Arrancan gobiernos municipales sin motivo de optimismo o esperanza.
Los 58 ayuntamientos de San Luis Potosí tienen nuevos presidentes municipales desde el primero de octubre. Una nueva burocracia y una nueva geografía política que marca una configuración de más ciudadanos gobernados entre el PRI y el PRD. Esos partidos gobiernan más del 70 por ciento de la población.
El gobernador Juan Manuel Carreras López acudió a varias ceremonias de toma de protesta de alcaldes del PRI, PAN y PRD. A todos los ofreció colaborar para gobernar y atender los problemas de la ciudadanía.
Los alcaldes por su parte, se comprometieron a gobernar para la ciudadanía, a hacerlo con eficacia, honestidad, compromiso y transparencia. En los 58 municipios hubo fiesta puesto que se trató del arranque de administraciones y ese solo hecho ya mereció celebrar para llevar al optimismo al extremo.
Lamentablemente la realidad es más rejega que una mula. Los gobiernos municipales no pueden ofrecer transparencia puesto que más del cincuenta por ciento de los ayuntamientos ni siquiera cumple con la publicación oportuna, pertinente, actual y útil de información pública de oficio. Más del setenta por ciento ha sido reprobado en la materia en 2014.
De las cuentas públicas municipales correspondientes a 2014, el monto de observaciones financiera fue de más de 700 millones de pesos y en 2013 fue de mil 200 millones y en 2012 por 900 millones de pesos.
La deuda pública de los ayuntamientos de San Luis Potosí supera los dos mil millones de pesos y cada administración le suma más a los pasivos que se van convirtiendo en históricos e irresolubles.
La inseguridad pública es galopante en los municipios que tienen aparatos de seguridad en condiciones raquíticas y agentes con salarios miserables.
En 2014, los municipios del estado recibieron participaciones por unos siete mil millones de pesos y sin embargo, los municipios siguen presentando condiciones de rezago insoportables.
Por eso, el cambio de administraciones municipales no puede ni debe despertar aliciente alguno para el optimismo y la esperanza, pues que al menos una decena de alcaldes, ya fue presidente municipal o diputado.
En la mayor parte de ayuntamientos siguen gobernando los mismos grupos facciosos de los partidos políticos, caciques, líderes corruptos y personas de poder e influencia política, de modo tal, que hay casos donde el poder quedó en las mismas manos, verbigracia, Soledad de Graciano Sánchez.
El período 2015.-2018 de las administraciones municipales inició bajo una narrativa de cambio, de progreso, de mejora para todos, pero así ha sido siempre y al final, la decepción termina siendo la norma.