Por Victoriano Martínez
Los cuerpos de dos mujeres fueron encontrados la mañana de este miércoles en un camino que une a los municipios de Soledad de Graciano Sánchez y Cerro de San Pedro, justo a unas horas de que en Palacio Nacional se presentó el Informe de Violencia Contra las Mujeres 2020, en el que el Estado aparece en séptimo lugar entre los que registran más feminicidios.
De acuerdo con el informe de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM), en San Luis Potosí ocurren 1.84 feminicidios por cada 100 mil habitante, en tanto que la capital del Estado se ubica entre los 20 municipios con más feminicidios.
Seguramente las autoridades de seguridad pública estatales encontrarán alguna de sus inverosímiles justificaciones o hasta elementos para minimizar los casos, como lo han hecho en otras ocasiones.
Lo cierto es que las estrategias de seguridad pública muestran en el aumento la violencia feminicida el punto más crítico y grave de su fracaso: en tanto en todo el país por cada caso de feminicidio en 2015 para 2020 hubo 2.28, en San Luis Potosí presenta un crecimiento en el que, por cada caso de 2015 el año pasado ocurrieron 3.85.
Si de por sí es alarmante que los casos de feminicidios se hayan poco más que duplicado en el país entre 2015 y 2020, debe resultar hasta aterrador para las mujeres el hecho de que en el Estado el riesgo de ser víctimas de un feminicidio prácticamente se multiplicó por cuatro en ese mismo periodo.
Expresado en términos proporcionales, mientras en todo el país el número de feminicidios aumentó un 128 por ciento en los últimos seis años, en San Luis Potosí aumentaron un 285 por ciento.
Se trata del sexenio de Juan Manuel Carreras López, el más violento y con una cifra récord en asesinatos. El sexenio que en sus primeros dos años hizo necesaria la declaratoria de Alerta de Género, pero cuya efectividad fue nula, ya que a partir de que se declaró en junio de 2017, los casos se incrementaron considerablemente.
En el tema poco tiene que ver la influencia de lo que ocurre en otros estados o los efectos cucaracha que suelen ser las justificaciones recurrentes de la autoridad local.
Si en 43 meses con Alerta de Género el gobernador Carreras López no logró estrategias para reducir la violencia contra las mujeres, poco puede esperarse en los ochos meses que le quedan.
