Abelardo Medellín Pérez
En vísperas de que los gobiernos municipales de San Luis Potosí concluyan su trienio 2021-2024 e inicien los nuevos ayuntamientos para el periodo 2024-2027, el gobernador potosino Ricardo Gallardo Cardona envió un indigno consejo que dejó ver la hipocresía con la que es capaz de hablar cuando se le da la cuerda suficiente.
En entrevista con medios locales esta semana, se le preguntó al gobernador cuál sería su mensaje para los nuevos alcaldes que, al mismo tiempo, tendrán encima el reto de un nuevo año fiscal y la complicación de navegar los planes presupuestales que sus predecesores hayan trabajado.
Ante dicha pregunta, palabras más, palabras menos, el gobernador opinó que los alcaldes debían tener más cuidado y organización en cómo gastaban su dinero y añadió:
“No tienen ni siquiera la capacidad de saber cómo gastar el dinero, hay municipios que ni siquiera piden factura, entonces si no piden ni siquiera factura por una compra, llega el proveedor y les dice ‘oye te cuesta 100 pesos y 90, sin factura’, no sé si es por, híjole, pues no sé por qué, si es desconocimiento, si es por tontitos, o si es ignorancia (…) yo creo que hoy los municipios deben de ponerse las pilas, de saber en qué están gastando y de echarle un poquito de cabeza, porque no pueden estar gastando sin factura (…) estos talleres que se están haciendo son lo que se ocupa para que ellos entiendan que pueden ir hasta la cárcel, si lo siguen haciendo mal, entonces, ojalá que todos lo entendamos y nos pongamos las pilas y ellos más al estar erogando el recurso que no es de ellos, es el pueblo”.
El cinismo y la austeridad santurrona que el gobernador deja ver en esta declaración, son un ejemplo de cómo a veces los políticos son consumidos por su propia demagogia, al grado de creerse portadores de una acusación que, a ojos de todo mundo, también aplica para ellos (aunque ellos no lo acepten).
Si desmenuzamos la reprimenda disfrazada de consejo, vemos un Gallardo Cardona que aparentemente no le ha puesto atención a las cosas que ha hecho como mandatario.
Dice el gobernador que los alcaldes no saben cómo gastar el dinero, ¿y él sí? Imposición de obras que luego resultaron ser tiros por la culata (San Miguelito), apropiación y explotación de una festividad histórica y con valor cultural con la finalidad de hacerla clientelar (Fenapo, Xantolo), edificación de obras faraónicas e inútiles que pasaran a la historia como los elefantes-verdes de su administración (Arena Potosí), despilfarro en entretenimientos personales que solo atienden al agrado y estándares de él y su familia (Congreso Nacional Charro), colonización de espacios públicos con el “sello personal” del gobierno y exceso de mal gusto (la edificación de mata moscas en las principales obras en los municipios).
¿De verdad no se da cuenta?, el gobernador dice que los alcaldes no saben gastar y al mismo tiempo la Gallardía solo se ha caracterizado por un costoso dispendió en caprichos y toneladas de gas para inflar el ego del jefe del ejecutivo.
¿Será que opina con conocimiento de causa?, dice el gobernador que los gobiernos deben “ponerle cabeza” y saber exactamente en qué están gastando, porque ahora mismo, no lo saben.
Que Gallardo Cardona afirme algo como esto, solo quiere decir una cosa: su gobierno no tiene idea de cómo gasta el dinero o sabe cómo gasta el dinero, pero viola la ley.
Durante los últimos años, al gobierno del estado se le han pedido facturas de todo: remodelación del Tangamanga, obras en los terrenos de la Feria, gastos del patronato en artistas de la Fenapo, costos de obras al interior del estado, incluso el presupuesto que ejerció para la compra de patrullas; pero, a la hora de entregar la información, ponen sus más exhaustivos esfuerzos en NO hacerla pública e incluso ocultarla.
¿Entonces qué paso?, ¿por qué no tienen sus facturas, gobernador?, como diría usted: ¿es por desconocimiento, es por tontines, es por ignorancia?, ¿o es algo más?, ¿quizá corrupción?
A estas alturas del juego, tras medio sexenio de fingir prudencia presupuestaria y ser igual de opaco que los alcaldes que finge regañar, el gobernador debería tomar su propio consejo: él y su gente “pueden ir hasta la cárcel” si no saben cómo gastan, palabras de usted gobernador, no nuestras.
Tome el consejo: gastar mucho en aparentar cosas, para después gustar mucho a la gente no es un esquema sostenible para ningún Estado, quizá lo es para un influencer (como esos en los que su gobierno también gasta dinero), pero no para una administración.
Por si la desfachatez y la abulencia de Gallardo Cardona no fueran suficiente razón para convencernos de que el cinismo es enfermedad incurable, la verdadera joya de la declaración reside al final, cuando el gobernador es traicionado por su verborrea y se confiesa.
“Ojalá que todos lo entendamos y nos pongamos las pilas y ellos más al estar erogando el recurso que no es de ellos, es el pueblo”.
Exacto, gobernador, ojalá todos lo entiendan (usted y ellos). Ejercer recursos públicos en acciones de gobierno que tienen fines partidistas y que solo benefician a su grupo político, pero no cambian la realidad y condiciones de la gente, es miserable y ruin, ojalá lo entiendan (usted y ellos). Contratar y pagar el sueldo de funcionarios públicos cuyo único mérito es haber sido uno más de los tantos candidatos perdedores del PVEM, es un desperdicio cortoplacista de dinero, ojalá lo entiendan (usted y ellos). No, no es más importante que los alcaldes atiendan a su amenaza de cárcel, a la población nos gustaría que esa amenaza punitiva latente, para quien sea que ejerza recursos públicos a expensas del bien común, la tengan bien presente y sea una realidad… para usted y ellos.
El ejercicio responsable del gasto, no sirve de nada cuando aplica para unos, pero para otros no. El gobernador cree, contrario al león, que nadie es de su condición, y si hay irregularidades y dispendios, ocurren en otras arcas, no en las suyas.
Esperamos que el haberse arrancado la lengua a dentelladas con tales declaraciones, no sea impedimento para que Gallardo Cardona ofrezca un decente tercer informe de gobierno el próximo lunes 23 de septiembre, nos gustaría pedirle que en dicho ejercicio se abstenga de mentir, pero en vista de las cosas que dice, sabemos que es mucho pedir.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.