Antonio González Vázquez
Trece diputados locales han solicitado licencia para separarse del cargo. Buscan otras posiciones de representación popular. Trece de 27 son los que han cedido a su tentación de chapulines de la política. La legislatura materialmente se encuentra desmantelada. Es una Asamblea de Vagos renovada…en su indolencia y mediocridad.
En la sesión ordinaria de ayer se aprobó la licencia de Oscar Bautista Villegas, José Belmárez Herrera, José Luis Romero Calzada, Rebeca Terán Guevara y Jesús Cardona Mireles.
Antes, habían pedido licencia, Josefina Salazar Báez, Héctor Meraz Rivera, Jorge Luis Díaz Salinas, Oscar Vera Fábregat, Alejandro Segovia Hernández, Manuel Barrera Guillén, Cecilia González Gordoa y Esther Angélica Martínez Cárdenas.
Algunos de ellos andarán en campaña como candidatos y otros, dicen, se integraron a equipos de las campañas presidenciales (lo cual suena a locura), pero como sean, se trata de políticos impresentables.
¿Con qué cara van a pedir el voto?
Sin mencionar sus constantes escándalos y muestra de corrupción. Solo con citar los números de productividad legislativa basta para refrendar la desconfianza social hacia los diputados.
Hasta el día de ayer se habían presentado mil 387 iniciativas de ley, de las cuales, tienen pendientes de resolver 768. Solamente han dictaminado 463. El período de sesiones ordinarias, el último de la legislatura, termina en junio, es decir, tendrían tres meses para atender ese rezago, pues después de eso, solo habría algunas sesiones extraordinarias.
Es decir, tendrían que dictaminar 256 iniciativas por mes o más claro, unas 60 iniciativas por sesión. Eso sin contar que se van a seguir presentando iniciativas.
Como sea, los resultados de su trabajo son contundentes, así que si el lector se encuentra a algún diputado en la boleta electoral, no desperdicie su voto, busque mejor otra opción.
