Por: Antonio González Vázquez.
Siempre dicen que no hay dinero, que hay recortes inesperados, que hay que apretarse el cinturón, que hay que ajustar el gasto, que habrá austeridad y que se privilegiará a los que menos tienen, que se optimizarán los recursos y que éstos se ejercerán con transparencia, claridad, eficiencia y honestidad.
Siempre se dice que los recursos públicos no alcanzan y que la federación recorta programas fundamentales; siempre se dice lo mismo, es una cantaleta inútil que solo sirve para llenar planas en los periódicos con el doliente mensaje de que no tenemos suficiente para hacer todo lo que se necesita a favor de la sociedad.
Pero da el caso que eso siempre es falso y que dinero hay y mucho: el problema no es la cantidad sino la calidad del gobierno y de sus funcionarios. Si la administración está pletórica de burócratas arribistas que llegan a un cargo solo para velar por sus intereses, los resultados suelen ser del todo desfavorables para la ciudadanía.
En 2015, el presupuesto autorizado al gobierno de Fernando Toranzo Fernández fue de 37 mil 516 millones de pesos. En 2016, el primer año de gobierno de Juan Manuel Carreras López, el presupuesto autorizado fue de 39 mil 539 millones de pesos.
Para 2017, la propuesta de presupuesto es de 41 mil 580 millones de pesos.
Como lo más probable es que el Congreso del Estado en su paradigmática sumisión al ejecutivo en turno apruebe la iniciativa, entonces nos encontraríamos con que en el trienio 2015, 2016, 2017, el Gobierno de San Luis Potosí estaría manejando ni más ni menos que 118 mil 635 millones de pesos.
De esa enorme fortuna no se ven rastros significativos de su ejecución como para esperar que los potosinos vivan mejor que hace tres años.
Como siempre, una parte significativa del presupuesto se lo tragará la burocracia y el gasto operativo del gobierno respecto de presuntos programas y presuntas acciones que presuntamente ayudarían a los potosinos a prosperar.
No hace falta dinero, lo que no hay ni ha habido es capacidad y honestidad, lo que supone que lo que ha habido es ineficacia y corrupción.
Por ejemplo, el eje San Luis Seguro tendrá 3 mil 468 millones de pesos y paradójicamente, el mayor problema del estado es la inseguridad.
En San Luis Potosí con Juan Manuel Carreras, la ineficacia se premia con más presupuesto o será que hay más presupuesto porque hay más muertos.
Pero ya sabe el amable lector, para la burocracia y la clase política en turno en el poder “los recursos nunca serán suficientes”.