Antro Rich: tras la tragedia, la confesión

Por Victoriano Martínez

La tragedia en el antro Rich, en la Plaza Alttus, con saldo de dos jóvenes muertos y una cifra de heridos ajustada ayer domingo a ocho, exhibió la enorme irresponsabilidad de los organizadores del espectáculo que la provocó, pero también lo grave que resulta la ineptitud de la autoridad municipal.

A golpe de comunicados, cuatro en total con un video de declaraciones de la alcaldesa interina incluido, el ayuntamiento intentó realizar un control de daños que terminó en una confesión indirecta de su negligencia.

La primera reacción, de acuerdo con el comunicado 4120, estuvo a cargo del secretario del Ayuntamiento, Jorge Daniel Hernández Delgadillo, con un tono de justificación inoportuna:

“…señaló, respecto a los lamentables sucesos ocurridos en el antro Rich, que no se gestionaron ante el Ayuntamiento los permisos correspondientes por parte de los organizadores; por tanto, no contaba con los permisos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de la Capital, de la Dirección de Protección Civil Municipal ni de la Dirección de Comercio”.

¿Desde cuándo la omisión de quienes organizan actividades que representan riesgos para los participantes libera de responsabilidad a la autoridad que está para proteger que se cumplen protocolos y se adopten medidas para garantizar la seguridad de su población o parte de ella? ¿A qué viene señalar que no contaban con permisos?

Y agregó: “el antro no contaba con licencia de funcionamiento vigente, por lo que no se pudieron hacer verificaciones preventivas en el lugar por parte de las instancias municipales correspondientes”.

¿Acaso les ofrece un gran tip a ese tipo de establecimientos, y a los de cualquier otro tipo que requieran licencia de funcionamiento vigente? ¿Acaso les dice “trabajen sin licencia de funcionamiento porque de esa forma se evitan las molestas verificaciones preventivas por parte de las instancias municipales”?

La magnitud de la gravedad de tan desafortunado señalamiento es difícil de estimar por la escasa y contradictoria información que sobre las autorizaciones y vigencia de las licencias de funcionamiento que debería estar disponible en la Plataforma Estatal de Transparencia, en cumplimiento de los artículos 84 y 85 de la Ley de Transparencia.

De acuerdo con el cumplimiento que le da el Ayuntamiento a la fracción XXXIII del artículo 84, de enero a mayo se autorizaron 237 licencias de funcionamiento para todo tipo de establecimientos, en su mayoría tiendas de abarrotes y restaurantes con venta de bebidas alcohólicas.

En cambio, en el caso del cumplimiento a la fracción II inciso f del artículo 85, la Dirección de Comercio reporta que en los primeros cinco meses del año no se otorgó ningún tipo de licencia de funcionamiento.

Una revisión a la relación de recibos de entero arrojó que en esos cinco meses la Tesorería Municipal tuvo ingresos por 927 mil 116 pesos por “servicio de licencia y refrendo de venta de bebidas alcohólicas de baja graduación” para 95 establecimientos, y un millón 29 mil 412 peros por autorizaciones de espectáculos públicos.

Aun si se tomara el número más alto de autorizaciones de licencias (237), difícilmente podría considerarse que se encuentran todos los antros que hay en la ciudad: y si se tomaran como refrendos los 95 casos por los que se expidieron recibos contra todo tipo de establecimientos que hay en la ciudad, igual se puede concluir que muchos antros no lo tienen.

Es decir, si, como dijo Hernández Delgadillo, no contar con licencia de funcionamiento impide que realicen verificaciones preventivas, ¿cuántos de los antros que operan en la ciudad lo hacen sin verificar sus medidas de seguridad?

La magnitud del riesgo no sólo es desconocido y sin prevención por parte de la autoridad, pues va más allá de únicamente los antros.

En los recibos de entero sólo se detectaron 416 pagos por autorización de programas internos de protección civil en todo tipo de establecimientos comerciales. La inmensa mayoría de los establecimientos comerciales de la ciudad representan un riesgo, pues.

Más grave aún: durante los primeros cinco meses, la Dirección de Protección Civil ha expedido sólo cinco constancias de simulacros (a Costco Gas SA de CV, Costco de México SA de CV, Honeywell Automotive de México S de RL de CV, Siix Ems México y Inmobiliaria Tunera SA de CV).

Datos que dan cuenta de un gran universo de inseguridad en los establecimientos comerciales de la ciudad, incluidas las grandes plazas, pero también que explican la confesión de las autoridades municipales en sus otros tres comunicados.

“La Presidenta Municipal Daniela Cid González instruyó a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de la Capital, a la Dirección de Protección Civil y la Dirección de Comercio, que se ahonde en las investigaciones necesarias para esclarecer los hechos”, dice en el comunicado 4124. Una investigación que seguro debe comenzar en casa.

En el comunicado 4125 “llamó a la solidaridad de la ciudadanía ante estos difíciles momentos”, en tanto que en el comunicado 4126, sin decirlo expresamente, reconoció las omisiones en torno a las actividades de inspección y vigilancia en el cumplimiento de las autorizaciones y refrendos de licencias de funcionamiento y las verificaciones.

“Por instrucciones de la Alcaldesa Daniela Cid, se redoblarán esfuerzos para verificar las licencias de funcionamiento; también se realizarán más recorridos físicos por lugares de esparcimiento, con el fin de garantizar el cumplimiento de los lineamientos de protección civil y la normatividad municipal”, señala el comunicado 4126.

En el sexto mes del año se refuerza la verificación las licencias y se buscará garantizar el cumplimiento de los lineamientos de protección civil, en lugar dar un reporte de cuántos antros cuentan con las autorizaciones correspondientes y las medidas preventivas adecuadas. La población tiene derecho a saber el nivel de riesgos, no que se va a verificar.

Un panorama que deja ver que la seguridad de quienes acuden a ese tipo de establecimientos depende de la voluntad de sus propietarios… porque la autoridad ha exhibido ser omisa y sólo parece reaccionar ante la tragedia.

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