Antes de pasar a la anarquía como movimiento social, intelectual y político, daremos una semblanza de sus antecedentes. Es decir, podemos crear una génesis somera de la anarquía, retrotrayéndonos en el tiempo, hasta la misma era de los mitos.
Prometeo puede ser considerado como el primer anarquista. Era un dios que sentía una especial simpatía por los hombres. Su delito fue robar el fuego a los dioses. El fuego representa la luz del entendimiento. De esta manera, Prometeo es un dios que se revela contra la autoridad. Toma una decisión propia y actúa según su convicción y su filosofía. Es el prototipo del anarquista individualista que por el ideal de la libertad, es capaz de sacrificarse hasta extremos indecibles.
El filósofo chino Lao Tse es otro ejemplo de pensador anarquista. Pugnaba por un pensamiento propio, sin el atavismo del estado y sin ley que pueda detener su lucha por la emancipación. Creador del Tao Te King, un libro que encierra una profunda sabiduría ligada a otro anarquista: Heráclito.
Zenón de Citio puede ser considerado como otro filósofo protoanarquista. El inició la conocida escuela de los estoicos, quienes sostienen que uno debe cultivar una vida absolutamente virtuosa y alejada de las emociones fuertes y las bajas pasiones. Abanderaba la causa de mentes fuertes, controladas, fuera del alcance de las fuerzas autoritarias pero también de las propias potencias ciegas que gobiernan a las personas de mente débil.
Como hemos dicho anteriormente, la palabra anarquía es de origen griego y podemos localizarla en tiempos tan remotos como el del trágico griego Esquilo. Por cierto, este dramaturgo siempre aborreció de los tiranos y en sus obras construyó personajes potentes que contrastan con el estado. Parece que existe un esbozo de personalidades de corte anarquista en sus creaciones.
Otra personalidad que tiene típicos rasgos anarquistas es Jesús de Nazareth. Un hombre fascinante que desafía a la autoridad judía para edificar toda una axiología y una cosmovisión profundamente religiosa. Lo acusaban de borracho y de controlar su vida según sus propias convicciones. Sus parientes pensaban que estaba loco pero la muchedumbre sentía una presencia realmente fascinante y seductora. Todos los hombres son iguales. Merecemos la felicidad y vivir en plenitud. Si somos capaces de ver los puntos comunes entre el ideal anarquista y el ideal cristiano, nos daremos pronto cuenta de lo parecidos que son. Lo más cercano al paraíso cristiano es el sueño anarquista de vivir en paz, respetándonos unos a otros, desarrollando nuestras capacidades y asumiendo siempre que somos los artífices de nuestro propio destino. Un movimiento anarquista llamado anarquismo cristiano y que posteriormente trataremos, se inspira en la figura del nazareno.
Intentando construir una guía o mapa del anarquismo, podemos considerar la presente etapa como un estadio seminal del pensamiento anarquista. Las personalidades mencionadas son el basamento para sentar las columnas de un pensamiento realmente rico en matices. Una forma de ser, un sujeto que inspira las maneras de hacer y de hacerse a sí mismo.
Frater Ignatius