Combatir la corrupción a salivazos.
Entre políticos no hay nada más rentable que crear comisiones, fiscalías, comités ciudadanos o iniciativas de ley para combatir la corrupción. Lo hizo Enrique Peña Nieto para intentar ex culparse y tapar el tema de la Casa Blanca y luego lo han venido haciendo gobernadores, senadores, diputados y presidentes municipales. Nadie quiere que se le relacione con la corrupción ni la impunidad y para ello, diseñan su propia estrategia.
Sin importar que se trate de pura demagogia, de más y mejor labia, está el empeño de asegurar que no se tolerará a nadie que infrinja la ley, que se irían a su casa los que utilicen ilegalmente los recursos públicos. Es muy rentable hablar de combatir la corrupción sin hacer nada más allá de eso.
Un funcionario público que cometa actos de corrupción se irá a su casa, adelantó el gobernador Carreras, pero no se atrevió a decir que ese funcionario irá a la cárcel. No se atrevió a decirlo porque a su lado estaba su ex jefe, Fernando Toranzo.
Todos hablan de hacer algo contra la corrupción, anuncias grandes reformas legales y el compromiso político y moral correspondientes puesto que a la sociedad no le gusta la corrupción y a mí tampoco, diría Carreras.
Como servidor público de la anterior administración se benefició de recursos públicos cuando una universidad de su propiedad fue contratada, sin licitación de por medio, para ofrecer un curso de capacitación para custodios del sistema carcelario.
Nadie en su sano juicio podría esperar que la nueva administración que él encabeza, el inicio de una investigación contra él mismo. Es cosa del pasado, dirán que además es asunto aclarado.
Pero lo realmente importante es reflexionar en el sentido de que alguien que se vio inmerso en un probable acto de corrupción vía, el conflicto de intereses, ahora se crean con la altura política y moral para perseguir a quienes hagan lo mismo que él hizo siendo secretario de Educación.
Hablar de ir con todo en contra de la corrupción es algo lucidoramente mediático, propio para las portadas de los periódicos, el problema es que todos hablan de ir contra la corrupción y no vemos funcionarios públicos en la cárcel.
El gobernador Carreras no tiene más que darse una vuelta por la hemeroteca del estado para revisar los periódicos y encontrarse con la documental histórica de lo ocurrido en el pasado sexenio de Toranzo. La prensa difundió suficientes noticias de actos de corrupción en ese período que Carreras tendría mucho trabajo si es que su propuesta va en serio.
O también puede googlear corrupción en el gobierno de Fernando Toranzo y se sorprenderá de todos los casos investigables que se podrán localizar.
Pero eso no lo va a hacer. Lo políticamente correcto es decir lo mismo que todos: no voy a tolerar la corrupción ni voy a permitir la impunidad.
Si como a Pinocho, a todos los que dicen mentiras les creciera la nariz, nuestra clase política sería inmensamente narizona.