Autoridades coludidas y universidades fraudulentas

Carlos Rubio

Un fraude como el que se gestó en la Universidad Potosina, que dejó en el limbo el futuro de decenas de jóvenes, necesita de un personaje que lo maquine y saque ventaja de ello, como lo fue y sigue siendo su rector, Arturo Segoviano, pero también del respaldo de la autoridad, que ya sea que se haya coludido directamente o simplemente haciéndose de la vista gorda, de alguna forma u otra tiene una gran responsabilidad que se debe de investigar, o ¿vamos a seguir fingiendo que en años la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado nunca supo nada? En ese caso, aparte de inútiles, serían torpes.

La forma en la que actúa la SEGE en el caso no es más que la de un cómplice que aún no ha sido descubierto y debe moverse con cautela para no ser atrapado. Pudo haber sido uno o varios funcionarios al interior los que encubrieron a Arturo Segoviano, pero de que los hay, los hay.

Vale mucho la pena recordar que, en mayo, cuando la reportera de Astrolabio, Estela Ambriz, trabajaba el reportaje La Universidad Potosina oferta licenciaturas sin validez oficial ante la SEP, intentó de varias formas conseguir una declaración oficial de la SEGE al respecto. Primero lo hizo fuera de su calidad de reportera, llamando por teléfono como cualquier persona lo haría.

Ahí le comentaron que sí, la Universidad Potosina contaba con sus RVOE’s en regla. Sin embargo, dijeron desconocer los números. Supongo que hubo una muy buena razón por la que dijeron que todo estaba en orden, ¿o no? Quien aquel día haya atendido esa llamada, ya es, por sí solo, un cómplice de este fraude, pues le mintió a una ciudadana que bien pudo haber sido una víctima más de la universidad patito. Lo que ahora obliga a la pregunta: ¿a cuántas personas sí engañaron y ahora no sólo son víctimas de la institución, sino también del Estado?

La cosa no paró ahí.

Ahora sí, como periodista, Estela Ambriz pidió un pronunciamiento oficial por parte de la SEGE, sobre la situación de la Universidad Potosina. ¿Qué obtuvo? Largas y largas de su oficina de comunicación social, en donde evadieron el tema y lo sepultaron. En esta ocasión no se animaron a decir tan fácil que la institución contaba con sus RVOE’s.

Al sospechoso actuar de la SEGE súmele que no han hecho nada en contra de la Universidad Potosina, que en plena avenida Carranza sigue engañando a más y más gente justo en épocas de inscripciones.

Hay que dejar las cosas claras, dar clases no es un delito. Ni si quiera se ocupa un RVOE para eso. Cualquier persona capacitada (o no) puede hacerlo desde su hogar. Lo hacen miles de profesores que regularizan alumnos de primaria, secundaria, preparatoria y hasta universidad por las tardes.

En el caso de la Universidad Potosina lo que debe ser sancionado es el engaño que se hace hacia las familias cuando se les afirma que existe un RVOE que permitirá que los estudiantes salgan con un título y una cédula profesional que les autorizarán a ejercer su carrera.

Es muy lamentable que la autoridad actúe así de indiferente cuando al frente se tiene a decenas de familias que tan sólo buscaron el mejor futuro para sus hijos, en un país donde la educación es tan limitada y las oportunidades son pocas. ¿Quién les va a regresar ese dinero que invirtieron todos estos años con el único objetivo de tener un joven doctor? Nadie va a responder, estoy seguro, ni el mismo Arturo Segoviano.

Hasta dónde el hecho de que sean los funcionarios foráneos, oriundos del Estado de México, quienes atienden esta problemática, afecta la llegada de una solución, ¿o acaso son ellos los cómplices que encubrieron al rector de la Universidad Potosina?

Por cómo se ha conducido la SEGE, no parece tener mucho interés en resolver esta situación. Mucho menos evitar que más jóvenes sigan cayendo en esta estafa. Aún más, impensable, que investigue a sus propios funcionarios por su obvia colusión en el fraude.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.

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