Antonio González Vázquez
Mientras que las diputadas y ex diputadas así como funcionarias estatales están más preocupadas por la violencia política en contra de alguna de ellas, va en imparable aumento la violencia física que alcanza su más brutal expresión en la muerte. Y mientras el alcalde de la capital y el gobernador se limitan a lamentar la violenta realidad que se posa en las mujeres, ninguno de ellos pasa de las palabras a los hechos en su compromiso por darles seguridad.
Apenas ayer en el Congreso del Estado, se realizó un Foro sobre Violencia Política de Género en el que funcionarias estatales, diputadas, ex diputadas y representantes de organismos autónomos descentralizados en materia electoral y derechos humanos censuraron la violencia política en su contra.
En primera fila, la diputada del PRI, Beatriz Eugenia Benavente Rodríguez, víctima del diputado del PVEM, Edgardo Hernández Contreras y presidiendo el foro, la diputada de Morena, Alejandra Valdés que apenas iniciada la legislatura en septiembre pasado, acusó de violencia política a su coordinador parlamentario, Edson Quintanar porque no la invitaba a las ruedas de prensa ni a cualquier tipo de reunión.
Pero nadie habla de las mujeres asesinadas.
En ese Foro, “se hizo hincapié en la necesidad de establecer sanciones puntuales a las conductas relacionadas con la violencia política que sufren, principalmente las mujeres, al clasificarlas como delito en el Código Penal del Estado, propuesta presentada por la legisladora Alejandra Valdés ante el pleno de la LXII Legislatura.
Para eso, se “propone agregar el Capítulo IX, denominado Violencia Política, al Código Penal del Estado para tipificar con esta denominación, a quien realice cualquier acción u omisión, por sí o a través de terceros, que causen daño físico, psicológico, económico, o sexual, en contra de cualquier persona, y/o de su familia, para acotar, restringir, suspender, o impedir el ejercicio de sus derechos ciudadanos y político-electorales, o inducirla a tomar decisiones en contra de su voluntad”.
Pero de los feminicidios nadie dice ni hace nada.
Por ejemplo, en ese Foro, la titular del Instituto Estatal de las Mujeres, Erika Velázquez Gutiérrez prefirió hablar de la violencia simbólica contra las mujeres en la política, no en México, sino en todo el mundo.
Mientras que suma medio centenar de mujeres asesinadas en lo que va del año en San Luis Potosí, la funcionaria a cargo de los temas de la mujer prefirió decir esto:
“Sólo 16% de las noticias que vemos, escuchamos o leemos en los medios de comunicación sobre temas de política representan, hablan o tienen como fuente a mujeres, mientras que el 84% de las noticias son sobre hombres. El promedio de las noticias que refieren a mujeres en temas variados es del 24% contra 76% sobre hombres; estos son datos a nivel mundial derivados del Monitoreo Global de Medios 2015 y que no difieren mucho de los obtenidos en 2010”.
Además de este sesgo sexista en el manejo informativo de la política, otras manifestaciones de violencia mediática contra las mujeres en candidaturas o cargos públicos son: la moral sexual, es decir el tratamiento diferenciado a mujeres y hombres cuando se difunde y cuestiona la vida privada de las mujeres, con lo que se menoscaban sus derechos políticos y sus derechos sexuales. Otra forma de violencia mediática es el reproducir y fomentar los estereotipos de género, es decir, situar a las mujeres en posiciones de subordinación o inferioridad, cuestionar sus capacidades, o considerarlas no aptas para asumir determinadas actividades o responsabilidades, o bien exigir mayores conocimientos o resultados que a los hombres en puestos similares; mientras que el “Body Shaming” o “Cuerpo avergonzado” es una manifestación más de violencia en la que las coberturas noticiosas centran la atención en la imagen física de las mujeres (su peso, sus características físicas, su atuendo o peinado) y dejan fuera sus capacidades, conocimientos, desempeño, etc, dijo.
Peor aún, este día, tras publicarse la información sobre el crimen de una joven de 22 años en la capital, el tercero en un mes, el gobernador Juan Manuel Carreras dijo que de eso hablaría el día de su comparencia en el Congreso del Estado, es decir, ya dirá algo dentro de seis días.
De suyo, el alcalde Xavier Nava, respecto de la violencia en la ciudad que gobierna desde hace un mes, ha dicho que ya tiene un plan de seguridad… pero no lo ha mostrado ni mucho menos lo ha implementado.