Al día siguiente de la Declaratoria…

Por Victoriano Martínez

Fue en la sede del mismísimo Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) donde el proceso electoral 2020-2021 perdió su tono color de rosa, que apenas poco más de 24 horas antes le habían puesto con la firma de la Declaratoria de Civilidad por los Derechos de la Ciudadanía, para escenificar actos que presagian lo que realmente ocurrirá a lo largo de la contienda.

La media noche de este martes venció el plazo para que los partidos políticos presentaran sus solicitudes de registro de coaliciones y, ante el zafarrancho que provocó la confrontación entre las dirigencias local y nacional de Morena por su desacuerdo a coaligarse con el PVEM, cerró el periodo sin la certeza de que se haya o no presentado esa petición.

Hasta la media noche de este martes se tenía la versión de que, a pesar de los enfrentamientos, los delegados de las dirigencias nacionales de Morena, el PVEM, el PT y el PANAL habían logrado ingresar la papelería para que se considerara el registro de una coalición integrada por esos partidos para contender unidos por la gubernatura.

Entre papeles arrebatados, jaloneos y algunas fojas pasadas por el piso, poca información se logró sobre el convenio que pudo haber sido presentado ante la autoridad electoral local.

Se supo que el convenio habría llevado las firmas de Mario Martín Delgado Carrillo, dirigente nacional de Morena; los comisionados del PR Silvano Garay Ulloa y Jorge Alberto Benavides Castañeda; Jesús Emanuel Ramos Hernández, dirigente estatal del PVEM, y Francisco Javier Rico Ávalos, dirigente estatal del PANAL.

Entre lo que no se supo se encuentran dos requisitos que deben cumplir los partidos a coaligarse, especialmente por parte de la dirigencia nacional de Morena, cuyos militantes locales se manifestaron inconformes.

El primer requisito fue señalado por quienes trataron de impedir la solicitud de registro de la coalición: El Artículo 41° Bis, fracción h, de los estatutos de Morena establece que es el Consejo Nacional el que debe aprobar las coaliciones.

“Proponer, discutir y aprobar, en su caso, los acuerdos de participación con las Agrupaciones Políticas Nacionales o los frentes o coaliciones con otros partidos políticos, en los procesos electorales a nivel nacional, estatal y municipal”, señala textualmente.

Los manifestantes señalaron que no se conoció convocatoria alguna al Consejo Nacional de Morena para definir la coalición y dudan que exista un documento avalado por ese órgano del partido que avale la solicitud presuntamente presentada ante el CEEPAC.

El otro requisito aparece en la fracción primera del artículo 178 de la Ley Electoral del Estado de 2014, vigente para esta elección, que para solicitar el registro de una coalición se debe acreditar la aprobación por parte de las dirigencias estatales.

“Acreditar que la coalición fue aprobada por el órgano de dirección estatal de cada uno de los partidos políticos coaligados y que dichos órganos expresamente aprobaron la plataforma electoral, y en su caso, el programa de gobierno de la coalición o de uno de los partidos coaligados;”, dice textualmente la Ley Electoral local.

Este mismo martes, la dirigencia local de Morena informó que el Comité Ejecutivo Estatal, y los consejeros y comisionados municipales tomaron la decisión de no ir en coalición con el PVEM. Es decir, la solicitud presuntamente presentada anoche ante el CEEPAC no podrá cumplir la fracción primera del artículo 178 de la Ley Electoral.

Independientemente del espectáculo de confrontación interna en Morena, quedan expuestas actitudes de las cúpulas partidistas que, si no muestran el más mínimo respeto para su propia militancia, a sus estatutos y a la ley, menos se puede esperar para con los electores.

“No vamos a permitir que impongan un cabrón que es narcotraficante”, gritó uno de los manifestantes. Si una inquietud de ese tamaño entre sus militantes no es atendida por la dirigencia de Morena, mucho menos se puede esperar que se tomen en cuenta las inquietudes de la ciudadanía.

El desfase entre el apego a los valores democráticos, la legalidad y los intereses de la ciudadanía con los actos de quienes aspiran a representarla puede quedar expuesto abiertamente en la propia sede de la autoridad electoral sin que haya consecuencias contra quienes, además de burlarse de su militancia y de la ciudadanía, saben que el árbitro de la contienda se los tolerará.

Total, ya firmaron la Declaratoria de Civilidad por los Derechos de la Ciudadanía, y salieron muy bonitos en la foto… y eso es lo que más cuenta.

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