Ciudad de México (07 de diciembre de 2015).- Una silla de ruedas es un vehículo imprescindible para quien enfrenta alguna discapacidad. Estos equipos funcionan bien en terreno plano, preferentemente de concreto o de cualquier superficie lisa. Las personas que viven en el campo tienen problemas con dichas sillas, ya que no están diseñadas para rodar en superficies irregulares.
Sin embargo, cinco años de desarrollo y cientos de pruebas con personas con discapacidad de África y América Latina dieron como resultado la creación de una silla de ruedas cuya característica principal es su capacidad de recorrer terrenos agrestes.
Estos aparatos, conocidos como sillas de rueda de montaña o todoterreno, tienen otra cualidad: las piezas mecánicas que la integran son las mismas que utilizan las bicicletas, por lo que pueden ser reparadas en cualquier taller de bicis a un costo relativamente bajo.
Mario Bollini, ingeniero del Instituto Tecnológico de Massachusetts, diseñó la silla. “Todo comenzó en Tanzania, durante cinco años probamos varias ideas hasta que se nos ocurrió colocar palancas que empujan la silla y hacen más fácil manejarla en exteriores, las palancas mueven las llantas, y dependiendo de la posición de la mano es posible ir a distintas velocidades y puedes entrar en caminos de tierra o en pasto.”
Recientemente 100 sillas de este tipo fueron donadas por la empresa suiza Micro Mobility.
“Micro Mobility es la empresa creadora del scooter moderno de aluminio”, explicó Alfonso Masri, representante en México de la firma.
“La misión de la empresa es movilidad para todos, y estamos interesados en la movilidad de las personas con discapacidad, por lo cual se financiaron estas 100 sillas para personas de bajos recursos.”
Richard St. Denis, ciudadano estadunidense, utiliza silla de ruedas desde hace 40 años. Sufrió un accidente al realizar ejercicios militares para la Fuerza Aérea de su país. En 1997 visitó México para donar una silla de ruedas a una joven de 17 años, y esa experiencia le cambió la vida.
“De verla moverse independiente por primera vez en su vida, su sonrisa, su gratitud cambió mi vida; empecé a manejar del estado de Colorado, en EU, 30 horas a México con una camioneta llena de silla de ruedas, y aquí estamos ayudando a más personas”, explicó el ahora presidente de la organización World Access Proyect, ubicada en Temascalcingo, Estado de México.
En lo que va de 2015 la organización ha donado más de mil 500 sillas en todo el país. Adolfo Salinas fue beneficiado con una silla de montaña.
Este joven de 25 años, originario de Amanalco de Becerra, Estado de México, padece mielomeningocele desde que nació. Ha utilizado varias sillas de ruedas desde muy pequeño, pero la de montaña le permite llegar a otro lugares.
“Varios compañeros discapacitados requerimos de una silla. Nos dijeron que había una asociación que las dona; esta silla está muy padre, sobre todo para lugares donde no es tan fácil entrar”, relató.
Jaime Martínez trabajó toda su vida como albañil y es originario de Michoacán. Hace ocho años perdió una de sus piernas y cuatro años después la otra.
“La diabetes deterioró mi cuerpo, por una infección me amputaron una pierna; a los cuatro años se me infectó la otra y tuvieron que amputármela”, explicó.
Dijo que, aunque no cuenta con un trabajo remunerado, cuida y alimenta borregos y pollos de su propiedad y cultiva hortalizas. La silla de ruedas todoterreno le será de gran ayuda gracias a las palancas que hacen más fácil su movimiento.
“Se siente que tiene más movilidad, como va pasando el tiempo se deteriora el cuerpo y pierde uno la fuerza en las manos; con estas palancas que le pusieron es más fácil moverse”, puntualizó.
Fuente: Excélsior.
