Abelardo Medellín
El próximo martes 11 de octubre, Alejandro N., extrabajador del DIF estatal acusado de violación agravada contra un menor de edad, rendirá su declaración en el juicio oral que se sigue en su contra luego de que este viernes 7 de octubre concluyeran los interrogatorios a testigos.
En la jornada de este viernes, la defensa de Alejandro N. llamó a interrogar a los dos últimos testigos del caso; en total, en el juicio se interrogaron a 40 testigos, entre los que pasaron familiares de las partes, peritos, médicos legistas, amigos del imputado e incluso la víctima.
Tras concluir con el último testigo, el Tribunal de Enjuiciamiento Colegiado informó a Alejandro N. que tenía oportunidad de ofrecer una declaración, con la prevención de que durante su declaración, el ministerio público tendría oportunidad de interrogarlo.
En un primer momento, el imputado aceptó hacer una declaración, sin embargo, luego de un receso para prepararse y atender necesidades fisiológicas, el abogado de Alejandro N. informó que su representado hablaría, pero no este viernes.
Según el abogado, la defensa tiene pendiente revisar criterios técnicos de una de las pruebas antes de que el imputado pueda rendir la declaración, justificación que aceptó el Tribunal y decidieron que será hasta el martes 11 de octubre cuando Alejandro N. declare.
El juez presidente señaló que las partes técnicas del caso deberán preparar sus argumentos para la jornada del martes dado que, tras la declaración del imputado, se presentarán los alegatos finales, previos a la emisión de una sentencia.
La jornada diecisiete
En la jornada 17 del juicio oral se presentó como primer testigo a un perito en informática quien tuvo acceso a un celular y un reloj inteligente que presuntamente pertenecían a Alejandro N.
Según el testigo, la defensa del imputado le pidió realizar una pericial, que constó en revisar y comprobar la existencia de cuentas de Facebook y WhatsApp, la existencia de una cuenta de Facebook vinculada con la víctima, comunicación entre Alejandro N. y la cuenta de la víctima, llamadas y mensajes del 14 de octubre de 2019 (día en que supuestamente ocurrió la última agresión) y una aplicación que recaba datos biométricos del usuario.
El informático afirmó haber encontrado llamadas entre Alejandro N. y otros usuarios ese día y a la hora del supuesto hecho, además de que confirmó que existía una conversación entre la víctima y el imputado en esa fecha.
Ante las pruebas aportadas por el perito, el ministerio público cuestionó al testigo en referencia a si obtuvo consentimiento expreso de Alejandro N. para revisar el celular, a lo que el testigo aceptó que no.
En un punto del interrogatorio, la Fiscalía intentó explorar la posibilidad de que el perito haya hecho otro trabajo para la defensa relacionado con el mismo caso, dicha interrogante no pudo ser resuelta, dado que los abogados de la defensa objetaron a las siete preguntas que el ministerio público hizo sobre este tema y los jueces resolvieron que la información no era pertinente.
La negativa a poder explorar el tema de una segunda pericial hecha por el informático para la defensa, provocó que el asesor jurídico de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV) denunciara durante su intervención que el Tribunal no permitía preguntar adecuadamente.
El segundo testigo de la jornada de hoy fue un médico psiquiatra que realizó una valoración de la víctima a través de tres entrevistas entre 2019 y 2020, a través de las que buscaba analizar su situación mental, emocional y conductal.
El testigo refirió que el expediente del centro Temazcalli decía que el joven sufría de depresión, ansiedad, trastorno del vínculo afectivo y trastorno de estrés post traumático.
Así mismo señaló que en las entrevistas el joven era muy “directo”, “frio” y “apático”, comportamiento que lo llevó a concluir que no había “indicios de una agresión sexual”.
De igual manera, el testigo afirmó que el tiempo que se le dio para entrevistar el joven era insuficiente y por tanto, otras valoraciones hechas por peritos en psicología no podrían ser concluyentes.
Ante su dicho, la Fiscalía señaló la incongruencia de que el testigo tildó de poco concluyentes los dictámenes de las psicólogas, cuando él tuvo el mismo tiempo con la víctima.
De igual manera, a preguntas del ministerio público, el testigo aceptó haber hecho una entrevista “sin empatía” a la víctima y aceptó que tuvo acceso al expediente del joven sin su consentimiento.