Cae red internacional de traficantes humanos en Italia

Agencias 

La organización internacional dedicada al tráfico de seres humanos fue desmantelada hoy con el arresto de 18 personas en varias ciudades italianas, confirmaron las autoridades locales.

“En un momento en que el mundo rechaza la idea de la integración, estamos ante una globalización del mal frente a la desesperación de quienes se ven obligados a escapar”, declaró la fiscal milanesa Ilda Bocassini, que encabezó las investigaciones sobre el caso.

Dijo que pudo ser documentada “la crueldad” de los traficantes de personas, a los que calificó como “gente sin escrúpulos que pese a pertenecer a la misma etnia de las víctimas no tenían ninguna piedad” hacia ellas.

La fiscal informó que los refugiados eran tratados como “carne de matadero” por los traficantes, que amontonaban a decenas de personas en pequeños vehículos con los que los introducían ilegalmente en Francia a través de la frontera de Ventimiglia.

Un comunicado precisó que el operativo fue ejecutado por la policía de la norteña ciudad de Cremona, coordinado por la Dirección Antimafia de Milán y que en Italia fueron arrestadas 18 personas, mientras fueron emitidas órdenes de captura contra otras cinco en Francia y Alemania.

Indicó que los arrestados eran de nacionalidad egipcia, marroquí, afgana, sudanesa, albanesa, rumana e italiana y que en la operación participaron decenas de agentes en las ciudades de Milán, Imperia, Génova, Reggio Emilia, Turín, Varese, Mantova, Pistoia, Reggio Calabria, Catania y Ventimiglia.

“Las indagaciones duraron dos años y permitieron detectar una amplia y ramificada asociación delictiva con base en Milán finalizada al transporte, a cambio del pago de dinero, de ciudadanos extracomunitarios originarios de Siria, Egipto, Eritrea y Sudán”, explicó el comunicado.

Apuntó que al frente de la red estaban personas de nacionalidad egipcia con visa de residencia en Italia, que en coordinación con traficantes que manejaban lanchas con inmigrantes que llegaban a las costas del sur de Italia, organizaban los viajes hacia el norte de Europa.

Precisó que los migrantes en manos del grupo eran en su mayoría de nacionalidad siria, que eran trasladados a Milán en autobuses, trenes o vehículos privados, desde donde después eran “enganchados” para hacerles pasar la frontera hacia Francia escondidos en cajuelas, en cajas de madera o eran amontonadas unos sobre otros en camiones de carga.

El costo del viaje era de entre 500 y mil euros por persona, una cifra consistente para familias enteras que escapaban de situaciones de guerra en sus países de origen.

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