Ciudad de México (16 de agosto de 2016).- La desesperanza, la falta de sentido de pertenencia provocadas por las escisiones familiares y las prisas
en que viven los padres ha llevado al incremento de los trastornos alimentarios en niños y adolescentes, afirmaron especialistas del Hospital Juárez de México.
Michelle Charlier, jefa de la Unidad de Salud Mental del nosocomio, señaló que los trastornos más comunes son la anorexia y la bulimia, que se presentan cada vez a edades más tempranas (12 años o menos). Antes, precisó, la mayoría de los afectados tenían alrededor de 20 años.
La especialista comentó que en los pasados cinco años la prevalencia de estos males aumentó entre 10 y 15 por ciento en la consulta del Hospital Juárez de México. Al mes son atendidas en ese nosocomio 130 personas con trastornos de la alimentación, incluida la obesidad.
En conferencia de prensa, Elizabeth Pérez, jefa de la División de Medicina Crítica, explicó que no existen estadísticas precisas sobre la cantidad de individuos afectados, pero se estima que a escala internacional la frecuencia de la anorexia y la bulimia oscila entre 0.5 y 0.9 por ciento de la población, aunque es más común entre mujeres (2.8 por ciento). Se calcula que 0.9 por ciento de los hombres padecen alguno de estos males.
De hecho, dijo Charlier, en los años recientes también ha sido significativo el aumento de los trastornos alimentarios entre la población masculina, pues ahora hay dos enfermos por cada cinco mujeres. Hasta hace cinco o seis años, detalló, ellos no eran pacientes de los servicios médicos por esta clase de padecimientos.
Aunque se reconoce que ha aumentado el número de personas con algún trastorno alimentario, la especialista resaltó que también hay mayor información, por lo que se facilita que los enfermos se acerquen a los servicios médicos a buscar ayuda.
Además de la mayor afectación entre la población infantil, Charlier resaltó que cada vez más madres caen en este trastorno a causa de conflictos en la familia, para los que no encuentran alternativa.
Esta es una situación reciente, explicó, porque antes las alteraciones de la conducta alimentaria se asociaban más con la necesidad
de las mujeres de cumplir
los estereotipos de delgadez, como la de las modelos de televisión. Sin embargo, ahora se sabe que detrás de estos trastornos de la forma de comer, ya sea dejar de alimentarse (anorexia) o ingerir alimentos sin control (atracones) existe algún padecimiento mental.
Respecto de los adolescentes, comentó que están en mayor riesgo de padecer algún desorden alimentario cuando carecen del respaldo familiar, ya sea porque los padres se van todo el día a trabajar, porque están divorciados y en ocasiones hasta porque los progenitores no se ponen de acuerdo sobre los roles que deben desempeñar en la familia y respecto de los hijos.
Fuente: La Jornada. (Por Ángeles Cruz Martínez)