscan evadir responsabilidades y repartir culpas.
Toda esa gama de posiciones posibles en las que los habitantes de la ciudad se encuentran ante el desabasto de agua potable deja expuesta una situación que las autoridades debieron prevenir desde siempre: la desigualdad en la prestación del servicio y, con ello, un trato discriminatorio en su obligación de garantizar el derecho humano al acceso al agua de calidad.
Una de las determinaciones de la autoridad que más contribuyó a esa desigualdad se dio el 23 de diciembre de 2008, cuando se le concesionó por 15 años el servicio a Aguas del Poniente Potosino para prestarlo en una zona residencial, sin delimitación de extensión por lo que se ha ampliado, y sin que en más de 14 años haya reportado contraprestación alguna al Ayuntamiento.
Hoy que la crisis hídrica se acerca al fondo, el alcalde Enrique Galindo Ceballos –a la mitad de su trieno– apenas se percata de que en ese territorio de la concesión el servicio no falla y que el afluente de sus pozos bien podría contribuir a la solución del desabasto en el resto de la ciudad.
“Nuestra estrategia es exigirles agua, que además les sobra, para conectarla a la ciudad porque de todos modos en noviembre o diciembre que se tome una decisión habrá que conectarlos a la ciudad”, dijo durante la presentación de su plan emergente ante la Comisión del Agua del Congreso del Estado.
Es decir, de no haberse otorgado la concesión, en los últimos 14 años se habría contado con un caudal adicional para la red de abastecimiento de la ciudad, pero Galindo Ceballos también adelanta una determinación: la concesión, que vence el próximo 23 de diciembre, no se renovará.
A menos que la expresión “de todos modos en noviembre o diciembre que se tome una decisión habrá que conectarlos (los pozos de Aguas del Poniente Potosino) a la ciudad” signifique otra cosa.
Pero no todo lo que requieren el Ayuntamiento y el Interapas es encontrar fuentes con las que se pueda incrementar el caudal inyectado a la red hidráulica de la ciudad, sino también los recursos necesarios para lo que José Antonio Lugo Álvarez, director del organismo operador del servicio, llamó la modernización de la infraestructura hidráulica.
Ya que Galindo Ceballos volteó a ver hacia Aguas del Poniente Potosino para exigirle agua de sus pozos, valdría la pena que también se pusiera exigente en la gran deuda económica de la concesionaria con la ciudad, ya que no ha reportado un solo pago por la contraprestación que se aprobó como parte del dictamen de concesión el 23 de diciembre de 2008.
“La contrapropuesta acordada en esta Sesión para determinar la contraprestación fue una fórmula que relacionara las tarifas, el volumen de Metros cúbicos extraídos y el porcentaje antes mencionado”, se señaló en la sesión del Cabildo hace más de 14 años.
El dictamen de la comisión de Hacienda del Cabildo (página 15) aprobado en aquella sesión establece la fórmula para calcular la contraprestación, que además se habría incluido en el proyecto de Contrato de Concesión como cláusula séptima, en los siguientes términos:
Aguas del Poniente Potosino, S.A. de C.V., pagará como contraprestación por el total de los servicios que contiene esta concesión al Municipio de San Luis Potosí, la cantidad derivada de la siguiente formula:
EI volumen de extracción agua que la empresa denominada: Aguas del Poniente Potosino SA de C.V., pague a la Comisión Nacional del Agua se multiplicara por el 14% y el resultado se multiplicará por el costo de la tarifa para uso doméstico que autorice el Congreso del Estado al organismo operador de Agua Potable y Alcantarillado, este importe deberá cubrirse al H. Ayuntamiento en forma bimestral.
Dicha contraprestación será destinada a inversión de obra pública relacionada a los servicios públicos de agua potable, alcantarillado, tratamiento y disposición de aguas residuales, en sectores de la ciudad más desfavorecidos con estos servicios.
Una deuda de Aguas del Poniente Potosino que, más que deberle al Ayuntamiento, en realidad a quienes les negó los recursos es a los “sectores de la ciudad más desfavorecidos con estos servicios”, por partida doble: los recursos que se pudieron invertir en mejorar el abasto, pero también el agua que se dejó de inyectar a la red y que ahora Galindo Ceballos pretende exigir.
El contrato nunca se firmó porque Aguas del Poniente Potosino opera con base en un amparo que impidió que el Congreso del Estado lo aprobara y opera con base en el dictamen de concesión aprobado por acuerdo de Cabildo. Un dictamen que incluía la contraprestación y, por tanto, le es tan aplicable como lo es el usufructo de la concesión.
Van cinco alcaldes que no hacen valer esa contraprestación. Galindo Ceballos es el quinto que, ante la emergencia con la que plantea siete acciones entre las que se encuentra la recuperación de la cartera vencida, es momento oportuno buscar recuperar esos recursos que, por cierto, su no pago es causa de rescisión de la concesión.
Tiene todo no sólo para exigir que la concesionaria aporte agua al resto de la ciudad sino también para obtener una importante suma del dinero que tanto necesitan para la modernización de la infraestructura hidráulica. ¿Cuánto le adeuda Aguas del Poniente Potosino al Ayuntamiento tras más de 14 años de operar sin pagar un solo centavo?
Lugo Álvarez señaló que se requieren mil 600 millones para actualizar la red hidráulica. Al 31 de enero, el Interapas tenía una cartera de cuentas por cobrar de mil 472 millones 679 mil 634.20 pesos (página 77).
Si se le suma la contraprestación pendiente de Aguas del Poniente Potosino, no se requiere una declaratoria de emergencia para obtener más recursos federales, sino simplemente cumplir con las obligaciones normales del Interapas, así las etiqueten como plan emergente, porque la verdadera urgencia es que cumplan con sus funciones, sin propaganda ni auto promociones.