Carlos Rubio
Por mucho que la derecha y, sobre todo, el sector empresarial, quieran levantarse el cuello frente a la izquierda, no hacen más que exhibirse al mismo bajo nivel. La propuesta de Héctor D’Argence de dar dos días de descanso a los trabajadores, si gana Xóchitl Gálvez, es igual de humillante y burlesca que la entrega de despensas a cambio del voto.
Mucho se critica desde la campaña de Xóchitl Gálvez a nivel nacional el uso de los programas sociales para coaccionar el voto, principalmente en los adultos mayores. Pero qué dirá acerca de sus simpatizantes que exhibidos en video ofrecen “premios” igual de gandallas a sus trabajadores si ella gana.
En ambas situaciones el supuesto beneficio para el votante es degradante porque busca aprovecharse de su necesidad y sus carencias.
Las despensas lucran con el hambre de las personas. Si se buscara acabar con esta problemática se optaría por otras opciones, pero ni a los gobiernos ni a los partidos les conviene acabar con ella, porque perderían adeptos. Condicionarle la comida a la gente, a cambio de apoyo político, se trata de una actitud cruel que todos, sin excepciones, han replicado a lo largo de la historia.
Ahora que Morena es quien ostenta el poder y ejerce el control de los programas sociales, la entrega de despensas es fuertemente criticada por la derecha, critica que no es mala ni está fuera de la realidad, sin embargo, bien haría este sector, que principalmente proviene de Acción Nacional, en revisar sus propias acciones antes de criticar las de enfrente.
La propuesta de Héctor D’Argence no puede considerarse como una falla de sintaxis en su hablar, porque fuerte y claro la dijo y la reafirmó frente a una gran cantidad de personas.
De entrada, para entender el significado de sus palabras, hay que entender la coyuntura: hace poco a nivel nacional se legislaba sobre disminuir la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas, con lo que se otorgarían dos días de descanso.
La propuesta fue frenada en la Cámara de Diputados, principalmente por el sector empresarial apoyado por el Partido Acción Nacional.
Este análisis se llevó a la mesa debido a que México es uno de los países con sueldos más bajos y en donde más se trabaja, esto a pesar del aumento al salario mínimo que se ha llevado a cabo durante el actual sexenio.
Con un total de 2 mil 226 horas anuales, México ocupa el primer lugar entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico que más trabajan, y es el país con menor productividad laboral.
En medio de esta discusión que fue detenida por la presión de los propios empresarios, se vuelve muy paradójico que ellos mismos sean los que propongan dos días de vacaciones sólo en caso de que Xóchitl Gálvez sea presidenta de México. Además de que, tan sólo dos días de descanso parecen más bien las sobras de lo que es la reforma a la Constitución de reducción a la jornada laboral.
Sus palabras van más allá de una simple propuesta, escarban en lo más profundo de la relación de subordinación. “Yo, tu jefe, decido cuándo y cómo descansas. Tus planes o deseos dependen de lo que a mi me plazca. Y si haces lo que te pido, tal vez, sólo tal vez, te daré una migaja de lo que realmente mereces”.
Ambas actitudes suenan inhumanas. El trueque de comida y descanso a cambio de un voto conlleva una humillación que no se ve a simple vista, pero simbólicamente está presente.
La diferencia es que desde la derecha se alzan el cuello creyendo que son diferentes y hasta mejores.
Es el mismo sector empresarial y la derecha quienes salen a cacarear que la democracia está en riesgo.
Los que salen vestidos de blanco a marchar hacia la Plaza Fundadores para “defender al INE”.
Son los mismos que también harían cualquier cosa con tal de conseguir el voto.
Y cómo no, después de haber visto la reciente encuesta del Reforma. Xóchitl Gálvez al tercer lugar en las preferencias en Jalisco. Todo apunta a un desenlace aún más devastador para la derecha que el ocurrido en 2018.
Son las consecuencias de no haber formado un proyecto en seis años y sólo dedicarse a atacar… pero bueno, tendrán otros seis años para volver a intentar crearlo.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.