Ciudad de México.- Los cuerpos de los 42 presuntos criminales fallecidos el viernes pasado en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad mexicanas fueron trasladados este sábado a la capital de Michoacán para comenzar con su identificación, mientras las autoridades continúan recogiendo evidencias de lo sucedido.
Este sábado personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y de Servicios Periciales realizó el levantamiento de los cadáveres y presenció el traslado de los restos al Servicio Médico Forense de Morelia, en el occidente mexicano.
Mientras tanto, los peritos continúan con las labores de investigación sobre este choque que se produjo la mañana del viernes pasado, en un rancho de la comunidad de Tinaja de Vargas, en el municipio de Tanhuato.
Un policía también falleció en el enfrentamiento.
La Policía Federal (PF) rindió este sábado un homenaje de cuerpo presente al elemento fallecido durante el enfrentamiento.
“El ejemplo que deja nuestro compañero caído en cumplimiento de su deber, debe motivarnos a construir l a clase de policía que queremos, una policía de calidad, de éxito, una policía cercana y reconocida por la ciudadanía”, dijo el comisionado General de la Policía Federal, Enrique Galindo.
Hasta el momento, la versión oficial ofrecida por el comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, apunta a que el enfrentamiento se dio tras la investigación suscitada por la invasión de un rancho, cometida por un grupo delincuencial.
Al implementar un operativo de investigación en la zona, fuerzas de seguridad fueron atacadas por hombres a bordo de una camioneta, y comenzaron una persecución al vehículo, que se refugió en el rancho.
Tras pedir apoyo a más efectivos, incluido un helicóptero, comenzó un tiroteo que duró unas tres horas.
La investigación de la toma del rancho se produjo en el marco de la Operación Jalisco -estado vecino de Michoacán-, implementada a principios de este mayo.
Tras el enfrentamiento, las autoridades detuvieron a tres personas, cuyas identidades aún no han trascendido.
El diario mexicano Reforma reportó que ya comenzaron a rendir su declaración.
Mientras tanto las fronteras de los municipios vecinos a Tanhuato, colindantes con el estado de Jalisco, fueron selladas con elementos de la Policía estatal y federal, que han colocado retenes para evitar el paso de integrantes de los cárteles del crimen organizado.
Cártel Jalisco Nueva Generación
Los delincuentes fallecidos y los detenidos en Tanhuato pertenecen al grupo criminal que tiene su principal punto de operación en el estado de Jalisco, dijo el comisionado Rubido el viernes pasado, aludiendo al cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Ese grupo delictivo surgió en 2010, como una célula del cártel del Pacífico o Sinaloa, que operaba en Jalisco bajo el mando de Ignacio Nacho Coronel Villareal.
Con la muerte de Coronel, en 2010, la agrupación inició una cruenta disputa por el territorio con la organización la Resistencia, aliada de los Zetas.
El 1 de mayo pasado, el CJNG – cuyo líder es identificado como Nemesio Oseguera Cervantes, alias el Mencho- atacó con un lanzacohetes un helicóptero militar que realizaba un recorrido de reconocimiento, también como parte de la Operación Jalisco. El ataque al helicóptero provocó la muerte de nueve militares.
Aquel primer día de mayo, en Jalisco, también ocurrieron 39 bloqueos de avenidas en 25 municipios, e incendios de vehículos y negocios.
Interrogantes
Pese a las dificultades para acceder al rancho en Tanhuato, medios locales publicaron fotografías de los presuntos delincuentes que murieron en el lugar.
Muchos de los cuerpos tenían a su lado armas largas, otros estaban descalzos o sin camiseta.
“Parece que hay una orden de destruir el cártel (Jalisco Nueva Generación) con toda energía antes de que se consolide como lo que pasó con los Zetas”, estimó Benítez Manaut, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en referencia al grupo creado por militares de élite desertores que sembró el terror en México con su violencia extrema durante años.
“Fue un combate muy desigual. Un combate donde mueren 42 de un lado y sólo uno del otro no es un combate”, agregó el especialista.
En México está todavía fresco el recuerdo del caso Tlatlaya, de hace un año, presentado inicialmente por el Ejército como un enfrentamiento en el que hubo 22 presuntos secuestradores muertos y ninguna baja militar, pero del que se acabó concluyendo que la mayoría de los implicados fueron ejecutados tras haberse rendido.
Por ello el sangriento choque del viernes genera interrogantes entre algunos expertos.
“Faltan muchos detalles y todavía hay muchas dudas. El gobierno tiene que demostrar que eso no es otro Tlatlaya. Después de Tlatlaya, perdieron el beneficio de la duda”, opinó el exagente de inteligencia mexicano, Alejandro Hope.
Para el exfiscal antidrogas, Samuel González, todavía es muy pronto para saber con detalle qué ocurrió.
Destacando el “alto entrenamiento” de las fuerzas federales y el “factor sorpresa” del operativo, dijo González, sería necesario conocer “cuál fue el nivel de resistencia” de los narcotraficantes, para entender la alta cifra de muertos.
El comisionado Rubido señaló que “no se registraron más bajas o heridos” por el “entrenamiento y equipamiento” de las fuerzas federales, e informó de la incautación de 36 armas largas, dos cortas y un lanza granadas durante la operación, así como la detención de tres presuntos delincuentes.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, alabó el viernes pasado “el compromiso, valor y entrega” de las fuerzas federales y lamentó la muerte de un policía federal.
CNN México