Alberca olímpica de Unidad Deportiva Satélite todavía tiene adornos navideños; lleva meses cerrada

Jaime Nava

A pesar de que en mayo del 2017 el Gobierno del Estado y el Instituto Potosino del Deporte (INPODE) anunciaron que la empresa privada Valdesierto (Lagartos acuáticos) se haría cargo de la administración de la alberca olímpica de la Unidad Deportiva Satélite, una vez más sus instalaciones permanecen en completo abandono y cerradas al público.  

En lo que debería ser un centro deportivo de alto rendimiento para los potosinos y, especialmente, para los habitantes de la colonia satélite, hoy hay polvo, basura y una decoración navideña a meses de cumplir su primer año encerrada tras los cristales que impiden que se cumpla con la “visión” que, en carteles sobre las paredes, promete “oportunidades equitativas e incluyentes de participación ciudadana en la práctica y desarrollo de la actividad física y el deporte con el fin de propiciar una mejor calidad de vida en los potosinos […]”.

El primero en dejar a su suerte a la alberca fue el otrora gobernador Fernando Toranzo Fernández, durante su administración, en septiembre del 2012, se publicó la licitación para asignar el contrato LO-924004991-N23-2012 para la “rehabilitación y ampliación de la Unidad Deportiva Satélite”. La licitación se asignó al grupo constructor La Media Luna S.A. de C.V. por un monto de 23 millones 370 mil 635 pesos con la promesa de que la obra estaría terminada en 85 días naturales.

La empresa no cumplió con el plazo establecido y se le concedió una prórroga pasando de 85 a 289 días naturales; además, se incrementó el costo de la rehabilitación alcanzando la cifra de 41 millones 133 mil 787 pesos, de acuerdo con datos del informe final de auditoría a la cuenta pública del Poder Ejecutivo del Estado publicado por la Auditoría Superior de la Federación.

Aún y cuando la alberca no estaba lista para ser usada, antes de dejar el cargo como gobernador, Fernando Toranzo Fernández presidió, el 15 de septiembre del 2015, una inauguración simulada a la que invitaron a deportistas para tomar las fotografías que acompañaron los boletines de prensa. Nadie más pudo nadar después de ese día y la alberca permaneció con agua y el mínimo mantenimiento hasta finales de mayo del 2017.

El 17 de marzo del 2017 el Instituto Potosino del Deporte publicó la licitación pública nacional IPD/CLA/UNICA/2017 para la “contratación de servicios especializados privados de administración y operación de la Alberca Olímpica ubicada en la Unidad Deportiva Satélite y Semiolímpica ubicada en la Unidad Deportiva el Montecillo”.

En abril de ese año el titular del INPODE, Miguel Ángel Álvarez Rodríguez, dio a conocer que el servicio de administración de la alberca de la Unidad Deportiva Satélite quedaría en manos de Valdesierto (Lagartos acuáticos) e informó que la empresa pagaría una contraprestación al INPODE; aunque la cantidad nunca fue revelada ni se publicaron los contratos y documentos derivados del proceso de licitación.

ALBERCA “SIN CAPACIDAD PARA MANTENER EL AGUA CALIENTE”

La alberca fue reinaugurada el 27 de mayo, pero su funcionamiento duró siete meses. En enero, los nadadores fueron sorprendidos por una cadena que les impidió el paso a la alberca. La razón la tuvieron que leer en papeles que fueron pegados por personal de la empresa:

“Por este medio de les informa que, debido a que los equipos de la Alberca no cuentan con la capacidad para mantener el agua caliente en esta temporada invernal, por lo cual actualmente nos encontramos cerrados. Dicha situación ya fue reportada al INPODE en diciembre del 2017. A la fecha no hemos recibido respuesta por parte de ellos sin embargo sabemos que están trabajando en el tema”, se lee en uno de los avisos.

El escrito fue firmado por “Lagartos Acuatic” y al final se incluyó una dirección de correo electrónico: informes@lagartosacuatic.com. Astrolabio Diario Digital intentó enviar un mensaje para entrar en comunicación con la empresa y preguntar los motivos por los cuales la alberca ha permanecido cerrada toda vez que la temporada invernal concluyó hace meses. Nuestro correo no llegó a su destinatario porque el dominio “lagartosacuatic.com” no existe.

Durante los días previos a la reinauguración, la empresa Lagartos Acuatic habilitó una página con su nombre en la red social Facebook desde la cual informaban sobre las actividades que se realizarían y la fecha de inicio de operaciones. Luego de una búsqueda en internet y la red social mencionada, Astrolabio Diario Digital pudo confirmar que ya no se encuentra activa.

INPODE NO RECIBIÓ NI UN PESO COMO CONTRAPRESTACIÓN

Desde que se le entregó la administración de la alberca a la empresa privada, el INPODE no ha recibido ningún tipo de contraprestación o no fue reportada en el balance de ingresos que por ley debe publicar. El estado analítico de los ingresos correspondiente a los meses de septiembre y octubre del 2017 es inexistente.

Sólo en los meses de agosto y diciembre del 2017 se encuentra el documento de ingresos que obtuvo el INPODE por el cobro de diversos servicios; sin embargo, no hay ningún rubro que haga referencia a ingresos por cobro de mensualidades a los usuarios o a pagos realizados por la empresa Valdesierto (Lagartos Acuatic), lo cual hace suponer que no se cobró la contraprestación o se ocultó de los estados financieros.

El rubro “Alberca Unidad Deportiva Satélite” aparece únicamente en el estado analítico mensual de ingresos del mes de enero del 2018. En ese documento se observa que el INPODE estimaba recaudar un millón 326 mil 120 pesos a lo largo del año; no obstante, los ingresos de ese mes se encuentran en ceros.

SILENCIO OFICIAL

Con la intención de entrevistar a Miguel Ángel Álvarez Rodríguez, director del INPODE y a Jesús Espinoza, administrador de las unidades deportivas, Astrolabio Diario Digital acudió a las oficinas del instituto. La entrevista con Jesús Espinoza fue breve: un minuto con 21 segundos. Se le preguntó por qué razón la alberca de la Unidad Deportiva Satélite permanece cerrada a lo que respondió: “mire el que le puede dar información de eso es el encargado de comunicación social, ellos son los que están encargados para eso”.

Enseguida se excusó argumentando que se trataba de un problema ajeno a él y aseguró que ya estaba siendo atendido “por otra instancia”. Al preguntarle quién se estaba encargando del asunto, respondió: “no sabría decirle”.

Posteriormente, en el área de comunicación social informaron que el encargado no se encontraba en su oficina porque estaba cubriendo la clausura de un campamento de verano junto con el director del INPODE por lo que el equipo de Astrolabio Diario Digital decidió esperar a que volvieran.

Minutos más tarde Miguel Ángel Álvarez Rodríguez entró caminando solo a las instalaciones del Instituto Potosino del Deporte, ingresó a su oficina y su secretaria anunció la presencia del reportero de este medio de comunicación. Un par de minutos después llegó un empleado de comunicación social a preguntar cuál era el tema motivo de la entrevista. Se le explicó que estaba relacionado con las Unidades Deportivas, específicamente con las albercas concesionadas. Acto seguido corrigió al reportero y aclaró que no se encontraban concesionadas, sino que se trataba de empresas que contaban con un contrato de “servicio”.

Caminó hacia la oficina del director y luego de un rato salió para informar al reportero que su jefe se disculpaba porque no podría conceder la entrevista porque su agenda estaba llena, se había retrasado y estaba muy ocupado atendiendo a una persona. “¿A quién? Si no había nadie en su oficina cuando llegó”, se le cuestionó. Tras unos segundos de silencio, dijo: “hay otros accesos”.

Se le advirtió que el reportero esperaría al director hasta que saliera de su oficina y un “como gustes” dio por terminada la conversación. Los minutos pasaron y el edificio se fue vaciando, la mayoría de los empleados salieron a las 2 de la tarde aprovechando el permiso que se les concedió para que asistieran a la comida que sus sindicatos organizaron por ser el “día del burócrata”.

La secretaria de Miguel Ángel Álvarez cerró el acceso a la sala de espera pasadas las 3 de la tarde. Tres horas se esperó al director del INPODE, pero no salió de su oficina.

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