Bienvenue a la realidad

Antonio González Vázquez

Todo México sabe que hace unos días Andrés Manuel López Obrador se fue a La Chingada que su rancho de Palenque, Chiapas y en los sótanos de la opinión pública potosina, se sabe que Ricardo Gallardo Juárez, luego de perder las elecciones del primero de julio se fue de viaje a Europa. Eso dicen las lenguas viperinas, malquerientes y suspicaces.

Un lector de Astrolabio Digital debió enterarse del trasatlántico viaje y lo guardó en la memoria para cuando hiciera falta. No pasaron muchos días para sacarle provecho a su natural indignación por al periplo europeo del edil capitalino.

Resulta que nuestro lector pasó por el cruce de las avenidas Salvador Nava y Chapultepec y vio algo que lo conmocionó en extremo, así que tomó su smartphone y tomó una fotografía tan elocuente como ofensiva. Atrapó con su lente un pequeño árbol o quizá una rama de lo que debió ser un frondoso árbol que estaba plantado a medio arroyo de ese tumultuoso cruce vehicular. No es que algún fanático de la reforestación haya tenido un momento de locura y haya sembrado el árbol en medio del camino de concreto; lo que ocurrió es que el árbol fue colocado ahí para llamar la atención sobre el hoyo que había dejado la ausencia de la alcantarilla.

El proverbial desdén de las autoridades municipales para atender los problemas en las calles, fue entonces evidenciado de manera creativa por nuestro lector. Junto a la imagen que tomó y que luego compartió, escribió un breve pero lapidario comentario: “ojala que le haya sobrado de su viaje a Francia para arreglar esta coladera en Salvador NAVA y Chapultepec”.

Todos sabemos que como lo prometió AMLO se fue a La Chingada y que lo hizo en un vuelo comercial y sin escoltas, que se fue a su rancho con la familia a descansar, mientras que en la ciudad, los capitalinos solo supieron que el alcalde primero pidió licencia para dejar el cargo, que luego hizo campaña y que tras el primero de julio ya nada se supo de él, salvo la versión de que andaba por París y una que otra ciudad francesa, pero otros especulaban que igual aprovecharía para ir a Rusia a eso del Mundial de Fútbol. Como sea, esa versión alcanzó la solidez de una verdad incontestable y por tanto, para hacerle ver el descuido del gobierno municipal sobre problemas tan básicos como mantener cerrada una alcantarilla, sobre todo, si se recuerda que hace tres años se prometió sacar a la ciudad del bache y tapar todos los baches habidos y por haber.

Si los analistas, editorialistas, columnistas y politólogos buscan explicar la derrota del gallardismo el pasado primero de julio, no hacen falta sesudos análisis sino simplemente ver la realidad: una coladera abierta y abandonada en uno de los cruces más transitados de la ciudad. La calidad de los servicios públicos, sobra decir, ha estado por los suelos.

Lástima por el árbol, que es de confiar que haya sido replantado donde corresponde, no merecía ser tomado como señalética para avisar del peligro de un potencial y fatal accidente.

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