María Ruiz
El reciente mega incendio en una bodega de la calle Valentín Amador cerca de la carretera a Matehuala, en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez, no solo puso a prueba la valentía y resistencia del H. Cuerpo de Bomberos de San Luis Potosí, sino que también dejó al descubierto las precarias condiciones laborales en las que desempeñan su trabajo.
Bajos salarios, falta de equipo adecuado, ausencia de un seguro de vida prometido y opacidad en el manejo de los recursos, son solo algunas de las problemáticas que enfrentan diariamente.
Francisco Portillo Fuentes, presidente de la mesa directiva del Cuerpo de Bomberos, denunció que, tras meses de diálogo con el Patronato Comité Pro-Cuerpo de Bomberos de San Luis Potosí, S.L.P., A.C., los avances han sido mínimos.
“El año pasado realizamos varios paros laborales para exigir mejores condiciones y lo único que obtuvimos fue un aumento de 34 pesos diarios en el salario; es irrisorio considerando el nivel de riesgo que enfrentamos. El Patronato no valora nuestra profesión, desconoce lo que implica nuestra labor y nos trata como si fuéramos cualquier otro oficio, cuando nuestro trabajo es de alto riesgo”, reclamó.
Además del salario insuficiente, los bomberos siguen sin recibir el seguro de vida prometido por el Gobierno del Estado tras las reuniones del año pasado.
“El pasado 16 de enero, el gobernador Ricardo Gallardo firmó un convenio donde se anunciaron mejoras salariales, prestaciones dignas y un seguro de vida de un millón de pesos para cada bombero, pero hasta ahora no hemos recibido documentación ni información clara sobre su aplicación”, denunció Portillo.
Otra preocupación es la falta de transparencia en el uso de los recursos que ingresan a la corporación. A pesar de que municipios como Soledad de Graciano Sánchez y otros de la zona metropolitana deberían aportar apoyo económico, los bomberos no tienen certeza de cómo se administran esos fondos.
“El Patronato nunca ha tenido comunicación con nosotros ni nos informa nada sobre los recursos. Solo conocemos al presidente y al secretario, pero el resto de los integrantes no se presentan, y nosotros desconocemos en qué se usa el dinero”, agregó.
Aun con estas condiciones, los bomberos arriesgan su vida en cada emergencia al utilizar equipos obsoletos, trajes desgastados y sin garantías mínimas de seguridad. El incendio de la bodega dejó en evidencia que, mientras ellos enfrentan llamas de más de mil grados centígrados, las autoridades y el Patronato los dejan desprotegidos.
La ciudadanía potosina los reconoce como héroes, pero el abandono institucional es una amenaza latente.