Ciudad de México (23 de julio de 2016).- Lápices, crayolas, acuarelas, hojas blancas, periódicos y manitas que se mueven de un lado a otro es algo de lo que se puede ver en un taller de arteterapia para niños.
Éste, explica en entrevista la licenciada en Artes Visuales Ana Bonilla, es una disciplina que usa el arte como herramienta terapéutica. “Está dirigido a personas de todas las edades que tienen una dificultad física, psíquica o social; el arte se utiliza como medio para expresar un malestar o conflicto”.
Dicha expresión se da a través de dibujos, pinturas, collages y manualidades, y en el caso de los niños se hace énfasis en el juego, lo que potencializa su imaginación y creatividad.
El arteterapia puede ayudar a los pequeños a manifestar emociones, sentimientos o pensamientos que no siempre les son fáciles de expresar con palabras.
“En el proceso de creación de una imagen u objeto artístico, pueden expresar de manera literal y simbólica sus temores y esperanzas, lo que les importa, les preocupa o les ilusiona”, comenta Bonilla, quien imparte talleres de esta disciplina a niños y adolescentes en el Taller Mexicano de Arteterapia.
En esta asociación civil, las sesiones dirigidas a niños duran entre cincuenta y sesenta minutos. En ellas, el especialista anima a los asistentes a elaborar un trabajo artístico con los materiales que tienen a su alcance: colores, plumones, acuarelas…
Una vez que está concluido, el paciente habla de su creación. Entonces, con base en lo expresado, el terapeuta lo ayuda a comprender con mayor profundidad sus aflicciones y, cuando es posible, a encontrar salida a ellas.
Las sesiones pueden ser individuales o grupales. Las primeras, cuando el niño necesita atención especial debido a que padece un trastorno psicótico, una deficiencia mental o vive un episodio traumático (la enfermedad o muerte de un ser querido, violencia intrafamiliar, abuso de algún tipo, el divorcio de sus padres o el nacimiento de un nuevo hermano). Las segundas están indicadas a pequeños que necesitan interrelacionarse mejor, que son excesivamente tímidos o agresivos.
Bonilla, quien también ha dado de estos talleres en el Instituto Príncipe Felipe de Madrid, asegura que los beneficios que ha observado en los pequeños que asisten son múltiples y van desde avances en cuestiones emocionales y sociales hasta físicas y cognitivas. “Sin embargo los cambios varían de persona a persona”.
Arte y autismo.
En la Ciudad de México existe un proyecto de arteterapia, único en su tipo, dirigido especialmente aniños y adolescentes con autismo, déficit de atención e hiperactividad y retrasos en el desarrollo. Se llama Crea tu mundo y fue fundado por la psicóloga Alejandra Iturbe y la pedagoga María José Olvera.
En entrevista, las especialistas cuentan que su proyecto -que pronto se convertirá en asociación civil- surgió en respuesta a la necesidad de crear espacios recreativos para los niños que presentan estas condiciones.
En Crea tu mundo -explica Iturbe- el arte se usa como una herramienta terapéutica, más que psicoanalítica, para apoyar a los pacientes en el desarrollo de sus capacidades sensoriales, motrices, afectivas y sociales dentro de un ambiente lúdico.
Una vez que Iturbe y Olvera conocen al niño que participará en el taller, trazan un programa individual, de acuerdo con sus necesidades cognitivas. Sin embargo, las actividades artísticas del programa son desarrolladas en grupo, pues consideran que la socialización es clave para el cumplimiento de los objetivos.
Esta terapia incluye diversas actividades artísticas: dibujo, pintura, artes plásticas, manualidades, lectura, música, expresión corporal y role playing (interpretación de un rol o personalidad). Las sesiones pueden durar hasta tres horas en las que se mezclan varias de estas actividades.
Respecto a los beneficios de esta tipo de atención, Olvera comenta que han notado avances enmotricidad gruesa (subir mejor las escaleras, por ejemplo), en regulación emocional y de la conducta, así como en el aspecto social (los juegos de rol ayudan a comprender las normas sociales). En lo cognitivo han observado que al darles a los pacientes una serie de pasos para elaborar una manualidad empiezan a trabajar en la planeación y el pensamiento lógico.
En uno de los testimonios disponibles en la página de Internet del proyecto, Sofía Cruz, mamá de Vale, una pequeña con autismo, asegura que ha notado avances en el lenguaje y la socialización de su hija.
Fuente: La Razón. (Por Alejandra Ojendi)