Así llega Barrio Vallejo al Barrio de San Juan de Guadalupe

Por Victoriano Martínez

Tengan o no razón los habitantes del Barrio de San Juan de Guadalupe sobre el impacto que pueda tener en el proceso de gentrificación en esa zona la construcción del edificio de departamentos Barrio Vallejo, un hecho es que la forma en que se han dado las etapas de la obra, desde las autorizaciones municipales a su promoción, dan razones para las dudas.

La principal manifestación sobre las inquietudes generadas entre los vecinos de San Juan de Guadalupe fue la solicitud de juicio de amparo que implica cuestionar la correcta ejecución del proyecto y su alineación con las normativas urbanas.

Si bien el amparo fue promovido por una sola persona, eso no significa que no exista la inquietud entre los vecinos que consideran esta acción como un intento de proteger el alma comunitaria y mitigar posibles impactos adversos.

Si el proyecto se ejecuta con apego a la normatividad aplicable, llama la atención que la empresa promotora de la obra, desarrolladora Brickhome, se limite a reproducir en su página de Facebook las declaraciones del alcalde Enrique Galindo Ceballos en las que afirma esa circunstancia, cuando podría exhibir la documentación que avale esa legalidad.

Las licencias de uso de suelo y de construcción son documentos que las leyes de Transparencia, tanto estatal como general, consideran dentro del catálogo de la información pública que debe difundirse de oficio, por lo que ni el alcalde ni la empresa tendrían que revelar documentos, sino simplemente señalar la dirección específica de las plataformas nacional y estatal de transparencia para ser consultados.

Se trata de una de las bondades de la transparencia gubernamental: les permite a las autoridades y. como en este caso, a los particulares aportar información al público sin necesidad de verse obligados a dar explicaciones que resultan más difíciles. A menos que no lo hagan porque los documentos presentan alguna irregularidad o de plano no existen.

“Lo que a mí me informa el área de desarrollo urbano es que la obra tiene todas las autorizaciones, tiene la factibilidad, tiene los otros estudios”, aseguró Galindo Ceballos en el fragmento de la entrevista que difundió la empresa vía Facebook, como si el dicho del alcalde fuera suficiente y no existiera la obligación legal de publicar tales autorizaciones.

“Cuando una obra de este tipo se autoriza requiere obras de cabecera, ampliar el drenaje, conectarse a la red de agua, temas de movilidad, o sea, hay una serie de impactos que para autorizar la licencia de construcción se tienen que atender antes de que empiece la obra, una de ellas es el drenaje y la conexión al agua”, explicó el alcalde.

Que en un predio de pronto se comience a levantar un edificio de mucho más de cinco niveles, con más de 100 departamentos, necesariamente implicará una carga adicional importante tanto al sistema de drenaje como para el abastecimiento de agua potable.

Galindo Ceballos señaló como obra de cabecera que se tiene que atender la ampliación del drenaje antes de empezar la construcción del edificio. ¿Pueden los vecinos dar testimonio de que se abrieron las calles aledañas para ampliar la tubería del drenaje? ¿El alcalde y la empresa pueden demostrar que efectivamente ya se realizaron o están por realizarse?

Se podría decir que se trata de una obra que apenas se va a realizar y se encuentra en la etapa que Galindo Ceballos describió como una situación en la que “tiene las factibilidades, pero tiene que cumplir con una serie de obras de cabecera para que se cumpla plenamente”.

No obstante, esa afirmación del alcalde se dio este martes 8 de abril, en tanto que en la página de Facebook de Barrio Viejo aparece una publicación desde el pasado 27 de marzo, acompañada por un video, en la que informan que se iniciaron las obras de los edificios.

Una inconsistencia en el proceder en torno al proyecto que abre dudas sobre la existencia de todos los estudios que contempla la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano y, sobre todo, de tomar en cuanta las inquietudes de los habitantes de uno de los tradicionales ocho barrios y su temor a que se aceleren los cambios económicos y culturales que afectan la identidad histórica del lugar.

Una inconsistencia que abre sospechas sobre la actuación de la empresa al tratar de congraciarse con dádivas a un sector de los habitantes del Barrio, como si buscara prevenir reclamos de quien encontrara irregularidades en su proceder.

Por obligación de transparencia la autoridad debe publicar las licencias de uso de suelo y de construcción. Como demostración de una real voluntad de exponer que no hay nada irregular en el proyecto ni riesgos para la identidad cultural histórica del Barrio, la publicación de toda la información relacionada sería el siguiente paso de la autoridad y hasta de la empresa.

Ambos, autoridades y empresa, serían los primeros beneficiados al eliminar cualquier sospecha o duda.

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