Por Victoriano Martínez
Carlos, de 40 años de edad, murió tras haber sufrido un asalto a mano armada el pasado sábado en su tienda, en la esquina de las calles Hacienda de San Miguel y Hacienda Peñón Blanco, en El Morro, pasadas las nueve de la noche.
Para sus vecinos, su deceso –más de 24 horas después de los hechos– marcó la gravedad de una omisión por parte de los cuerpos de seguridad que pudieron haber cambiado el curso de los acontecimientos.
Por la mañana del sábado, Salvador Contreras Hilario, presidente del Comité Vecinal por la avenida San Pedro, solicitó el apoyo de la Dirección de Seguridad Pública de Soledad de Graciano Sánchez porque tendrían una reunión de vecinos precisamente junto a la tienda de abarrotes “San Miguel”, donde ocurrió el trágico asalto.
“Justamente durante la semana le estuve enviando mensajes al director de seguridad pública para que fueran, porque teníamos reunión vecinal, pero lo único que me contestó fue un ícono de una manita con el pulgar hacia arriba. Si hubieran ido se habría evitado; la reunión fue afuera de esa tienda”, explicó Contreras Hilario.
Consideró que si hubieran atendido a su llamado, la presencia policiaca en el lugar habría inhibido la acción de los delincuentes, quienes cometieron el asalto unos momentos después de concluida su reunión.
En los mensajes al coronel José Luis Urban Ocampo, Contreras Hilario le explica que su contacto se lo pasó Jaime Pineda, secretario de Seguridad Pública del Estado.
Tras el asalto, Carlos fue llevado al Hospital General de Soledad en un vehículo de los vecinos porque no obtuvieron respuesta en sus llamadas al 911 y no llegó una ambulancia para auxiliarlos.
Carlos murió este domingo a consecuencia de las lesiones que le provocaron los asaltantes.