Brasil (01 de septiembre de 2016).- Dilma Rousseff perdió ayer su cargo de Presidenta de Brasil al ser destituida por el Senado en una sesión histórica, donde la Cámara alta optó, sin embargo, por mantener sus derechos para ocupar cargos públicos, en una decisión inesperada.
El Senado votó con una clara mayoría de más de dos tercios por la destitución de la mandataria, suspendida del cargo desde mayo por cometer presuntos delitos fiscales, y acabó con más de 13 años de gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
Al final, 61 senadores votaron contra Rousseff. Sólo 20 legisladores, la mayoría de ellos del PT, rechazaron el impeachment iniciado hace casi nueve meses.
El vicepresidente de Rousseff, Michel Temer, asumió ayer oficialmente la jefatura de Estado, que ya ejercía desde el 12 de mayo, hasta las elecciones previstas para finales de 2018.
Contrario a lo que se pronosticaba, la hoy expresidenta del mayor país de Sudamérica podrá ser candidata para cualquier puesto de elección popular. No podrá, sin embargo, aspirar a la Presidencia en 2018, cuando Temer complete el periodo, porque ya tuvo dos mandatos consecutivos.
Esa decisión del Senado fue una sorpresa porque el único precedente que existía apuntaba lo contrario. El expresidente Fernando Collor de Mello fue destituido en 1992 e inhabilitado para ejercer cargos públicos durante ocho años, aunque en 1994 su proceso por corrupción fue “archivado” por el Supremo Tribunal Federal.
Pese a ser mayoría, los partidarios de la inelegibilidad no alcanzaron los dos tercios de la cámara necesarios para aprobar la medida, nivel que sí se había conseguido, con holgura, para decidir su destitución por maquillar cuentas públicas (61 votos a favor, 20 en contra).
Dilma denunció que su destitución constituye la consumación de un “golpe de Estado” y convocó a una “enérgica, determinada y firme oposición a los golpistas”.
Arropada por simpatizantes, exmiembros de su gobierno y legisladores próximos al PT, Rousseff compareció ante la prensa en el Palacio de la
Alvorada, la residencia presidencial que todavía ocupa, luego de su destitución.
“Volveremos, volveremos”, prometió Dilma. “Hoy el Senado Federal tomó una decisión que ingresa a la historia como una de las grandes injusticias”, afirmó.
Por su parte, el abogado de la expresidenta, José Eduardo Cardozo, anunció que presentará al menos dos recursos ante el Tribunal Supremo contra la decisión del Senado.
En tanto, el presidente del Tribunal Supremo Federal, Ricardo Lewandowski, redactará la sentencia y la publicará en el Diario Oficial. Dilma recibirá la notificación oficial y el proceso concluirá.
Fuente: Excélsior.