41 mil millones de pesos y contando.
La perspectiva presupuestal de Gobierno del Estado para el año próximo alcanza los 41 mil millones de pesos, de los cuales, apenas el seis por ciento son recursos propios, es decir, resultado de la política recaudatoria local: es decir, una miseria. San Luis Potosí como todas las entidades federativas siguen dependiendo de la federación a falta de creatividad para generar ingresos locales.
Es más sencillo gastar que generar recursos, eso lo tienen claro los alcaldes, el gobernador, los diputados, los magistrados. Los diputados, por ejemplo, van por un incremento del siete por ciento, mientras que el poder judicial propone un incremento superior al diez por ciento con relación al ejercido en 2015.
Todos quieren más dinero.
En la administración de Fernando Toranzo Fernández se mantuvo un crecimiento anual del presupuesto del siete por ciento. Empezó en 2010 con 23 mil millones y terminó con 37 mil millones de pesos.
Esa inercia se mantiene ahora para la administración del gobernador Carreras puesto que se espera un presupuesto de 41 mil millones de pesos.
Cada año suman más los miles de millones de pesos pero los resultados de esa creciente cantidad no se ven por ningún lado.
Todos quieren más dinero, pero la forma en cómo lo gastan no parece estar dando dividendos a favor de la sociedad. 41 mil millones de pesos será el presupuesto más alto que se haya tenido en la historia. Será el doble de lo que tenía en su primer año de gobierno en 2003, Marcelo de los Santos.
Desafortunadamente no se cuenta con un sistema de rendición de cuentas realmente efectivo, lo que hay es un sistema de complicidades que permite que se mal utilicen los recursos sin que pase nada. No hay transparencia en el ejercicio del presupuesto, no se rinden cuentas de ese ejercicio y tampoco hay evaluación ni seguimiento de resultados de los programas y acciones del gobierno.
No hay nada que permita avizorar que en el gobierno de Carreras las cosas vayan a ser diferentes. El gobierno tendrá las arcas llenas de dinero, pero dirán que no es suficiente.
De los 41 mil millones que integren el presupuesto, aproximadamente siete mil millones se van a la nómina de la obesa burocracia estatal. Es tan obesa ya que dentro de poco no alcanzará más el presupuesto sino para saciar su hambre de recursos.
El proyecto de presupuesto de egresos estatal para el año entrante, obligadamente deberá incluir un auténtico plan de austeridad y ajuste del gasto. Cuesta mucho operar a un gobierno que por lo general, ha sido poco eficiente y corrupto.
La anterior administración incrementó la nómina en tres por ciento. Tan solo en su primer año, había 440 empleados más que al inicio del gobierno. Ese ritmo se mantuvo en el sexenio.
Será importante saber cual será el fondo de las políticas públicas a implementarse en la administración con el propósito de hacer eficiente el gasto. A los gobernantes no se les da la austeridad, les gusta el tema para los discursos, pero no para aplicarlo en la práctica.
San Luis Potosí tiene demasiados rezagos como para darse el lujo de mal utilizar los recursos públicos, lo deseable es que el presupuesto se ejerza con honestidad y eficiencia, lástima que el secretario de Finanzas sea José Luis Ugalde.