Asedio del Crimen

Antonio González Vázquez

Este 2018 que marcará la mitad del sexenio de gobierno estatal y el fin de administración de mandatos municipales se avista como uno de los más mortales en muchos años. El crimen actúa en libertad ante la mar de impunidad imperante y los homicidios se multiplican. Astrolabio presenta aquí su crónica mensual de ejecutados.

Como a las ocho de la noche del día 27 de junio, Manuel salía de su casa en la calle de Zaragoza del municipio de Vanegas cuando fue abatido con ráfagas de fusil. Un par de sujetos a bordo de una motocicleta lo andaban cazando y lo eliminaron en cuestión de segundos; su cuerpo quedó tendido a las puertas de su domicilio marcado con el número 50, cerca de la plaza principal de esa localidad.

Con su fusil de cargo, un Beretta calibre 556, un agente de la policía municipal de la capital, dio muerte a un hombre de aproximadamente  25 años de edad en la Delegación de La Pila. Casi a la medianoche del día 28 de junio, agentes de la Dirección de Seguridad Pública pasaban por la comunidad de Loma Prieta cuando vieron en un campo de béisbol una camioneta. Uno de los agentes se acercó y recibió un disparo en un pie por lo que respondió y dio muerte  al presunto agresor de nombre Antonio. Eso dijo la policía que pasó.

Día 30 de junio. 15:30 horas en Colinas de la Paz, municipio de Matehuala. Hombres armados a bordo de una camioneta disparan ráfagas de fusiles contra un domicilio particular. Es una frutería en Camino Viejo a la Paz. El saldo, una familia herida, muere Rolando y sus hermanos, Rubén y Edgar quedan heridos. La policía solo llegó a revisar la escena del crimen, los agresores habían huido.

Junto a un arroyo en la comunidad de La Joya, municipio de Matehuala estaban tendidos dos cuerpos masacrados a cuchilladas. Un hombre y una mujer de unos sesenta años de edad no identificados han sido las víctimas. Sus cuerpos fueron descubiertos por unos pastores de cabras que luego dieron aviso a la policía que reportó heridas múltiples y severos golpes en ambos. Los hechos, hacia las once de la mañana del día 2 de julio.

En la esquina de las calles La Lonja y Xiconténcatl un hombre fue ultimado a tiros de arma de fuego. Era la madrugada del día 5 de julio cuando en el barrio de Barrio de San Juan de Guadalupe se escuchó detonar armas. Vecinos que viven a unos metros de donde ocurrió el crimen llamaron a la policía y a las Cruz Roja. Primero llegaron los brigadistas pero el herido acababa de morir; luego llegó la policía que no logró identificar a la víctima.

A las diez de la noche del día 6 de julio, avisaron a la policía que a la orilla de la carretera, exactamente bajo el tendido de vías que pasa por el Puente Naranja sobre Acceso Norte, había un cadáver. Un hombre de unos 40 años de edad había sido ejecutado y sus victimarios, quisieron exhibir su obra, así que lo colgaron del puente que marca los límites entre la capital y Soledad de Graciano Sánchez. La cadena que mantenía en vilo el cuerpo no soportó y éste cayó al piso de donde lo levantó el forense para su identificación: le dieron un tiro que se introdujo sin salida, en el ojo derecho.

Eusebio salió de su casa por la noche del día 7 de julio y ya no regresó. Vivía en la colonia Bugambilias en el municipio de San Vicente Tancuayalab. Doce horas después, su cuerpo fue localizado en un potrero cerca de su casa; lo habían masacrado a golpes y estaba semidesnudo.

En pleno monte de la comunidad de La Joya de Los Aguilar hay un pozo  abandonado a ras de suelo y pareciera que en ese lugar no habría más que matorrales y piedras, pero en el fondo, fue localizado el cuerpo de un hombre ejecutado. Día 8 de julio, en  ese lugar, la policía rescató el cuerpo maniatado y quemado en su mayor parte del cuerpo de un hombre. Un pastor de cabras pasó por el lugar, percibió un olor que por su fetidez le resultó extraño, se acercó al bordo del pozo y descubrió el cuerpo, así que denunció el hecho a las autoridades en el municipio de Cedral.

Entre las yerbas y manchas de pasto que hay en uno de los espacios vacíos a lo largo del bulevar del Río Españita había un cadáver. Un hombre de unos 30 años de edad yacía bocabajo y desmadejado en el suelo. Lo vieron como a eso de las ocho de la mañana del día 9 de julio y alguien llamó a la policía para avisar del caso. El peritaje inicial dio como probable causa de muerte, múltiples golpes recibidos en la cabeza y el cuerpo de quien no se logró conocer su identidad.  

En la calle Carlos Diez Gutiérrez de la colonia Independencia estaba estacionada una camioneta, al parecer, desde la noche anterior se había averiado así que tenía el capó abierto, pero en su interior, por la mañana del día 10 de julio, fue localizado el cuerpo de un hombre que fue abatido con disparos de arma de fuego. Cerca de la unidad tipo pick up de color negro, la policía ubicó al menos seis casquillos percutidos que impactaron en el vehículo y en  la humanidad de la víctima.

Pedro tenía ya 65 años de edad y desde hacía mucho tiempo trabajaba en los Estados Unidos. Todo iba bien hasta que decidió regresar al municipio de Matehuala para saludar a sus familiares y reunirse con los amigos. Así la llevaba hasta que en la madrugada del 12 de julio, un par de sujetos encapuchados se le pararon de frente en una de las calles del centro de la localidad y lo mataron. El cuerpo se derrumbó a unos metros de un antro denominado “Lobombo”.

Le decían “El Paco” porque se llamaba Francisco Xavier, vendía discos piratas y tenis clones en un puesto ambulante en la calle de Reforma casi esquina con Eje Vial. Lo mataron a eso de las nueve de la noche del día 13 de julio cuando estaba por levantar su puesto, hasta donde llegó un hombre a bordo de una motocicleta. Nada más lo vieron y le descargaron sus pistolas cortas calibre punto nueve milímetros, le dieron especialmente en la cabeza. Paco tenía 30 años.

A la mitad de un camino polvoriento de la comunidad de Palma de la Cruz en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez, al despuntar el día del 14 de julio, fue localizado el cuerpo de un hombre que presentaba múltiples heridas producidas por arma de fuego. Se llamaba Samuel, tenía 30 años de edad y según la policía, lo acribillaron pues presentaba siete orificios de bala en distintas partes de su humanidad.

En la calle de Paraguay de la colonia Las Palmas, municipio de Soledad de Graciano Sánchez fue abandonado el cuerpo de una mujer que fue asesinada a golpes. Por la mañana del día 15 de julio, dieron aviso a la policía: una mujer sin vida yacía a medio arroyo de esa calle. En el lugar, la policía reveló que el cuerpo presentaba lesiones muy severas que habrían sido provocadas con objetos contundentes, de manera especial, en la cabeza de la víctima que no fue identificada.

En la violentísima colonia General I. Martínez de la capital potosina ejecutaron a Orlando, un hombre de 37 años de edad que viajaba en una Caribe cuando fue alcanzado por sus agresores que le dispararon varias ocasiones en la cabeza. El ataque fue en la calle Malinche donde los vecinos alertaron que algo había ocurrido pues escucharon el estruendo de las balas. Los hechos, el día 15 de julio.

En un baldío entre las calles de Orquídea y Begonia de la colonia Las Flores al poniente de la capital mataron a un hombre a pedradas. Como a las siete de la mañana del día 17 de julio el cuerpo desmadejado y sangrante fue descubierto. Según la policía, se trató de un presunto delincuente que riñó con sus compinches por el botín obtenido en el robo de una camioneta repartidora de galletas. Sus cómplices de los que no se saben cuantos ni quienes eran, lo golpearon brutalmente con piedras hasta dejarlo sin vida.

Entre los matorrales y nopales de un predio abandonado en la comunidad de Arroyos de la Delegación Municipal de La Pila, adyacente a la zona industrial, se descubrió el cuerpo de un hombre que fue ejecutado con disparos de arma de fuego en la cabeza. El hallazgo ocurrió a las 10:30 de la mañana del día 18 de julio, luego de que avisaron a la policía que en un camino que conduce al Eje 130 de la zona fabril estaba el cuerpo inerte de un hombre, al que después la autoridad no logró identificar, pero se supo que antes de ejecutarlo, fue torturado.

Arnulfo tenía 38 años de edad y su oficio era el de cortador de caña en el Ejido La Hincada del municipio de Ciudad Valles: lo ejecutaron de sendos tiros de arma larga en el vientre y el pecho. Junto a otro hombre, unos sujetos armados los habían levantado de un camino en el ejido. El cadáver fue abandonado como a las dos de la tarde del día 18 de julio en una vereda del Ejido San Dieguito. José Manuel de 56 años de edad, el otro levantado, fue herido gravemente de dos disparos y aún fue encontrado herido, pero en ese momento las autoridades ministeriales dudaban que fuera a sobrevivir pues presentaba orificio de proyectil con entrada y salida en el rostro y en una pierna.

Don Moisés era un religioso evangélico de 74 años de edad que oficiaba en una humilde casona en la comunidad de Paso Blanco, municipio de Mexquitic de Carmona. Se acercaba el mediodía del 21 de julio cuando unos sujetos llegaron a su domicilio y llegaron hasta su habitación donde Don Moisés descansaba en un sofá, al verlo, los sicarios lo acribillaron y luego se marcharon sin la bendición del ministro de Dios.

Recién empezaba la madrugada del día 22 de julio en la colonia General I. Martínez en la capital potosina cuando estalló el fragor de una riña entre miembros de dos pandillas; se fueron a los golpes hasta que alguien sacó una pistola y empezó a disparar: dos jóvenes fueron heridos y uno más murió; su cuerpo quedó abatido a mitad de la calle Nevado de Toluca hasta donde minutos después una mujer llegó a llorar la pérdida de su hijo. Horas después, en la sección de urgencias del Seguro Social murió uno más de los heridos.

Unas personas iban por el camino  de la comunidad de Puerta del Refugio con rumbo a la cabecera municipal de Villa de Arriaga. Eran como las ocho de la mañana del día 22 de julio y a la altura del kilómetro cinco, junto a un poste del tendido eléctrico, se encontraron los cuerpos de dos hombres que habían sido abandonados en ese lugar, estaban maniatados de pies y brazos. Presentaban, aseguró la policía, signos de tortura y disparos de arma de fuego en la cabeza.

Un hombre fue ejecutado y luego lo abandonaron en la plaza de la comunidad de La Herradura en el municipio de Villa de Ramos. Frente a la plaza,  el día 23 de julio amaneció una camioneta Ford Explorer en color azul sin placas, en su interior, el cuerpo abatido de Noé, de 41 años de edad quien presentaba disparo de arma de fuego en la cabeza.

El día 23 de julio, presuntos plagiarios levantaron a dos personas y las llevaron a una casa de seguridad en el municipio de Villa Hidalgo. La casa de seguridad resultó ser un par de cajones de triplay recién levantados y semejantes a los que se usan para hospedar veladores o trabajadores de la construcción. En su interior la policía encontró el cuerpo sin vida de un hombre y otro más gravemente herido.

Entre los yerbajos que crecen a la orilla del camino de la comunidad de Los Álamos a la cabecera municipal de Tierra Nueva, por la mañana del día 23 de julio,  fue descubierto el cuerpo sin vida de una mujer semidesnuda y con golpes severos en su humanidad. Era madre de dos hijos y los primeros datos señalan que era trabajadora doméstica. Solo tenía 23 años de edad. Cerca del lugar donde murió, su agresor dejó una piedra con manchas de sangre, con ella la había golpeado con brutalidad en la cabeza.

El día 24 de julio la policía rescató restos humanos de la profundidad de un pozo ubicado en una casa de la Privada de Torreón colonia Piñero en el municipio de Matehuala. Los restos estaban carbonizados. La policía inició las investigaciones pues al momento del hallazgo no se tenía pista alguna sobre lo ocurrido.

Martín de 50 años de edad fue abatido a balazos a las cinco de la tarde del día 24 de julio en el humilde barrio de La Villa del municipio de Ciudad del Maíz. Su cuerpo quedó inerte en la tierra sobre la calle Prolongación Niños Héroes. La víctima estaba a punto de ingresar a su domicilio cuando fue recibido con ráfagas de disparos  de unos sujetos que ya lo estaban esperando para matarlo.

Dos años después, una familia del municipio de El Naranjo logró recuperar los restos de una hija desaparecida en 2016. Las autoridades ministeriales les entregaron restos óseos de lo que fue una radiante joven de 25 años de edad. Ya la pudieron sepultar por la tarde del día 25 de julio.

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