María Ruiz
Luego de la ardua labor en el combate del mega incendio en Soledad de Graciano Sánchez ocurrido el pasado 18 de febrero, los bomberos de la zona metropolitana destacaron el respaldo ciudadano recibido, pero recalcaron que su situación aún es crítica, pues sus condiciones laborales son precarias, su salud está en riesgo y el patronato que los dirige se mantiene en silencio.
Francisco Portillo, representante de los bomberos, expresó su preocupación por la falta de atención médica integral para los elementos, quienes constantemente se exponen a condiciones extremas sin estudios médicos regulares.
“Nunca nos han hecho un estudio médico para ver cómo estamos realmente. Estamos expuestos a radiación, inhalamos humo, trabajamos con equipos viejos y contaminados. Ayer, por ejemplo, la temperatura del incendio superó los mil grados y seguimos adelante sin el equipo adecuado. Nos rehidratábamos en la ambulancia, nos ponían oxígeno y volvíamos a entrar”, relató.
Portillo también mencionó el caso de un bombero retirado, Gabriel Juárez, quien padece cáncer y no tiene acceso a los medicamentos que necesita.
“Damos todo por los bomberos, pero nos vamos a retirar y vamos a terminar en una cama, sin apoyo”, lamentó.
El conflicto con el patronato del H. Cuerpo de Bomberos Metropolitanos persiste desde hace seis meses, cuando los bomberos iniciaron una huelga simbólica sin dejar de prestar servicio. Denunciaron además, que el patronato, encabezado por Juan Gilberto Rodríguez, ha sido opaco en el manejo de los recursos y que el incremento salarial prometido fue de apenas el cinco por ciento.
“Vimos el apoyo de muchas personas, piperos, empresas, incluso tiendas como OXXO nos llevaron víveres. Pero el patronato sigue sin valorar nuestro trabajo”, señaló Portillo.
Ahora, los bomberos buscan el apoyo de las y los diputados y del Gobierno del Estado para que se garantice un salario digno y prestaciones adecuadas.
“No podemos seguir trabajando así. Si no hay una oferta laboral justa, nadie querrá ingresar a bomberos y esto se va a desmoronar”, advirtió.
Los elementos insisten en que seguirán cumpliendo con su deber, pero urgen soluciones concretas.
“Atendemos emergencias con profesionalismo, pero detrás de eso hay una cruda realidad: nuestra integridad física y nuestra estabilidad económica están en juego. No podemos seguir siendo ignorados”.