Arte magna de Cardano

Frater Ignatius

El sabio del renacimiento italiano, hijo ilegítimo de un abogado con facilidad para los números, es uno de esos personajes polímatas dignos de película. Era un médico de renombre que consultó al papá y fue el primero en describir la fiebre tifoidea. Al mismo tiempo fue un biógrafo impecable, una pluma realmente elevada y un matemático de primer nivel. También fue astrólogo, jugador, analista del azar y filósofo. Gerolamo Cardano (1501-1576) en su libro Ars Magna, el cual tuvo bajas ventas pero influyó notablemente a todas las matemáticas de ese tiempo, se exponen las soluciones a ecuaciones de tercer y cuarto grado, es decir, a ecuaciones elevadas a la tercera y cuarta potencia respectivamente. Para muchos es un libro denso, aburrido, que repite muchas ecuaciones y está atiborrado de una prosa seca y farragosa.

Con anterioridad, el otro matemático italiano, Niccolo Tartaglia había revelado a Cardano la solución de la ecuación cúbica. Le hizo jurar ante dios. Cardano al darse cuenta que Tartaglia no fue el primero en resolver una ecuación cúbica mediante radicales, publicó la solución. Lo interesante es que da los créditos de los creadores en un acto de integridad profesional. La ecuación general de cuarto grado fue resuelta por un discípulo de Cardano de nombre Lodovico Ferrari.

Sorprendentemente Cardano en su Ars Magna exploró la existencia de lo que ahora llamamos números imaginarios, basados en la raíz cuadrada de -1, sin embargo no fue capaz de adentrarse en todas las implicaciones que tienen estos números en la actualidad.

En 1570 Cardano fue condenado por la Inquisición debido a que publicó un horóscopo de carácter obscuro referido a Jesucristo. Lo obligaron a arrepentirse y a no escribir más. Se fue a vivir a Roma en donde siguió ejerciendo como médico.

Según una leyenda, Cardano predijo la fecha exacta de su propia muerte; se dice que hizo a la fuerza que la profecía se cumpliera, suicidándose.

Como complemento, diremos que hizo un aditamento para la cámara obscura y que en su libro sobre los juegos de azar, da forma a la probabilidad. Se considera el primer tratado serio sobre esta rama importante de las matemáticas. Y se debe su estudio a que el sabio era un jugador empedernido. Las ecuaciones de tercer y cuarto grado forman parte del esqueleto del algebra. Y arrojan resultados relacionados con los números imaginarios, imprescindibles para poder entender el mundo moderno de hoy.

 

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